Este lunes 25 de noviembre, además de las conmemoraciones relativas a la eliminación de la violencia contra las mujeres, también celebramos cuarenta y dos años de la ley de creación del Centro Costarricense de Producción Cinematográfica del Ministerio de Cultura y Juventud, la ley No.6158. Ese 25 de noviembre de 1977 en la administración Oduber Quirós y con don Guido Sáenz González como Ministro de Cultura se solicitó desde la Casa Presidencial su publicación y ejecución.
A partir de ese momento, se desarrolló un enorme trabajo documental que retrató la Costa Rica de los años setentas y ochentas, material que se alberga en el Archivo de la Imagen Francisco “Chico” Montero que custodia el Centro de Cine, el cual resguarda las primeras imágenes de la Costa Rica de 1910 en adelante. Gracias a las tecnologías actuales la comunidad nacional e internacional tienen la posibilidad de apreciar este acervo con más de cincuenta títulos de producción cinematográfica institucional en nuestro sitio Web.
La promulgación de la ley 6158 tiene una importancia decisiva pues le ha permitido a la Institución habilitar los diversos programas y proyectos a lo largo de estas cuatro décadas. Merece agradecerles y recordar a las personas que hicieron posible este gran paso en la política pública en materia cultural, que le han dado sentido al quehacer de la institución todo este tiempo.
Nuestro país desde el 2007 pertenece a la Conferencia de Autoridades Audiovisuales y Cinematográficas de Iberoamérica, forma parte del programa de coproducción Ibermedia que ha posibilitado la realización de más de setenta y un obras cinematográficas, estamos incorporados a la Coordinadora Latinoamericana de Imágenes en movimiento (CLAIM) lo que nos ha permitido generar capacidades de rescate, conservación y difusión de la memoria audiovisual nacional.
Asumimos este “cumpleaños” con la responsabilidad de estar trabajando muy fuerte y decididamente por la aprobación de una nueva ley de cine que promueva el desarrollo definitivo de la industria, que desarrolle una cinematografía costarricense vigorosa –como ha demostrado serlo en estos últimos años-, que genere encadenamientos productivos a lo largo y ancho del país, potenciando emprendimientos en las más diversas profesiones y oficios como suele ocurrir cada vez que se realiza una obra cinematográfica.
Costa Rica tiene hoy las condiciones tecnológicas y capacidades humanas para asumir este desafío generando propiedades intelectuales, desarrollando narrativas audiovisuales que luego viajen alrededor del mundo, para constituirse como una sociedad que trasciende de ser solamente consumidores y observadores pasivos, a ser productores creativos y exportadores de contenidos cinematográficos y audiovisuales.
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