El vuelo 752 de Ukraine International Airlines que se estrelló en la capital de Irán la misma noche en que ese país lanzó un ataque contra varias bases militares iraquíes que albergan tropas estadounidenses fue derribado por un misil antiaéreo. Así lo afirmaron funcionarios del Pentágono a la revista neoyorquina de noticias Newsweek , a la cadena CBS y a Fox News.

De acuerdo con las fuentes de esos medios de comunicación, la aeronave fue impactada por un sistema de misiles tierra-aire Tor-M1 de fabricación rusa, conocido por la OTAN como Gauntlet. El derribo apunta a haber ocurrido por error de las fuerzas iraníes que se encontraban atacando las bases militares de Iraq.

Según los oficiales, Estados Unidos detectó el lanzamiento de dos misiles y una posterior explosión mediante instrumentos satelitales de visión infrarroja a la hora y en la zona en que el avión se estrelló en un barrio al sur de Teherán.

176 personas murieron en la aeronave que se dirigía a Kiev, Ucrania y cuyo país ha abierto una investigación criminal sobre el asunto. Inicialmente la Embajada de Ucrania en Irán acogió la hipótesis del régimen fundamentalista de que el aparato se estrelló por la falla de uno de sus motores, pero después retiró esa afirmación y señaló como posibles causas el impacto de un misil o terrorismo.

La teoría del accidente externada por el gobierno de Irán ha sido ampliamente puesta en duda, ya que el incendio de un motor no es suficiente para que un Boieng 737-800 se estrelle. Ese tipo de aeronaves pueden volar a la perfección con un solo motor y tampoco es consistente que el incendio de uno de ellos genere la pérdida repentina de la comunicación con la aeronave, la cual dejó de transmitir información sobre su altitud, velocidad y ubicación.

El señalamiento del Pentágono es consistente con los reportes de que restos de un misil Tor M-1 fueron encontrados en un suburbio al sur de Teherán, lugar donde el avión se estrelló. También encaja con la aparición de agujeros en los restos del fuselaje que son consistentes con el impacto de proyectiles.

Irán se negó a entregar las cajas negras de la aeronave a investigadores internacionales pero afirmó que la aeronave se incendió en el aire y que intentó dar la vuelta para aterrizar, pero que la tripulación no hizo ninguna llamada de auxilio.

En el vuelo murieron 82 ciudadanos iraníes, 63 canadienses, 11 ucranianos, 10 suecos, 7 afganos y tres británicos.