Se discute aquí quiénes y cómo deben ayudar a los más afectados por la pandemia por COVID-19, que en materia de salud el gobierno maneja muy bien. Si bien es evidente que cada quien debiera hacerlo conforme sus posibilidades (a cada cual, según su necesidad, parafraseando a Saint Simon), de nuevo una poderosa corriente procura evitar que los más acaudalados contribuyan, y exige que sean los sectores medios quienes asuman la carga. Mas ahora no voy a referirme a ese leitmotiv, sino a un aspecto puntual de ese impuesto que se plantea cobrar, en caso de que se apruebe. Sea que otros sectores vayan a ser solidarios durante esta crisis o no, con gusto los pensionados del Magisterio somos solidarios, como pide el gobierno. Pero, si se decide rebajar un porcentaje a asalariados y pensionados, éste debe ser sobre el ingreso neto luego de las rebajas obligatorias de ley (no las personales y voluntarias).
Porque no a todos se les rebaja obligatoriamente lo mismo. Los más perjudicados y vulnerables son los adultos mayores pensionados del Magisterio.
A estos se les rebajan, por ley, cuatro rubros que no se rebajan ni a los asalariados ni a los demás pensionados:
- Entre 10% y 16% más (artículo 70, ley 7531), solo a los pensionados del Magisterio.
- Un 0.5% más, adicional (JUPEMA), solo a los pensionados del Magisterio.
- ₡16 260 colones, monto fijo, póliza mutual obligatoria (Sociedad de Seguros de Vida del Magisterio Nacional), solo a los pensionados del Magisterio.
- Por encima de los ocho salarios base del puesto más bajo pagado en la Administración Pública, entre un 20 y un 35% (Ley 9796 que entra a regir el 21 de junio del 2020), solo a los pensionados del Magisterio.
No se le debe calcular (a nadie) un impuesto en base a un monto inexistente. Que no se recibe (salvo como aguinaldo).
Y es aún más injusto cuando no solo el monto bruto —de todos— es ficticio; también es ficticio el monto neto del Magisterio (es menor).
Ante esta inequidad, que por cierto se ensaña con las principales víctimas del coronavirus, la solución es simple:
Se calcula la rebaja sobre el monto NETO luego de las rebajas de ley, a todos por igual.
No se debe calcular un impuesto sobre un monto que no se recibe y se destina a otro impuesto. Es absurdo.
A esta doble inequidad, se agrega otra sufrida por algunos pensionados del Magisterio que laboraron varios años gratis, muchos por vocación. Por eso algunas pensiones —no de lujo— gozan de un porcentaje adicional. Esto no lo tomaron en cuenta para la última ley.
Ayudemos a los más perjudicados por la crisis, ojalá que otros sectores, con mayor riqueza, también lo hagan. Mas, se debe hacer con equidad, en igualdad de condiciones todos los asalariados y pensionados, de acuerdo con su ingreso neto, que es el real.
Estoy seguro de que la mayoría desconoce esto. Confío que comprendan y apoyen esta lógica y justa petición. Es de sentido común.
Mientras tanto, yo sigo ayudando a gente más necesitada que yo, que conozco personalmente; espero que ustedes también.
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