Edén Atanacio Pastora Gómez, conocido como el "Comandante Cero", murió la madrugada de este martes por un infarto fulminante mientras se encontraba internado en el Hospital Militar de Managua, por complicaciones respiratorias vinculadas a la COVID-19.

Tras días de especulaciones y versiones contradictorias, el régimen de Daniel Ortega confirmó finalmente el deceso de una de sus figuras más importantes, sin embargo, tal y como ocurre con las centenares de personas infectadas y que han muerto en los últimos meses por la pandemia en ese país, Pastora no figurará dentro de la estadística de personas fallecidas producto del coronavirus.

Edén Pastora nació el 15 de noviembre de 1936 en Ciudad Darío y se convirtió en uno de los líderes de la guerrilla de Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) más relevantes. La historia da cuenta de que él lideró el asalto la Operación Chanchera, la toma armada al Palacio Nacional bajo la dictadura de Anastasio Somoza en 1978. La operación denominada así por Somoza porque comparaba a los diputados con cerdos y a la Asamblea con una pocilga, se extendió durante 45 días y terminó con la liberación de presos políticos, el pago de medio millón de dólares y la garantía de que los mandos del comando armado podrían salir del país.

En la más reciente crisis política en Nicaragua, Pastora tomó partido a favor de Ortega y hasta envió amenazas veladas a los obispos de la Iglesia Católica que daban refugio a manifestantes opositores. "Las balas atraviesan sotanas", les dijo el Comandante Cero. La oposición lo apunta a él, además, como la cabeza de la Operación Limpieza en la que el régimen hizo uso de grupos paramilitares en la que se atacó a ciudades y barrios donde había bloqueos de calles; varios jóvenes fueron asesinatos y centenares de personas fueron detenidas.

Su historia con Costa Rica también está marcada de polémicas. Ortega lo comisionó a dragar el Río San Juan y durante esas labores invadió suelo costarricense y causó daños ambientales que llevaron al Gobierno a solicitar una orden de captura internacional en su contra, la cual nunca llegó a concretarse. El caso terminó en la Corte Internacional de Justicia de La Haya, Países Bajos, donde se determinó que el territorio invadido era costarricense y que Nicaragua había violado medidas cautelares ordenadas por ese tribunal para detener las obras de dragado.

"Soy un soldado, cumplí órdenes", respondió Pastora cuando se le cuestionaron sus acciones.