La Unión Costarricense de Cámaras y Asociaciones del Sector Empresarial Privado (Uccaep), que es el sindicato de las cámaras y los grandes empresarios del país, conoce bien el significado del dicho popular: “en río revuelto, ganancia de pescadores”; el pasado jueves lograron integrar una mesa conformada por el Poder Ejecutivo y el Legislativo para analizar 11 medidas, que no son más que el añejo recetario neoliberal, anti pueblo, que han querido imponer desde siempre, sólo que ahora sin duda en medio de esta emergencia nacional ven una mayor ventana de oportunidad.
La estrategia es de sobra conocida, en la obra “La Doctrina del Shock”, la periodista canadiense Naomi Klein, concluye que las políticas de apertura al mercado impulsadas en el mundo en los últimos 40 años, se pudieron llevar a cabo no por ser necesariamente populares sino por haberse gestado en medio de un shock en la psicología social, en un clima de conmoción y confusión sobre el rol del Estado en la sociedad, lográndose posicionar las medidas de libre mercado y de privatización como salvadoras.
La tesis desarrollada por Klein no nos es ajena, en nuestro país a partir de la crisis del petróleo de principio de los ochentas hasta la fecha, las elites económicas junto a las empresas de comunicación han logrado convencer a una parte de la población de una gran mentira, pregonando que la única manera de salir de las crisis es vendiendo instituciones, flexibilizando las jornadas laborales, subiendo impuestos regresivos y exonerando al gran capital, entre otros. Paralelamente a este recetario la desigualdad social ha crecido, y el desempleo antes de la pandemia superaba el 12%, debilitándose también las instituciones garantes de nuestro Estado Social de Derecho.
Un pasaje de la cultura pop que nos retrata bien la teoría de Klein la encontramos en la famosa serie estadounidense “Juego de Tronos”, cuando los consejeros reales Little Finger (“Meñique”) y Varys, discuten el futuro del reino, mientras observan el codiciado trono de hierro, donde se siente quien gobierna los siete reinos, y sobre el que gira la historia. Varys sostiene que el caos es un abismo que devorará a todos los ciudadanos del reino, a lo que el primero corrige diciéndole que, al contrario, el caos es una escalera, cuya escalada es selectiva, y que no basta con quererla subir, siendo pocos quienes lo logran; he ahí la estrategia del personaje para el resto de temporadas; he ahí también el modus operandi de una minoría que cada vez se ha hecho más rica en nuestro país.
Eso sí, ni ellos ni el ministro de Hacienda y mucho menos el presidente de la República han hecho mención de la necesidad de gravar a las grandes riquezas, o a los mal llamados “grandes contribuyentes” que declaran 0 ganancias, y que tras un “sala cuartazo” del diputado frenteamplista José María Villalta, el Ministerio Hacienda se vio obligado a publicar quiénes son, evidenciando una vez más la implacable red de cuido de la que han gozado en las últimas décadas.
Justamente el diputado Villalta presentó esta semana un proyecto para la contribución solidaria de grandes rentas y salarios para la atención de la emergencia por COVID-19, que busca una mayor justicia y equidad en el aporte solidario (necesario sin duda) de parte de los trabajadores públicos y privados, pero también de las grandes rentas, riquezas y altos salarios. Este es el tipo de iniciativas que debería secundar el Poder Ejecutivo y las diferentes fracciones legislativas, y no las de aquellos que quieren seguir subiendo las escaleras en medio del shock y el caos.
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