Desde diciembre del 2019, la jugadora de Dallas Wings (equipo de la WNBA) y MVP (jugadora más valiosa) del Eurobasket 2019, Astou Ndour, desarrolla una fundación en su país natal (Senegal) para ayudar a niñas y niños a salir de la pobreza a través del baloncesto y el estudio. El día que "Astou Ndour Sports-Études" nació, la hispano-senegalesa le comentó a El País:
No quiero que las próximas generaciones sufran los problemas que yo sufrí. De pequeña nunca tuve unas zapatillas, por ejemplo. Me entrenaba con unas sandalias de plástico. Nunca me quejé porque quería seguir intentándolo”.
La iniciativa llevaba tres meses caminando a las mil maravillas, sin embargo, la crisis sanitaria por la COVID-19 pausó toda la dinámica y obligó a diversificar el compromiso social. Ndour optó por convertir las instalaciones en un banco de alimentos y repartir centenares de sacos de arroz, botellas de aceite y cajas de azúcar en los barrios más afectados en Dakar, capital de Senegal.
La idea es unir el deporte y la educación, que son las armas más poderosas para cambiar el mundo. Y el objetivo, cuando retomemos la normalidad, es acoger a unos cien niños (de cuatro a 14 años) de la zona. Ofrecerles instalaciones y material, pero no nos podíamos apartar de la realidad de estos tiempos.”
La historia de Astou Ndour es digna de una película. La jugadora de 1.98cm nació en Dakar y se mudó a España con 14 años. Ndour llegó sola y desnutrida al país europeo, sin embargo, su estatura llamó la atención de un ex seleccionador español y este mismo, le otorgó casa y comida.
Poco a poco, la basquetbolista se enamoró del territorio ibérico y en el año 2011, envió un carta al Gobierno para solicitar su naturalización. Vaya bendición para el deporte español, ya que esta jugadora se ha convertido en toda una referente de la selección y fue pieza clave en la la plata olímpica de Rio 2016, el tercer lugar del mundial (España 2018) y el primer lugar en el Eurobasket (Serbia 2019).
En Senegal, cuando eres una niña es muy difícil que te dejen soñar. A mí siempre me decían: ‘este deporte es para los chicos’. Se burlaban de mi altura, me llamaban ‘flaquita’. Como no seas fuerte y tengas un objetivo claro te hacen abandonar”.