Sebastián Rodríguez cuesta encontrarlo en Costa Rica por la cantidad de compromisos internacionales, sin embargo, cuando está...es un placer sacar el rato para profundizar en su historia. En esta ocasión, el atleta de Jiu Jitsu se quedó una semana para compartir con sus padres y competir...digo...ganar dos medallas de oro en Liga BJJ (torneo nacional).

Nuestro protagonista pasa disperso toda la entrevista y, según su versión, es una constante desde su infancia. Ni la ritalina, recomendada por aquella “malvada maestra” en la escuela, lograron calmar las ganas de descubrir y travesear, al punto que le tocó cambiarse de centro educativo en 5 o 6 ocasiones. 

En esa etapa de su vida, encontró el sentido en el deporte. Estudiar le parecía aburrido, no obstante, jugar fútbol con Saprissa y practicar Karate eran el éxtasis de la semana. Disciplinas que lo mantenían ocupado y con, su particular cerebro, funcionando al máximo de sus capacidades.

Al salir del colegio, se dejó llevar por la recomendación de un amigo. Probó la academia de Jiu Jitsu de André Oliveira y quedó cautivado durante 4 años. Una etapa con altos y bajos en el ritmo de entrenamiento...hasta que llegó la competencia que cambió su vida.

-Gané un National Pro y obtuve mi pasaje al mundial en Abu Dhabi.

-¿Y qué tal? ¿Una buena experiencia?

-En realidad no tanto. Mientras Oscar Pereira obtuvo medalla de oro, yo solo fui a participar. Fue la primera de tres caídas consecutivas en competencias internacionales.

Rodríguez sabía que en Costa Rica su crecimiento tenía tope, por lo que empezó a lavar carros y vender electrodomésticos para probar suerte en Estados Unidos. Aprovechó la estadía en la casa de una tía (New York) y, con poco dinero en el bolsillo, se montó en aquel avión.

En el "nuevo mundo", cada detalle se complicó porque, aunque su nivel era bueno para nuestro país, debió afrontar una exigencia inimaginable en la nueva academia (Unity - New York) y el constante ahorro de cada moneda para quedarse “una semana más”. En pocas palabras era: ¡Darlo todo o rendirse para siempre!

-No creo en el plan B, porque representa una opción para escapar del plan A.

-¿Y cuál fue el plan A en ese momento?

-La pedí a mi nuevo coach que me permitiera limpiar u ordenar la academia, además de gastar la plata que quedaba para inscribirme al Open de New York.

-Literalmente era todo o nada…

-Pues si (respira), y más aún porque gané el torneo y empecé a obtener “un respeto” entre los compañeros y profesores en New York.

A partir de esta etapa, su carrera no ha parado de crecer. Empezó a ganarlo absolutamente todo en mundiales, panamericanos, reconocidos campeonatos nacionales etc... en cinta morada y recientemente con la cinta marrón (desde noviembre 2019). No es para menos, el tico está forjando un camino con tal nivel de proyección, que hasta los sitios especializados en Jiu-Jitsu lo perfilan en la élite del mundo muy pronto.