El Banco Popular de China devaluó este lunes el yuan a niveles no vistos desde hace 11 años, elevando las tensiones de la guerra comercial con los Estados Unidos y el temor de que ahora se desate una guerra de divisas con repercusiones a nivel mundial.
La medida del banco chino consistió en retroceder el valor del yuan en 1,4%, rompiendo la "barrera psicológica" de siete yuanes por dolar. La decisión es represalia a la decisión del gobierno de Donald Trump, de imponer aranceles del 10% a productos chinos por un valor de 300 mil millones de dólares.
La devaluación ahora hace más baratos los bienes y servicios que exporta china, lo que incentivaría su adquisición. De este modo, aunque Estados Unidos los encareció con el arancel del 10%, China los abarató con la devaluación.
El presidente estadounidense reaccionó de inmediato a través de su cuenta oficial de Twitter:
China devaluó su moneda a un mínimo histórico. Eso se llama 'manipulación monetaria'. ¿Estás escuchando Reserva Federal? ¡Esta es una violación importante que con el tiempo debilitará a China!
Horas más tarde, el Departamento de Comercio de los Estados Unidos declaró a China como "país manipulador de divisas", algo que tiene implicaciones a nivel internacional pues ahora se considera que el país incurre en prácticas desleales.
La medida, además, podría tener un efecto negativo en los inversionistas chinos, quienes abandonarían el yuan y preferirían otras denominaciones como el oro, franco suizo o el mismo dolar. También se aumenta el riesgo de que ocurra una fuga de inversiones y deteriora el poder adquisitivo de las empresas y de los hogares.
La devaluación de la moneda se tradujo en grandes pérdidas en la Bolsa de Valores de Nueva York este lunes. El Índice Industrial Dow Jones cayó 767 puntos respecto al cierre de la semana pasada (−2.9%) y el Índice Nasdaq Composite cayó 278 puntos (−3,4%).
Además, las monedas latinoamericanas también perdieron valor frente al dolar tras la decisión de China. Por ejemplo, el peso mexicano y el real brasileño bajaron frente al dólar 1,35% y 1,24% respectivamente, mientras que el peso chileno tocó un mínimo no visto en tres años.