Los cuatro torneos de Grand Slam (US Open, Wimbledon, Australian Open y Roland Garros) y la Federación Internacional de Tenis (ITF) donaron $300.000 para desarrollar un fondo que beneficiará el tenis en silla de ruedas, una disciplina muy afectada por la COVID-19 debido a que depende de la inversión gubernamental y no cuenta con patrocinios privados en la mayoría de países.

El costarricense José Pablo Gil, paratenista #55 del mundo, conversó con LaJornada.cr y amplió sobre los alcances de esta donación:

La mayoría de atletas dependemos de los gobiernos. Hay excepciones como Chile, pero en mi caso por ejemplo, yo dependo del financiamiento del Comité Olímpico Nacional y la Federación de ParaDeportes. Si hay recortes nos vemos afectados todos."

Este fondo internacional proporcionará subvenciones para ayudar a los mejores atletas en silla de ruedas y las asociaciones nacionales afectadas por la suspensión del UNIQLO Wheelchair Tennis Tour y el aplazamiento de los principales torneos.

Desde el 12 de marzo (supensión de la gira ATP, ITF y WTA), la Federación Internacional de Tenis se vio en la obligación de cancelar o posponer 88 eventos en silla de ruedas a lo largo del globo.

En Costa Rica, aún no tenemos una asociación. Es una meta que la Federación de Tenis y mi persona teníamos para este año, pero lastimosamente la crisis nos cayó encima. La ITF ya nos había aprobado un fondo para un torneo internacional en silla de ruedas, pero esperamos también tocar la puerta con este nuevo fondo."

Los 300.000 dólares se repartirán entre las asociaciones y los paraatletas. Los para tenistas masculinos y femeninos elegibles serán los que ganaron menos de $100.000 en premios durante 2019 y están clasificados dentro del Top 20 de la clasificación UNIQLO Wheelchair Tennis Tour o el Top 15 en la división cuádruple. 

Las diferencias en los premios son muy marcadas. En un torneo que el tenis convencional paga 10 mil dólares, yo he ganado 263 dólares...ganando sencillos y dobles. Las diferencias son exageradas."

José Pablo Gil era una de las raquetas más prometedoras del tenis convencional (participó en 4 Copas del Café), pero en el 2016 experimentó un accidente de tránsito que lo dejó en coma por una semana. El campeón centroamericano sufrió graves lesiones en las vértebras y perdió la movilidad del tórax hacia abajo.

Desde inicios del 2019, Gil lidera un proyecto en el que entrena a otros 10 para tenistas costarricenses. Su intención es forjar, a partir de este grupo, la nueva asociación y organizar torneos a nivel nacional.

La vida me dio otra oportunidad de vivir y es mi forma de retribuirlo".