El Departamento de Finanzas Públicas del Fondo Monetario Internacional (FMI) publicó una nota para ayudar a los países a abordar la emergencia del COVID-19 y los efectos fiscales asociados, lo que incluye una recomendación a considerar aumentos en las tasas de los tramos superiores de los impuestos sobre la Renta, la Propiedad y el impuesto a los combustibles.
Según el documento de tres páginas, el enfoque es de tomar medidas inmediatas, específicas y principalmente temporales para apoyar las prioridades sanitarias; garantizar la supervivencia de
empresas solventes; proteger a las personas afectadas, y garantizar o mejorar las fuentes de ingresos a mediano plazo.
Especial hincapié en medidas que actúen con rapidez y orienten al sistema tributario de manera permanente en las direcciones deseables. Un alcance acotado del sistema tributario puede limitar el potencial en algunos países emergentes y en desarrollo, incluso como medio para direccionar las medidas de gasto.
En el apartado denominado "Asegurar la recaudación y fomentar la solidaridad", el Departamento del FMI señala que se debe considerar aumentos de las tasas en los tramos superiores del impuesto sobre la renta, del impuesto sobre la propiedad y del impuesto sobre el patrimonio, quizá a modo de “sobretasa solidaria”. Asimismo, señala que los precios más bajos del petróleo actualmente permiten aumentar los impuestos al combustible sin trasladar el aumento a los precios que pagan los consumidores.
Dato D+: En el Congreso se tramita un proyecto para suspender las rebajas en los precios de la gasolina Súper y Regular, para financiar subsidios a trabajadores afectados por la pandemia. Sin embargo, la capacidad recaudatoria del proyecto fue reducida a la mitad, al excluir el Diésel y usar los precios actuales y no los que estaban vigentes a inicios de marzo.
También recomienda supervisar estrechamente a los grandes contribuyentes que probablemente estén en condiciones de cumplir sus obligaciones de presentación de declaraciones estándar y de pago, reconociendo que la carga de cumplimiento de presentación de declaraciones y los problemas de liquidez para pagos pueden ser preocupaciones mayores para las empresas más pequeñas.
El documento también plantea medidas centradas en la Salud, como promover procesos y procedimientos sin contacto tanto por medios digitales como por medios más tradicionales; y aumentar la autodeterminación de impuestos u otros pagos y minimizar los procesos que requieren intervención manual o contacto personal con la administración tributaria.
Por otro lado, en el caso de productos sanitarios o de higiene y envíos de ayuda aprobados por las autoridades, se recomienda disponer exenciones de impuestos o aranceles aduaneros —si bien las tasas ya suelen ser bajas— y tener procedimientos de rápido despacho en aduana.
Asimismo, recomienda evitar las medidas tributarias que incentivan el contacto entre personas, ya que a criterio del Departamento "sería inadecuado a esta altura estimular la demanda en muchos de los sectores más afectados (transporte, hospitalidad…), que dependen del contacto personal (por ejemplo, reduciendo gravámenes sobre el turismo o impuestos a la aviación; en este último caso, también sería contrario a los objetivos climáticos)".
Para salvaguardar la supervivencia de las empresa, el documento señala que habida cuenta de que el nivel de cumplimiento tributario seguramente será menor, entre las posibles medidas destinadas a mantener la integridad del sistema, aunque limitando las quiebras empresariales indebidas, se encuentra garantizar que los anticipos de impuestos reflejen una evaluación plausible de los posibles resultados, en lugar de analizar exclusivamente los resultados de ejercicios pasados; y prorrogar los acuerdos de pago para contribuyentes que puedan demostrar problemas de liquidez; garantizar que las tasas de interés sobre pagos fuera de término sean razonables, y condonar sanciones en casos de verdadera dificultad.
También recomienda agilizar las devoluciones de IVA y otros reembolsos legítimos, pero sujetos a medidas de aplicación/verificación una vez concluida la crisis; mejorar la compensación cruzada de créditos fiscales con otras obligaciones, garantizando al mismo tiempo una contabilidad adecuada de todos los impuestos.
En materia de políticas, el Departamento del FMI recomienda ampliar los mecanismos para el traslado de pérdidas hacia ejercicios pasados, evaluar el reembolso (parcial) de pérdidas y la flexibilización de las restricciones que impiden a las empresas adquirentes utilizar las pérdidas fiscales de la empresa adquirida, sin perder de vista el riesgo de una concentración excesiva.
Además recomienda garantizar que los intereses condonados, rentas u otros cargos no reciban el tratamiento de renta imponible y, eventualmente, conceder al prestamista/arrendador la posibilidad de su deducción.
Por otro lado, y de manera temporal, recomienda reducir o eliminar los impuestos mínimos sobre empresas que no guardan relación con la rentabilidad; reducir o eliminar los impuestos sobre ingresos brutos o de regímenes simplificados para pequeñas empresas; y, en general evitar exoneraciones temporales de impuestos, recortes de impuestos sobre dividendos o ganancias de capital, recortes de impuestos ambientales y amnistías generales.
Finalmente, el Departamento de Finanzas Públicas del FMI recomendó proporcionar una doble deducción del impuesto de sociedades (u otra mejora) para salarios por licencia por enfermedad pagados a trabajadores a quienes se les ha reducido la jornada laboral; y considerar reducciones de impuestos sobre la nómina o seguridad social (preservando, al mismo tiempo, los derechos a las prestaciones).
El Departamento señaló que las recomendaciones expresadas en esa nota son las del personal técnico del FMI y no representan necesariamente las de la organización, su Directorio Ejecutivo o la gerencia de la institución.