El Presidente de la República, Carlos Alvarado Quesada rindió a la Asamblea Legislativa su informe sobre el estado político de la nación con la misma fórmula conocida desde hace años en el Congreso: lectura de un discurso extenso, seguido de una réplica de quien ocupe la presidencia y luego análisis del mismo por parte de las fracciones en dos sesiones de Plenario completamente dedicadas a ello.
Para quienes vieron por primera vez esta forma de rendición de cuentas del Ejecutivo al Legislativo les podrá parecer algo magnífico, sin embargo, año tras año queda más en evidencia que esta técnica ya está desfasada, inútil y solamente sirve para que los próximos dos días la oposición hable de lo que faltó, porque el Ejecutivo no fue lo suficientemente amplio ni hizo su trabajo de presentar el informe para los congresistas, quienes representan comunidades y tienen intereses que son conocidos por todos, por lo que dicho informe debería girar sobre esos aspectos.
Pero dejando de lado la crítica...