El Banco Mundial reveló que el Producto Interno Bruto de la región de América Latina y el Caribe (exceptuando Venezuela) caerá -4,6% durante el año 2020 como consecuencia de la pandemia de COVID-19. Solo en Costa Rica, la caída proyectada para este año es de -3,3% del PIB nacional.
Dato D+: Para 2021 se espera un retorno del crecimiento de 2,6% oara América Latina y el Caribe (sin Venezuela).
Según informe presentado este domingo, la región experimentará una caída brusca del crecimiento debido a la crisis, lo que demandará respuestas múltiples en materia de políticas públicas para apoyar a los más vulnerables, evitar una crisis financiera y proteger los puestos de trabajo.
El último informe semestral de la Oficina del Economista en Jefe del Banco Mundial para América Latina y el Caribe señaló que a fin de ayudar a los más vulnerables a sobrellevar la pérdida de ingresos derivada del aislamiento, los actuales programas de protección y asistencia social deben ser "ampliados rápidamente, así como también su cobertura".
“Debemos ayudar a las personas a enfrentar estos desafíos mayúsculos y asegurarnos que los mercados financieros y los empleadores puedan capear esta tormenta”, dijo Humberto López, vicepresidente en funciones para la región de América Latina y el Caribe del Banco Mundial. “Esto significa limitar los daños y sentar las bases para la recuperación tan pronto como sea posible”.
De acuerdo con el Banco Mundial, la pandemia del coronavirus está provocando un gran shock de oferta: se prevé que la demanda de China y los países del G7 decaiga abruptamente, impactando a los países exportadores de materias primas en América del Sur y a los países exportadores de servicios y bienes industriales en América Central y el Caribe. A ello se suma un colapso del turismo que tendría un impacto muy severo en algunos países caribeños.
El informe destaca que muchos países de la región afrontan esta crisis con un espacio fiscal acotado y que los altos niveles de informalidad hace dificil llegar a todos los hogares y proteger todas las fuentes de empleo.
Muchos hogares viven al día y carecen de recursos para enfrentar los aislamientos y cuarentenas necesarios para contener la propagación de la epidemia. Muchos también dependen de remesas en rápido descenso. Para ayudar a los más vulnerables a sobrellevar estas dificultades económicas, los actuales programas de protección y asistencia social deben ampliarse rápidamente, así como también su cobertura.
El Banco señaló que los gobiernos deberían asumir la mayor parte de las pérdidas, ya que la socialización de estas podría demandar una participación accionaria en las instituciones financieras y en los empleadores estratégicos, a través de su recapitalización. "Este apoyo será clave en la preservación de puestos de trabajo y en una futura recuperación", afirma el informe, que proyecta para el año 2021 un retorno al crecimiento económico promedio de la región del 2,6%.
Durante la presentación del informe Martín Rama, economista jefe del Banco Mundial para la región de América Latina y el Caribe, señaló que estas perdidas deberán ser socializadas, por lo que la segunda prioridad después de ayudar a los más necesitados, es que cada país articule una visión de cómo enfrentará la sociedad en conjunto esta crisis.
Para Costa Rica, además de proyectar que su PIB caerá -3,3% este 2020, el Banco prevé un fuerte revés positivo para el año 2021, con un crecimiento esperado del 4.5% y para el 2022 del 3.5%.