El pasado 4 de marzo, aparecía en grande, el nombre de Costa Rica en los principales medios de comunicación germanos.

Este día se publicó en Berlín el informe anual de las ONG Brot für die Welt y Civicus, denominado ATLAS DER ZIVILGESELLSCHAFT 2020 (Atlas de las Sociedad Civil), el cual muestra una radiografía actualizada, detallada y precisa de la situación democrática y tutela de los derechos fundamentales por parte de los Estados a nivel mundial.

El resultado es contundente ¡La democracia y el respeto de los derechos civiles y políticos de los ciudadanos y las ciudadanas se encuentra en crisis en todo el mundo!

De acuerdo con el estudio, solo un 3 por ciento de la población mundial (259 millones de personas) vive en países con pleno respeto de los derechos fundamentales, mientras que el año pasado representaba un 4 por ciento. Dicho de mejor forma, a contrario sensu, un 97 por ciento de la población a nivel global (alrededor de 7.333 Millones de personas) vive en 153 Estados en los cuales los Poderes Públicos limitan y transgreden constantemente sus libertades de tránsito, de opinión, reunión pacífica y asociación, principalmente.

El informe clasifica a los 196 países evaluados en 5 categorías, iniciando el mejor puntaje con la clasificación de offen (abierta, de 100 a 81), seguido de beeinträchtigt (mermada, de 80 a 61), beschränkt (limitada, de 60 a 41) unterdrückt (oprimida, de 40 a 21), y por último geschlossen (cerrada, de 20 a 0).

Mientras que la categoría de países offen —donde habita el 3% de la población mencionada— presupone una tolerancia de los gobernantes a la crítica, el sometimiento absoluto de los Estados a un régimen de derecho y el reconocimiento de las garantías individuales. Los grados inferiores suponen manifestaciones de conductas arbitrarias de las autoridades públicas frente a la sociedad civil. Que va desde la excesiva represión policial de protestas, hasta intimidación, acoso, detención e incluso asesinato de activistas, defensores de derechos humanos y periodistas que se atreven a criticar a quienes ostentan el poder político.

Que Costa Rica figure en los titulares de prensa no es casualidad, de conformidad con el estudio, los ciudadanos y las ciudadanas costarricenses forman parte del selecto grupo del 3% de la población mundial donde subsiste, a pesar de factores influyentes como la convulsión social del 2019 a nivel global, un pleno Estado Democrático de Derecho.

En el continente americano Canadá y Uruguay acompañan a nuestro país en la privilegiada clasificación. A nivel de la Unión Europea la evaluación tampoco es complaciente, Alemania, Bélgica, los Países Bajos y nórdicos son la excepción.

Por el contrario, dentro de la clasificación de los Estados con limitaciones, restricciones y hasta proscripciones a los derechos civiles y políticos, como por ejemplo la libertad de tránsito, de opinión, reunión pacífica y asociación, se encuentran: Estados Unidos, Reino Unido, Francia, España, Italia, Argentina, Japón, Australia y 145 más.

Con base en este panorama, cabe cuestionarse entonces sí:

¿Es realmente consciente la sociedad costarricense del paraíso democrático en el que vive, en comparación con un escenario internacional convulso, definido por una mayoría de dirigentes políticos autoritarios, y cada vez más frecuentes ultraconservadores, y, en una región caracterizada por la afinidad con la supresión de los derechos fundamentales?

¿Se encuentra uno de los países más democráticos, estables y pacíficos del mundo, en peligro de extinción?

Sirvan estas interrogantes como un acercamiento a la reflexión, a propósito de la progresiva hostilidad política que determinados medios de prensa y opinólogos vienen profesando.

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