La Liga Rusa regresó con un partido que acabó con una goleada histórica y peculiar. El Rostov, que marcha en la quinta posición en la primera división de Rusia, tuvo que presentarse en Sochi con los juveniles porque seis de los futbolistas de la plantilla dieron positivo por COVID-19 el pasado miércoles. Este lamentable hecho, obligó a poner en cuarentena a toda la nómina de jugadores del primer equipo, técnicos y empleados del club.
El Sochi FC, su rival de turno en la reanudación de la competencia, no estuvo de acuerdo en aplazar el encuentro y se pactó de forma definitiva para el pasado 19 de junio. Con el panorama así, al Rostov no le quedó más que presentarse con un equipo que tenía como media la edad de 17 años y 2 meses y sin experiencia en la máxima categoría.
En el primer minuto, un gol de Roman Romanov sorprendió a propios y extraños, sin embargo, la alegría duró poco. El marcador al medio tiempo era de 4-1 en el descanso. Al final, cayeron 6 goles más para el Sochi y el resultado final acabó 10-1.
Sin embargo, no todos son malas noticias: El joven portero protagonizó 11 intervenciones, incluido un penalti detenido en el minuto 26, y fue elegido el mejor jugador del partido.
Ahora bien, la cuarentena del plantel principal del Rostov concluirá el 1 de julio, por lo que los debutantes deberán repetir el 27 de junio ante el Arsenal de Tula y probablemente en el derbi regional contra el Krasnodar cuatro días después.