Tras la explosión del BMX Freestyle en Costa Rica a partir de la figura de Kenneth Tencio, varios riders nacionales se atrevieron a saltar fronteras para forjar un camino en un deporte que, por su propia naturaleza, nunca perderá los tintes contraculturales en nuestra pequeña y compleja Tiquicia.

Uno de los ejemplos más recientes es el caso de Stephan Atencio, un joven de 23 años que se obsesionó con la ciudad de Barcelona por los videos que subían sus ídolos. Con pocas monedas en el bolsillo, el tico montó su amada bicicleta en un avión y partió el año pasado hacia Europa...porque aquí: "la cosa está cada día más dura"

El protagonista sabe muy bien porque tiene ese nombre tan curioso (su papá era alemán y se llamaba Stephan), sin embargo, no se atreve a decir cuál cantón o distrito es su hogar. Pavas y San Sebastián vieron crecer a un niño inquieto y lo enseñaron a defenderse, porque como el mismo dice: "nada enseña más que la calles de Chepe".

Llegábamos en bicicleta de noche y había que correr a la casa porque el miedo era que nos asaltaran".

Su mamá le compró una bicicleta cuando tenía 11 años. A Stephan nunca se le olvidará el precio (3.500 colones - 7 dólares) y tampoco la emoción de estrenarla en navidad. Entre risas, Atencio me comenta que pasó la "noche buena" pintando el marco con spray y ajustando algunos tornillos para el día siguiente.

“En Pavas había mucha droga y en mi caso, la bicicleta me permitió seguir otro camino"

El deporte lo descubrió a partir de la curiosidad. "Yo saltaba y hacía loco sin saber que era un deporte" me dice Stephan. Los años pasaron y el rider descubrió que habían bicicletas especializadas en estas maniobras, además de un gremio que se convirtió en su familia. 

Para mi, la vida no tiene sentido sin bicicleta"

9 años de rodar por pasatiempo hasta que... el trabajo no pagaba lo suficiente, el dinero no dio para más y tuvo que vender la bicicleta para comer. Atencio creía que era el final de su historia, pero cuando menos lo esperaba, una exnovia lo apoyó económicamente para regresar al ruedo.

Mi historia cambió a partir de ahí. Hace tres años me propuse ser profesional y lograr vivir de esto."

Cuando se menciona a Stephan Atencio en el gremio costarricense, todos los riders son conscientes que le sobra el talento, desde siempre. Solo basta con ver alguno de sus videos para enterarse que nació para deslumbrar las calles.

En 2018, Stephan vivió su primera competencia internacional (Simple Session) en Letonia y el año anterior, tomó la decisión de partir a España y forjar una carrera desde allá. En Costa Rica, el deportista urbano se sentía limitado por la falta de patrocinios comprometidos y la escasa visibilidad que tiene el BMX Freestyle. El niño inquieto vendió un carro viejo, se compró un boleto de avión y se fue.

Yo no conocía a nadie personalmente. Conocía a 5 españoles que vivían en Alicante, pero solo por Instagram. Me acerqué a ellos e inició esta aventura."

En tierras mediterráneas, el tico sacó la bicicleta y empezó a rodar como en las calles de Pavas. Bastaron unos meses para que un productor audiovisual, al que le tiene un gran cariño, le viera un fuego distinto y le propusiera hacer un video en el centro de Barcelona.

Lo hicimos y lo pasamos a la revista DIG BMX (una de las más famosas del mundo). A ellos les encantó y a partir de ese momento, mi carrera empezó a crecer"

El video alcanzó 95 mil reproducciones en YouTube y la connotada marca Wethepeople se interesó en su perfil para patrocinarlo. Más de 10 mil seguidores latinos empezaron a seguirlo en sus redes sociales y, según mi experiencia en la entrevista que realizamos en vivo, se enamoraron de su estilo sobre la bicicleta.

Este empujón mediático le dio un nuevo aliento al costarricense. Stephan se mudó de Alicante, España a un pequeño apartamento en el puro corazón de Barcelona. Con algunas lágrimas en el rostro, el rider confiesa que su actualidad económica sigue siendo muy complicada, pero que todo mejorará porque él ya pasó por donde asustan.

Siempre paso frente a la catedral Sagrada Familia, pero nunca he logrado entrar. El problema es que cobran mucho (se ríe), pero estoy seguro que muy pronto tendré para pagar la entrada".