Miramos con preocupación números que no dejan mucho margen si quiera a la duda razonable. El reciente estudio de CIEP nos da cuenta de una realidad a la que no se puede dar la espalda: desinterés y apatía. Más allá de la nada-sorpresiva baja nota con la que los costarricenses puntúan a muchos de nuestros líderes lo que más llama la atención es que tantas personas en el país no puedan ubicar al presidente de la Corte o a la presidenta del Congreso.

Aunado a esto, lo ya sabido: pobre afiliación partidaria. Los costarricenses no se sienten representados por sus partidos políticos y esto una vez más nos indica que estamos frente a un mar abierto... y revuelto. Cualquier cosa puede pasar, como ya ha pasado antes. Y por eso mismo tenemos que prestar mucha atención a las elecciones municipales, buen termómetro del panorama que nos espera para las presidenciales del 2022. Falta mucho sí: pero no falta tanto.

La culpa de estos números, hemos dicho, es repartida. Quienes han tenido que dirigir a...