El 4 de marzo pasado el Banco Central acordó mantener la Tasa de Política Monetaria (TPM) en 5,25%.

Si bien es una noticia positiva, continuamos sin medidas que permitan una reactivación de la economía, que propicien la inversión, el empleo y el ingreso de las familias, es decir, la prosperidad.

Tenemos claridad absoluta que una condición necesaria para la reactivación económica es la estabilidad de la moneda, tanto interna (inflación), como externa (tipo de cambio), pero también tenemos claro que en un entorno de ralentización de la economía mundial y una desaceleración económica del país, la estabilidad no resulta suficiente.

Hemos venido insistiendo en la importancia y necesidad de disminuir las tasas de interés activas, principalmente aquellas que impactan el crédito destinado a proyectos productivos.

Dado que el fenómeno de la inflación parece alejarse conforme a todos los indicadores que la determinan, sugerimos respetuosa y vehementente al Banco Central considerar una disminución del encaje mínimo legal actual que, según la Ley Orgánica del Banco Central de Costa Rica, tiene un límite máximo del 15% de los depósitos y captaciones, límite en el que nos hemos mantenido desde hace muchos años. En varios países de la OCDE la recomendación ha sido disminuir dichos encajes.

La reducción el encaje aumentaría la liquidez, bajaría la tasa de interés, incentivaría la inversión, generaría empleo.

Esta medida reduciría el costo de los fondos de la banca comercial y se podría reducir la tasa de interés a los sectores productivos, colaborando de esta manera a la reactivación económica y prosperidad que tanto necesitamos.

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