Organización señala que pandemia podría causar aumento significativo en el número de menores trabajando en América Latina y el Caribe.


Un análisis realizado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y la  Organización Internacional del Trabajo (OIT), reveló que la pandemia mundial de la COVID-19 podría causar que más de 300.000 niñas, niños y adolescentes se vean obligados a trabajar en la región latinoamericana.

Según el informe, la crisis ha generado la reducción en los ingresos y altos niveles de inseguridad económica en las familias de América Latina y el Caribe y eso podría desencadenar un subidón en este mal que afecta a los menores de edad.

Así lo anunciaron las organizaciones, el jueves anterior en un análisis de CEPAL y OIT  en el que se llamó a las naciones a tomar medidas para prevenir esta situación.

El estudio fue aplicado en países como México, Perú y Costa Rica, y se basa en los resultados del Modelo de Identificación del Riesgo del Trabajo Infantil (MIRTI), desarrollado por CEPAL y OIT,  el cual permite estimar si existe un aumento de trabajo en menores de edad.

Los resultados mostraron que el trabajo infantil podría aumentar entre 1 y 3 puntos porcentuales en la región y:

Esto implicaría que al menos entre 109.000 y 326.000 niños, niñas y adolescentes podrían ingresar al mercado de trabajo sumándose a los 10,5 millones que ya están en situación del trabajo infantil actualmente”.

La nota técnica de CEPAL y la OIT destaca que:

Ahora más que nunca niños, niñas y adolescentes deben estar en el centro de las prioridades de acción que, en su conjunto y a través del diálogo social tripartito, ofrezcan respuestas para consolidar los avances en la reducción del trabajo infantil, especialmente en sus peores formas”

El informe además, añadió como estrategias para el recrudecimiento del mal las siguientes tres medidas:

  1. La prevención efectiva
  2. La identificación y localización de niños, niñas y adolescentes que trabajan
  3. La restitución de los derechos de niños, niñas y adolescentes que trabajan y de sus familias

CEPAL y la OIT además, plantearon el establecimiento de transferencias económicas para generar un ingreso básico de emergencia por seis meses para todas las personas en situación de pobreza en 2020, incluyendo a niños y adolescentes.