La foto de la imagen de esta nota parece sacada de la serie Chernobyl de HBO pero no: es la Facultad de Artes de la UCR, propiamente de uno de los espacios donde se están impartiendo las clases de Diseño Escultórico.

Aquí, las inundaciones, las filtraciones de agua y las condiciones que rayan en el hacinamiento, son cosa de todos los días y es parte de lo que deben sortear los estudiantes.

Así nos lo manifestaron personeros de las asociaciones de esta carrera en un comunicado enviado a la prensa en el que expresaron su situación y exigieron a la Rectoría de la Universidad que dé atención inmediata a estos problemas.

¿Cuáles son sus quejas en detalle? Pues que el edificio de la Escuela de Artes Plásticas está tan deteriorado, que las clases, ahora que empezaron las lluvias, se están impartiendo bañadas en goteras. Así nos lo manifestó Mariana Vargas, estudiante de Escultura, con quien conversamos esta semana para ampliar en el tema.

La queja es particular en todas las carreras de Artes Plásticas pero se agrava en Diseño Escultórico, que es la especialidad que imparte clases en las instalaciones más perjudicadas. Ofrece lecciones a más de 10 grupos de talleres con 15 y 20 personas cada uno y a 14 estudiantes de la especialidad de escultura.

Nosotros desde Escultura nos vemos demasiado afectados por esta situación. Literalmente estamos recibiendo clases dos grupos al mismo tiempo. No tenemos ni espacio para trabajar y ya es demasiado peligroso trabajar todos juntos. Las instalaciones no aguantan la capacidad de las máquinas trabajando al mismo tiempo y ya no podemos hacer nada más. Hemos estado trabajando en condiciones super peligrosas. Además, la capacidad eléctrica del lugar ya no da.

Vargas aseguró que "se nos está metiendo demasiado el agua" y que esto, debido al uso de las máquinas que requiere la especialidad, los está exponiendo a una condición de sumo riesgo diario.

Según el comunicado enviado, "algunos de los riesgos de este hacinamiento incluyen el peligro ante el uso de materiales que desprenden polvo (piedra y madera), virutas de metal, ácidos para pátinas, procesos de fundición y resinas que liberan gases, tanques de acetileno y propano altamente inflamables, faltante de salidas de emergencia y extintores. Así como, el uso de herramientas pesadas en instalaciones eléctricas rodeadas de goteras y espacios inundados".

El proceso para reparar el edificio empezó en el año 2015 cuando se presentaron los primeros procesos formales de denuncia respecto a este tema a partir de los cuales el Ministerio de Salud emitió una orden sanitaria. Desde entonces, según la Escuela, en testimonios respaldados por Vargas, les han venido haciendo promesas de remodelar el edificio que no se han cumplido y aunque el estudiantado en 2018 pidió que los pasaran a lo que hasta ahora era el edificio de Ingeniería (ya que la Facultad de Ingeniería se trasladó a un nuevo edificio en la Ciudad de la Investigación) esta solicitud fue rechazada meses atrás puesto que el edificio libre tampoco está en condiciones óptimas.

La promesa es reparar esa edificación para que la Facultad de Artes se pase a la brevedad, según nos contó Vargas, pero eso tampoco se ha cumplido:

Este no es un edificio que nosotros aceptemos. En teoría nosotros teníamos que aceptar el edificio (libre de Ingeniería) y decir que sí pero nosotros siempre hemos peleado porque nos den un edificio nuevo, construido para nosotros con las necesidades que tenemos pero bueno, no hay presupuesto y no hay nada para hacerlo, entonces no nos queda otra que aceptar Ingeniería, que no nos molesta porque ahorita ni siquiera podemos trabajar en Artes porque es demasiado peligroso.

En el comunicado de prensa que recibimos se se expresa que:

Desde la Cátedra de Diseño Escultórico, denunciamos que: tanto docentes como estudiantes han realizado trámites y cartas a las autoridades universitarias para solicitar un mejoramiento del espacio o el permiso respectivo para trabajar en el edificio antiguo de ingeniería, a lo que las tardías respuestas han sido negativas y desesperanzadoras.

La nota publicada por la Universidad de Costa Rica el 27 de mayo de 2019 delega ahora la responsabilidad a la Asamblea de la Escuela de Artes Plásticas para la aprobación de planos constructivos y el uso del antiguo edificio de Ingeniería, pero se señala que el proceso no tiene fechas establecidas, mientras la integridad de los estudiantes sigue en peligro.

La solución momentánea que les dio la universidad fue la limpieza de canoas y la propuesta de instalación de dos bajantes más, pero para los estudiantes que denuncian, estas son labores de mantenimiento que no garantizan la solución al problema de filtración de aguas y mucho menos responde a los riesgos por hacinamiento.