Con el ser humano como centro y eje de las organizaciones, Ismael Cala, explica cómo se conjugan aspectos como la salud mental, la meditación, el desarrollo integral y la escucha activa como herramientas necesarias en tiempos de cambio vertiginoso.

El bienestar es la condición óptima para que las personas de las organizaciones sean productivas y para que esta productividad sea satisfactoria en sus vidas. Esto es algo que queda claro cuando se habla con Ismael Cala, un hombre que se ha reinventado a sí mismo y que ha establecido los parámetros que definen su concepción del éxito. Cala, como se le suele llamar, es el invitado en esta edición de Próxima Frontera, con él compartimos su visión de mundo.

Desde la empresa que preside, Cala Enterprises, este comunicador desarrolla una metodología aplicada que se denomina la Escala de Felicidad Corporativa (EFC). Es un índice para medir la felicidad en las empresas. En este sentido, de acuerdo con Cala, las necesidades humanas, desde el enfoque emocional, estuvieron muy ignoradas dentro de las organizaciones, pero esto ya no puede continuar así porque no es posible pasar por alto un tema que genera tanta ansiedad.

Para Cala, las empresas no solo deberían invertir en capacitación para la productividad de los colaboradores, sino también en su desarrollo integral. Esto sucede justamente en un contexto en que coexisten en el ámbito laboral diferentes generaciones con diferentes percepciones de la realidad.

De acuerdo con el entrevistado, cuando una organización no tiene en cuenta estas diferencias y no ha implementado una adecuada estrategia de comunicación, el rumor y el conflicto se esparcen y eso es como un cáncer que permea la organicidad de una corporación

Varias de las empresas con las que ha trabajado Cala son lideradas por mujeres, quienes han demostrado una gran capacidad para comprender y aplicar el nuevo enfoque del bienestar corporativo. “Creo firmemente en el liderazgo femenino, siento que el mundo necesita más equilibrio, más balance en todos los planos. La mujer tiene sin duda una energía conciliadora”, señaló el entrevistado.

Justamente en esta capacidad de entender para conciliar puntos de bienestar comunes es donde se hace notoria la capacidad de escucha. “Un liderazgo sin escucha, es dictadura, tan simple como eso”, explicó Cala.

A lo largo de su carrera profesional Ismael relató como aprovechó su propia experiencia como comunicador para explicar la noción trascendental de escuchar en las relaciones humanas: “Nadie te prepara para comunicar diciéndote que el momento más importante es el momento de la escucha”. Él aprovechó también para relatar el impacto que tuvo en su carrera su aprendizaje con el periodista Larry King quien una vez le dijo “nunca aprendí algo mientras era yo quien hablaba”.

La naturaleza de la sabiduría

En términos de sabiduría, Cala explicó su propia idea de lo que es vivir sabiamente. “La vida simplificada se logra teniendo consciencia, no viviendo en piloto automático”. En esta línea relató la importante experiencia de sacar tiempo para conocerse a sí mismo, así como refirió algunas herramientas prácticas que él emplea para acomodar sus pensamientos, dejar ir lo que no le sirve y tomar lo bueno.

Hago meditación, la hago guiada, e incluso uso mi propia aplicación de meditaciones guiadas que salió hace un par de meses en Cala meditando”, explicó el entrevistado, para quien esta práctica resulta esencial para cambiarnos de ser personas “reactivas”, a personas “responsivas”.

Si la meditación nos ayuda a estar mejor conectados con nosotros mismos, esto implica también conocer nuestras vulnerabilidades y gestionarlas sabiamente. Para Ismael Cala es posible mostrar vulnerabilidad sanamente y como parte de esta visión, no perdió la oportunidad de referir su historia personal frente a capítulos de enfermedad mental que sufrió como parte de su historia familiar y que relata él mismo en su libro “El poder de escuchar”.

Y cuando a Cala se le consulta, ¿cuál será la “Próxima Frontera” para humanizar y sanar las organizaciones?, él responde: “Está muy cerca esa próxima frontera porque hay organizaciones que ya han incorporado en su ADN el tema del “ser”, ser humano como centro, no la infraestructura, no la tecnología, no los softwares… el ser humano”.

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