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— Para quienes no recordaban la existencia del CNP hasta que se volvió a hablar de él esta semana, vamos a aclarar algunos puntos y luego referiremos al proyecto de ley que busca cerrarlo.

— Primero que nada, el Consejo Nacional de la Producción es una institución autónoma, fundada en 1956 con la función de fomentar las actividades productivas agropecuarias. Para ello la institución tiene múltiples programas que se encargan de comprar a productores nacionales para proveer de alimentos a instituciones públicas como hospitales, cárceles y centros educativos. De ahí es donde, se supone, provienen sus ingresos principales.

— Valga señalar que decimos que "se supone" porque, como el mismo presidente Carlos Alvarado ha señalado, las deudas de las instituciones del Estado con el CNP son altísimas y por eso, por su parte, el CNP tiene otras deudas igual de enormes con múltiples proveedores. Por eso es que la crisis financiera de la institución no ha hecho más que crecer y crecer en los últimos años y por eso es que desde el 2013, la Contraloría General de la República tiene levantadas las alertas rojas al respecto. Así, aunque se han presentado infinidad de proyectos de ley para salvar a la institución, lo cierto es que ninguno de ellos ha visto la luz.

— La noticia esta semana, es que la última de estas iniciativas legislativas que se presentó en referencia al CNP ya no busca salvarla, sino ponerle candado. Esta fue presentada por el diputado socialcristiano, Pablo Heriberto Abarca, quien bajo el expediente 21.464 propuso cerrar la institución asegurando que hay una duplicidad de funciones con respecto a las labores que realizan el Ministerio de Agricultura y Ganadería y el de Economía, Industria y Comercio y que por ello no hay razón para que el CNP siga funcionando. Abarca considera que "el Consejo ha agotado su vida útil" y que es necesario cerrarlo y enviar a sus funcionarios a trabajar al MAG.

— El proyecto además, agrega que se traslade la Fábrica Nacional de Licores, ente adscrito al CNP, a la Liga Agrícola Industrial de la Caña de Azúcar (LAICA) —por ser este el conglomerado de empresas que producen la materia prima de la FANAL— y que a partir de ello se abra, de aquí a cinco años, el mercado del alcohol en el país, pues a la fecha es un monopolio.

— El plan, sin embargo, ya fue rechazado por la Presidencia de la República y por los propios productores asociados a la entidad. Ayer mismo el mandatario Carlos Alvarado señaló que aunque sí, el CNP debe mejorar su gestión, el tema no está para "decir simplemente ‘cierren y se acabó’" pues señaló que hay que enfocarse en que las instituciones paguen sus deudas para volver a darle aire a la institución.

Yo en el discurso del 2 de mayo, por ejemplo, mencioné que aquellas instituciones que tengan deudas con el CNP, tienen que cancelarlas rápido. Me dijo don Rogis (presidente ejecutivo del CNP) que días después habían recaudado ₡2300 millones que tenían en morosidad. Eso tiene que ver con gestión y eso ha ido avanzando.

— Además, el espaldarazo de Presidencia al CNP parece ser tan fuerte, que ayer también se anunció que se destinarán 3.300 millones de colones para el nuevo edificio del Consejo pues su funcionamiento, según Zapote "es vital para el agro nacional".

— Una opinión similar es la de la Unión de Pequeños Productores Agropecuarios Costarricenses (Upanacional) y la de la Organización de Pequeños Productores Agropecuarios, ambas organizaciones afiliadas a la institución, que señalaron que la entidad es "un generador económico y de empleo" para pequeños y medianos empresarios de todo el país.

— Sin embargo, lo cierto es que las opiniones favorables hacia el cierre de la institución no han sido pocas y entre ellas se cuenta la del analista político económico Juan Carlos Hidalgo, quien comparó a la institución con los zombies de The Walking Dead.

— Hidalgo asegura que el CNP perdió su razón de ser y lo ilustró con el hecho de que un estudio reciente de la Contraloría dijo que casi el 60 % de los productos que vende el CNP a las escuelas, son más caros que los que se encuentran en los supermercados.

— Ahora, como señalaba el también economista Saúl Weisleder en una columna publicada en Delfino.cr como respuesta, el tema no es la cantidad de dinero que se gaste en los productos que se compran al CNP sino en el beneficio a los productores a quienes se compra, que en este caso son los locales. ¿Se imaginan el impacto que perder ese ingreso tendría en sus producciones? Ante el panorama económico nacional, imaginárselo es lo suficientemente desalentador como para detenerse unos segundos y tomarlo en cuenta.

— Además, otro punto a considerar es el que señalaba Eli Feinzaig cuando aseguraba que si bien a su parecer la institución sí debe cerrarse, no es esta la forma, pues el tema particular de la FANAL puede terminar en un arroz con mango bastante difícil de tragar. El economista señaló que la idea de pasarle la FANAL a LAICA lo que haría es monopolizar el cultivo y la comercialización de la caña de azúcar, sentenciando a la pobreza a miles de pequeños productores y ese es un punto que tampoco se puede invisibilizar:

¿A cuenta de qué regalar Fanal a una cámara de empresarios agroindustriales? Fanal tiene algunos activos valiosos, en especial sus bienes raíces y la marca Cacique. No es correcto disponer de esos activos, que mal que bien son de todos los costarricenses, a título gratuito. Cerremos el CNP y vendamos Fanal al mejor postor, en licitación pública internacional. Saquémosle plata para por lo menos recuperar las pérdidas del CNP, o para disminuir la deuda pública, construir un clínica o una escuela. No para engordar las billeteras de unos cuantos. 

— El CNP tiene problemas serios, eso nadie lo duda. Su estructura ya es obsoleta y urge de mejoras pero ¿ponerle candado? Mmmm... el tema requiere mucha conversación y análisis. No lo dejen pasar y estén pendientes, pues seguiremos informando.

Esta nota es parte del Reporte: Entonces... ¿cerrar el CNP? Y ¿qué tanto nos impactará el IVA?