Emprendí hace 10 años, aquel mayo de 2011 cuando aún tenía secuelas de la crisis del 2008. Muchos de mis amigos estaban perdiendo sus hoteles en Monteverde y como teníamos 21, la palabra crisis no la podíamos entender en su justa dimensión.

Cuando teníamos reuniones, los clientes repetían: “estamos en crisis”, pero nosotros seguíamos sin entender qué querían decir, si todas las mañanas nos levantábamos con la atrevida inspiración que acompaña a los emprendedores: la musa de la ignorancia que nos hace, al principio, inmunes al fracaso.

Hoy 500 días y 19 noches después, puedo entender lo que significa crisis desde muchos ejemplos, como tener amigos talentosos sin trabajo, escuchar desde la Cámara de Comercio el desconsuelo de los empresarios, o cancelar a última hora la reserva en el restaurante donde solíamos celebrar el Día del Padre. Ahora no sé si esa musa del emprendimiento nos afecta solo a nosotros los emprendedores o al Gobierno también, la ignorancia está volviendo a algunos inmunes al fracaso.

Digo ignorancia porque recuerdo que un profesor economista, con 20 años en el TEC, dijo que si las empresas fracasaban era porque no tienen una buena contabilidad y entonces con la misma atrevida inspiración que me acompañaba en aquellos años, le pregunté: ¿Usted ha tenido una empresa? Y me respondió: No. ¡Que estúpido me sentí! Pero supongo que la ignorancia a veces nos vuelve inmunes a la buena contabilidad. 

Nosotros, los emprendedores, que vivimos de nuestras ideas debemos alimentarnos de la ignorancia, para inventar con atrevimiento lo que nadie creía posible, debemos levantarnos todas las mañanas con la inspiración que es una musa, que si no nos hace inmunes, al menos nos hace resilientes al fracaso.

Solo poder comparar con lo que perdimos nos hace valorar lo que teníamos gracias a muchos ejemplos de aprendizaje, como saber que los consultores sumamos a un porcentaje importante del sector servicios y agregamos valor a las empresas que nos permiten compartir con pragmatismo el buen conocimiento para reimaginar la continuidad del negocio. A veces nos toca inventar lo que no existe.

El sector de comunicación, al que pertenecemos las agencias de branding, medios de comunicación, agencias de publicidad, agencias de comunicación estratégica, entre otras, representa el 5% del PIB y tenemos la hermosa misión de poner nuestras ideas al servicio del futuro que queremos tener 10 años más adelante y no dejar que la indiferencia, que se viste de musa nos engañe; no somos tan ignorantes.

Ahora la próxima vez que un cliente diga “estamos en crisis” podré entenderlo mejor porque tuve que firmar una carta de despido de personas talentosas y sumarlas con mucho dolor a los 69,598 mil desempleados que el INEC descubrió en lo que va del año a abril de 2020, pero no dejaré de levantarme todas las mañanas con la atrevida inspiración que acompaña a los emprendedores: la musa de la perseverancia que nos ha hecho inmunes al fracaso.

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