Tarik Soto Byfield, el mejor gimnasta en la historia de Costa Rica, conversó con LaJornada.cr sobre el racismo en el deporte. Desde diciembre del 2019, Soto tomó la decisión de retirarse de la gimnasia por las constantes lesiones y para seguir otra de sus pasiones, la danza.
Fotografía de José Campos Rojas.
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Ahora se preguntará usted: ¿Por qué me atrevo a llamarlo el mejor de la historia? Los éxitos hablan por si solos, así que repasemos los de Soto: tres veces medallista de oro en Salamunov Memorial Cup en Eslovenia, participación en cuatro mundiales de gimnasia (Japón 2011, Bélgica 2013, #24 del mundo en Escocia 2015 y Stuttgart 2019), sexto lugar en la final de salto de potro en la Copa Mundial Challenge en Doha-Qatar, medallista 7 veces en Juegos Centroamericanos 2013 y el primer gimnasta costarricense en clasificarse a un preolímpico continental, donde se quedó a 0,968 puntos de Río 2016.
Tarik inició en el deporte desde los 4 años, cuando estaba en el Kinder Crayola de Curridabat y lo llevaban a clases de gimnasia como parte del horario lectivo. Desde aquella época, el deportista recuerda que el racismo estaba presente en su vida mediante las interacciones con sus compañeros.
Lo que dicen los niños, es lo que aprenden de los padres. Chistes racistas y bromas que yo viví desde muy pequeño".
Contra “chistes” y “bromas” siguió adelante. A los 6 años, el gimnasta ingresa a la academia de Carlos Carbonell, a la que le guarda un tremendo cariño, y empieza a desarrollar todas sus capacidades. Tarik nos comenta que dentro del deporte ser afrodescendiente se convierte en un estereotipo que puede ser utilizado para discriminar o para exigir más.
No es que la gimnasia sea racista, es que vivimos en una sociedad racista. (..) En mi caso personal, me pasaba que me decían que no era lo suficientemente negro por mi musculatura o la potencia de mis saltos."
Pasan los años y el estigma de "ser un negro de verdad" no se borra de todos los contextos en los que se desarrolla.
Soto no le achaca el problema a la gimnasia o el deporte, se lo achaca al país. Según su experiencia, las escuelas y las familias no están educando correctamente a las niñas y los niños.
La gente cree que Costa Rica no tiene racismo y eso solo muestra la ignorancia por nuestra historia, se les olvida que los negros de Limón no podían ni si quiera pasar de Turrialba. Mi abuela no podía entrar a ciertos clubes por su color de piel en el puro centro de San José".
El deportista confiesa que las inseguridades aún no se van por completo. Para aquel niño que crecía entre máquinas de gimnasia, era difícil ver la televisión y no sentirse representado por nadie, llegar a pensar que los seres humanos que tenían un color de piel igual al suyo no tenían un futuro en el deporte, la política o la ciencia.
Toda mi vida he escuchado que no soy un negro de verdad, por la música que escucho, mis gustos o porque no era un atleta de baloncesto."
Fotografía de Rojo Violeta.
Pese a destacar con creces en la gimnasia y la danza, el costarricense acepta que hay fantasmas difíciles de sanar. Precisamente esa es su principal motivación para utilizar sus redes sociales para compartir información educativa, generar opinión y motivar a los que vienen tras de él.
Esto tiene que ser más profundo que el deporte. Es un trabajo desde que las y los costarricenses son niñas o niños. Contarles nuestra historia y explicar porque somos igual de importantes."
Cuando le comenté sobre la entrevista, Tarik me dijo que sí con mucho optimismo. Hablar de esto es importante para él por la madurez que ha adquirido y porque ahora entiende, que su dolor no es pasajero y tiene la obligación de sanarlo.
Actualmente Tarik sigue ligado a la gimnasia por su labor como entrenador en el Club Gimnástico Carbonell y se mantiene bailando distintos géneros urbanos, principalmente. En la danza ya cuenta con una participación en el mundial Hip Hop International 2016.