Durante las últimas semanas ha estado en boca de todos el tema del desempleo, y los números nos muestran que no es para menos, según la encuesta continua de empleo realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Censos de Costa Rica (INEC), para el primer trimestre del 2019 la tasa de desempleo llegó a ser 11,3% de la fuerza de trabajo, el equivalente a 276.279 personas sin una fuente de ingresos segura.
El fenómeno del desempleo no es algo nuevo en la sociedad costarricense, según los datos del INEC, poseemos una tasa de desempleo promedio de 9,7% desde la llegada de los gobiernos PAC, nos hace pensar que las políticas de empleo no se están realizando de manera óptima.
El alto desempleo va asociado directamente al bajo nivel de actividad económica presente en la economía. En la actualidad, la actividad económica nacional se encuentra en una desaceleración que viene a lo largo de todo este año, esto lo demuestra un indicador importante como lo es el Índice Mensual de Actividad Económica (IMAE), el cual nos revela un crecimiento por debajo de las expectativas del Banco Central de Costa Rica, ya que crecemos menos del 2% de manera interanual. Este indicador nos refleja las pocas o nulas posibilidades de generación de empleo por parte de las actividades productivas en el país, así lo ha expresado la Cámara de Industrias de Costa Rica, que han dado a conocer las pocas posibilidades de aumentar el nivel de producción y empleabilidad.
De la misma manera, la economía global es de suma importancia para la empleabilidad y el desarrollo de actividades económicas esenciales para una economía pequeña como lo es la nuestra. Organismos como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) han pronosticado crecimientos por debajo de lo esperado para economías importantes, por lo tanto, una desaceleración de la economía mundial nos viene a afectar aquellas actividades económicas en las que somos atractivos internacionalmente como lo es el turismo, la agricultura, bienes y servicios que no son de primera necesidad para nuestros compradores, por lo que nos impacta directamente estos sectores.
Las opciones para maniobrar son reducidas, el déficit nos amarra las manos con la aplicación de algunas políticas que lleguen a subsanar los fenómenos sociales y económicos presentes en el país, sin embargo, no todos los caminos están cerrados. Podemos accionar mecanismos que lleguen a impactar de manera importante la economía nacional y el desempleo, iniciando por la aplicación de una política monetaria para así reducir las tasas de interés, es hora de bajar el encaje mínimo legal y la tasa de política monetaria, así de esta manera abaratar los recursos de inversión y consumo en una economía que se enfría, se congela.
Por otro lado, podemos accionar políticas que se reflejen directamente en el mercado laboral, reduciendo los costos de contratación o siendo más atractivos para empresas que empleen en volumen, lastimosamente, el gobierno y sus ministerios no accionan en búsqueda de reducir de manera efectiva y tajante las altas tasas de desempleo mediante estos mecanismos.
Las propuestas de reactivación por parte del gobierno PAC son mínimas, se han enfocado en temas que si bien son importantes, no son prioridad. La prioridad debe ser luchar para darle un empleo a los cientos de miles de costarricense que tienen deudas, familia y vida.
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