Jessica Núñez Gamboa y Jesús Andrés Gutiérrez Ceciliano son dos jóvenes cartaguineses, vecinos de Corralillo, que ahora nos ofrecen una nueva forma de colaborar con las personas que más lo necesitan en medio de la crisis ocasionada por la COVID-19.

Núñez y Gutiérrez son los fundadores del Centro de Inserción Social (CIS), un proyecto que arrancó el 2 de enero pasado con el objetivo de otorgar a los vecinos de la comunidad cartaginesa, el acceso a recursos educativos, laborales y psicológicos para ayudarles en su desarrollo personal y aportar al desarrollo de la comunidad.

Según señaló Núñez a Delfino.cr:

Esta es una iniciativa que ha nacido en el corazón de dos jóvenes vecinos de la comunidad de San Antonio de Corralillo, Cartago, buscando devolver un poquito de lo que se nos ha dado, así también, otras personas de las diferentes comunidades se han ido sumando a dicha propuesta con el objetivo de trabajar juntos por el progreso”.

Con este objetivo y ante la coyuntura que afronta el país, el CIS está organizando desde hace algunas semanas, la recolección de víveres y donativos para ayudar a diferentes personas de las comunidades cercanas que necesitan una ayuda para afrontar la crisis económica ocasionada por la pandemia.

Según comentó la fundadora del proyecto en una conversación sostenida con este medio esta semana, el CIS está operando a través de un formulario en línea, en el que las personas que así lo necesiten, puedan solicitar ayuda. Hasta el momento han recibido más de 150 solicitudes en cuestión de veintidós días:

En 22 días hemos recibido cerca de 150 solicitudes diferentes y de estas hemos entregado 70 comestibles. Los fondos que se obtienen son mediante donaciones de personas internas y externas de nuestro distrito, no obstante, cada vez se complica más obtener recursos para seguir colaborando”.

Por eso es que solicitan la ayuda de todos nosotros para poder seguir operando. La joven nos contó la siguiente anécdota que ejemplifica, no sólo las dificultades que vive el sector de Corralillo, sino también las que afrontan en el trabajo por llegar a quienes más lo necesitan:

Llegamos a una casa y preguntamos por el señor del nombre escrito en el formulario, pero nos salió un niño. Preguntamos por el señor y el niño nos respondió que ‘sí soy yo’. Los papás salieron asustados a ver qué era lo que estaba pasando y cuando les dijimos que veníamos a entregarles sus comestibles porque un adulto llenó un formulario, los dos se miraron confundidos. La señora nos dijo que ella no había llenado nada y su esposo tampoco. En eso se asomó un niño entre ocho y doce años, diciendo que había sido él quien lo había llenado. Luego nos contó la señora que ella es diabética y hacía días que no comían”.

Según los jóvenes del centro, en este momento se encuentran en la búsqueda y recolección de fondos para adquisición de donativos; en espacios y puntos de acopio para la recolección de los víveres y en la identificación y selección de familias necesitadas. Si pueden apoyarlos, no duden en ponerse en contacto con los jóvenes a través de su cuenta en Facebook para poner su grano de arena.

El CIS actualmente cuenta con un equipo conformado por 13 personas entre las que destacan voluntarios profesionales y no profesionales, todos de la zona, y convencidos de que se pueden construir nuevas realidades que apuntan al progreso en estos momentos tan difíciles para la región y para el país.