Un operativo conjunto entre el Ministerio de Salud de Costa Rica, el Servicio de Vigilancia Aérea del Aeropuerto Juan Santamaría y la Dirección General de Aduanas concluyó esta madrugada con el decomiso de 80 pruebas rápidas de COVID-19.
Las pruebas, valoradas en $2800 dólares, fueron retiradas a un médico que arribó al país procedente de Colombia vía vuelo humanitario de repatriación. Ahora este profesional —autorizado para el ejercicio de la profesión en el país— será sometido a un proceso ante la Fiscalía del Colegio de Médicos de Costa Rica.
El Ministerio de Salud afirmó que cualquier empresa o persona que desee inscribir pruebas COVID-19 puede gestionarlo, cumpliendo los requisitos de registro sanitario para equipo médico los cuales garantizan la efectividad del producto, factor determinante en testeos de este tipo.
Las pruebas fueron encontradas en el equipaje del pasajero, quien fue dejado en libertad. El producto no tiene registro sanitario que permita su venta o introducción -aún- en el país.
Según un estudio revisado del Departamento de Microbiología e Inmunología Médica del Centro Médico Universiti Kebangsaan de Malasia, las pruebas de la marca que fueron decomisadas tienen una sensibilidad de entre 79.2% y 100% dependiendo del día en que se tome la muestra. Sin embargo, el Ministerio afirmó que se desconoce la calidad y características del producto, dado que no tiene aval sanitario nacional.