Llegué a San Antonio, California para hacer mi debut en Combate Américas el sábado 2 de noviembre. Sin presiones, sin el desgaste físico y mental que ocasiona los largos meses de preparación (me confirmaron la pelea una semana antes). Ahora bien, eso es bueno y malo, ya que tampoco tuve un campamento apropiado para una pelea de este calibre. En ese momento era yo y las ansias de marcar la historia con el primer triunfo de un tico en esta connotada liga de Artes Marciales Mixtas.
Mi semana de pelea empezó el lunes 4 de noviembre con exámenes médicos desde buena mañana. Pruebas de sangre, las cuales odio, pero son algo reglamentario antes de cada pelea. Eso sí, unos exámenes marcados también por halagos a mi sentido de la vista. "Como un ojo biónico" dijo el optometrista entre risas.
Al terminar ese largo proceso...decidí andar en scooter y caminar para conocer la ciudad. A la mañana siguiente, me dirigí a entrenar un poco de estrategia en el octágono. En la tarde me tocó atender a la prensa y hablar de lo importante que era esta pelea para mí ¿Qué significaba? Historia como dije al inicio de esta historia. Venía con muchas ansias pero conforme pasaban los días...mi mente se alimentaba de confianza y seguridad.
Miércoles empezó temprano con fotos y además representó mi primer encuentro Eduardo "El Pube" Alvarado (mi oponente). El cual fue muy amable y me agradeció por aceptar la pelea, a pesar de los pocos días de campamento. Después de las fotos, atendí ciertos medios por entrevistas telefónicas y manifesté que ganaría por estrangulamiento ¡Lo primero es pensarlo y luego ejecutarlo!
Más tarde, empecé el complejo corte de peso. Fue una experiencia nueva porque esta vez corté con mi oponente al lado. Es decir, ahí empezó la competencia para mí. Me repetía en la cabeza que no importaba el cansancio porque no debía mostrar debilidad. Para los que han cortado peso, saben lo difícil que puede llegar a ser en tiempos de deshidratación. Después de 45 minutos en el sauna (rounds intermitentes de 10 min), logré bajar 5 lbs y quedar a 1 lb del peso requerido. El día había concluido con éxito.
El jueves me dirigí a realizar todos los exámenes post pesaje y demás. Rehidratarme y prepararme para el pesaje ceremonial en la tarde en el Freeman Coliseum, lugar donde se iba a realizar la velada de peleas. Al llegar me sorprendió la inmensidad del sitio. En las paredes anunciaban un concierto de Bad Bunny para el día siguiente de mi pelea. Me dio más aires de que este lugar era perfecto para romper la historia.
La noche anterior a la pelea, tomé la decisión de dormir hasta tarde porque mi pelea se daría a las 11 pm. Desperté, desayuné fuerte a las 11 de la mañana y realicé un entrenamiento rápido para activar los músculos. Después de una ducha y una siesta breve, tocó dirigirme a la arena para la gran cita. A diferencia de otras peleas...me encontraba calmado. Sabía exactamente lo que estaba por ocurrir y estaba consciente de todo. Ahora se preguntará usted: ¿Por qué?
Creo que, por primera vez, me sentí "como un profesional" en todo el proceso de preparación. Sabía a lo que iba sin siquiera haber aceptado el combate. La pelea es historia a parte, sin embargo, debo aceptar que fue el premio al trabajo responsable. Ganar así, con un sometimiento y faltando 30 segundos era todo lo que deseaba y, de alguna otra manera, esperaba. Se marcó la historia, pero más más allá de una victoria personal, me satisface pensar que pude abrir puertas para el desarrollo del deporte en el país. Costa Rica tiene un potencial gigante en MMA y es hora que sea reconocido en las mejores ligas del planeta.