El ministro de Salud de Sri Lanka, Rajitha Senaratne reconoció que las autoridades del Gobierno no atendieron a varias advertencias realizadas por agencias de inteligencia respecto a los planes de un grupo islámico radical de perpetrar un atentado contra iglesias y hoteles de lujo en el país asiático.

Senaratne reconoció en rueda de prensa que el Ejecutivo obtuvo advertencias desde el 4 de abril de este año. Cinco días después, el Ministerio de Defensa informó al jefe de policía de Sri Lanka la identidad del grupo que presuntamente organizaba los atentados y el 11 de abril un policía alertó nuevamente a la División de Seguridad Judicial y Diplomática.

De acuerdo con el Gobierno, los atentados fueron llevados a cabo por siete atacantes suicidas ligados a un grupo armado yihadista identificado como National Thowfeek Jamaath (Organización Nacional de Monoteísmo).

El ministro de Salud apuntó a la disfunción en el gobierno como posible causa de que las autoridades no tomaran medidas adecuadas sobre la amenaza, ya que recordó que el presidente de Sri Lanka, Maithrela Sirisena, destitutó al Primer Ministro Ranil Wickremesinghe a finales de octubre del año pasado y disolvió su gabinete, sin embargo, el Tribunal Supremo revocó la decisión pero no se le permitió a Wickremesinghe asistir a las reuniones de Consejo de Seguridad del país desde esa fecha.

El Gobierno dijo que todos los atacantes suicidas eran ciudadanos de Sri Lanka, aunque sospechan que tenían conexiones con el extranjero.

La cifra de muertos por los ataques subió a 290 y la de heridos a 500, en lo que es el episodio de violencia más importante en la nación asiática desde el fin de la guerra civil hace una década.