Desde que empecé mi camino para convertirme en activista, muchas personas me han preguntado “¿Por qué te preocupás tanto por eso?”; “Ese es un problemón que vos solita no vas a cambiar”; “Mejor concentrate en tus estudios”; y hasta un “Eso probablemente ni se puede arreglar, es un ciclo de la tierra”.
Lo más difícil fue no tomarme estos comentarios personalmente, porque sí, sí es un problemón que yo solita no puedo cambiar, y justamente por eso hago lo que hago. Esto no se trata de la acción individual que yo tomo, sino de la acción como comunidad que tomamos todos. Claramente, para esto se necesita un cambio sistemático urgente y este tipo de cambios siempre empiezan desde uno.
Entonces, ¿por qué me interesa tanto la crisis climática? Porque es una crisis humanitaria, ambientalista, de salud pública, de justicia social e incluso económica. Todas estas áreas ya se están viendo afectadas por los desastrosos eventos liderados por nuestro impacto en el ambiente. Es importante recalcar que la tierra seguirá su curso, ella va a estar bien, ya ha sobrevivido 5 extinciones masivas. El futuro en juego, esta vez, es el de la humanidad.
Muchas personas niegan la existencia de una crisis climática liderada por humanos y en las palabras de Christiana Figueres y Tom Rivett-Carnac, arquitectos del Acuerdo de París y autores del libro “The Future We Choose", respondo:
“Negar el cambio climático equivale a decir que no crees en la gravedad. La ciencia del cambio climático no es una creencia, una religión o una ideología política. Presenta hechos que son medibles y verificables. Así como la gravedad ejerce su fuerza sobre todos nosotros, lo creamos o no, el cambio climático ya nos está afectando a todos sin importar dónde nacimos o dónde vivimos. La irresponsabilidad de no "creer en el cambio climático" se hace más evidente con cada nuevo evento catastrófico. Los negadores del clima están protegiendo descaradamente el interés financiero a corto plazo de la industria de los combustibles fósiles en detrimento de los intereses a largo plazo de sus propios descendientes.”
En lo personal, conozco dos tipos de personas que niegan el cambio climático:
- Los que tienen tanto miedo del futuro que prefieren negarlo para que “no se vuelva una realidad” (eco-ansiedad).
- Los que tienen intereses económicos a corto plazo que sobrepasan el interés humanitario.
La eco-ansiedad se describe, según la Asociación Americana de Psicología, como un miedo crónico a la perdición ambiental, viendo el lento y al parecer irrevocable impacto del cambio climático, preocupándose por el futuro de uno, nuestros hijos y las generaciones futuras.
Al principio, yo traté de negarlo para evitar ataques de ansiedad, pero poco a poco me di cuenta de que la mejor forma de evitarlo, es actuando no solos, sino en comunidad.
Desde que abrí los ojos ante tremenda crisis, he tratado de impulsar el camino hacia un futuro mejor: empecé un blog y una página en Instagram para informar a las personas en temáticas de la crisis climática y contaminación masiva, cambié mi dieta a una basada en plantas, empecé a rechazar el plástico y empaques, me encaminé en el compostaje doméstico y me postulé en comités de organizaciones juveniles que se mueven por el mundo, como Fridays For Future.
A pesar de todo lo que sucede, paso inspirada por las voces de activistas, por las obras de los artistas, por los silbidos de los niños, por la investigación de científicos, por los lenguajes del mundo y por las costumbres de las miles de culturas que llaman hogar a este pálido punto azul en el universo.
Por eso, y por mucho más, me dedico a luchar para crear ese cambio sistemático que tanto necesitamos. Muchas veces nos preocupamos por lo que sucedería con el "futuro" (nuestro presente) si tuviéramos que retroceder en el tiempo y cambiar algo, pero casi nunca nos damos cuenta de que este es el pasado de nuestro futuro y lo que hacemos ahora puede, y seguramente, va a impactar el futuro de la humanidad.
Ante este día tan especial quiero invitarte a reinventarte. Ya se pasó la hora para hacer lo que se pueda, ahora tenemos que hacer lo que sea necesario. Haz un compromiso y disminuí tu consumo de carne, evitá el desecho de comida, solidarizate con tu vecino, evitá las compras innecesarias, reducí tus desechos, cambiá tus hábitos de transporte, votá por personas que tengan como prioridad la acción climática y alza tu voz hasta que te empiecen a cuestionar ¿Por qué cambio climático?
Todo esto es necesario para impulsar el cambio sistemático que necesitamos – ese cambio que solo los gobiernos y las corporaciones pueden lograr. Asistí a marchas, colaborá con organizaciones y demandá justicia climática y acciones contra la crisis. Esto empieza desde uno, pero termina con todos.
Reinventate y reinventá el futuro.
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