El gobierno del presidente Carlos Alvarado Quesada presentó este domingo el Plan Nacional de Descarbonización 2018-2050, con miras a que el país migre a una economía amigable con el ambiente y dé el ejemplo a otras naciones, de cara al cumplimiento del Acuerdo de París sobre el cambio climático y los Objetivos para el Desarrollo Sostenible.

Con un evento en el Museo del Arte Costarricense, la administración Alvarado afirmó que la descarbonización es la gran tarea de la actual generación y que Costa Rica debe ser uno de los primeros países, si no el primero.

El plan consta de diez ejes con metas concretas que deberán cumplirse plenamente para el año 2050.

La primera es desarrollar un sistema de transporte público (buses, taxis, tren) y movilidad compartida alimentado por energías limpias y tan eficiente que haga menos atractivo el uso de automóvil particular para desplazarse. La meta concreta para este eje es que el uso de medos no motorizados de transporte se incremente en al menos un 10% y que para el año 2035 el 70% de los autobuses y taxis sean cero emisiones.

Para el año 2050, según dicho eje, el sistema de transporte sustituirá los vehículos privados como principal opción de movilidad y será a partir de ese año que el 100% de la flota de autobuses y taxis operará sin emisiones contaminantes.

La transformación de la flota vehicular particular también figura dentro de las metas del plan. Para el año 2025 se planteó como meta estabilizar el crecimiento de compras de motocicletas y adoptar estándares para favorecer la venta de motos cero emisiones. Diez años después, la flota vehicular de Costa Rica deberá ser eléctrica en un 25% y para el año 2050 lo deberá ser el 100% de los vehículos livianos nuevos y el 60% de la flota de vehículos ligeros-privados y públicos.

El tercer eje es reducir el impacto que tiene sobre el ambiente el transporte de carga en el país, favoreciendo para ello las tecnologías de eficiencia energética y el uso de vehículos bajos en emisiones de carbono.

Las dos metas del anterior eje son tener para el año 2022 un inventario público sobre las emisiones contaminantes de los vehículos de carga y poner en marcha planes piloto para aumentar la eficiencia de los camiones, mejorando la logística del transporte. Para el año 2050 al menos el 50% del transporte de carga deberá ser altamente eficiente y deberá haber reducido sus emisiones en al menos un 20% respecto a los niveles del año 2018.

El cuarto eje consiste en consolidar el sistema eléctrico nacional, de modo que sea capaz de abastecer y gestionar energía renovable a un costo que sea competitivo para los consumidores, al tiempo que se mejora la gestión de los clientes mediante la digitalización de procesos institucionales y comerciales.

Las metas de dicho eje consisten en tener para el año 2030 una matriz eléctrica 100% renovable y para el año 2050 que la energía eléctrica sea la principal fuente de combustible para el sector transporte, residencial, comercial e industrial, prescindiendo de uso de combustibles fósiles.

El siguiente eje es desarrollar edificaciones de uso comercial, residencial e institucional que tengan estándares de alta eficiencia y bajas emisiones contaminantes. Para ello, en el 2030 el 100% de las nuevas edificaciones deberán ser diseñadas y construidas con modelos de resilencia y usando tecnologías bajas en emisiones contaminantes; y para el año 2050 el 100% de las edificaciones comerciales, residenciales e institucionales del país deberá operar con estándares de bajas emisiones, implementando además el uso de energías renovables en los procesos de cocina y calentado de agua.

Le sigue el eje de modernizar el sector industrial, a través de la aplicación de procesos eléctricos, sostenibles y más eficientes. La meta al 2030 es contar con una estrategia y modelos de negocio de diseño integral que consideren las acciones necesarias para atenuar y responsabilizarse del impacto de un producto desde su nacimiento, distribución y posterior descarte, y para el año 2050 que el sector industrial se apoye más en fuentes de energía bajas en emisiones.

El séptimo eje consiste en desarrollar un sistema de gestión integrada de residuos basado en la separación, reutilización, revalorización y disposición final de máxima eficiencia y bajas emisiones. La meta al 2022 es contar con el Plan Nacional de Mejores Opciones Tecnológicas, para reducir las emisiones de metano por residuos orgánicos. Al año 2030 Costa Rica deberá tener una cultura ciudadana y empresarial orientada a una menor generación de residuos y a un exitoso manejo de los mismos y para el 2050 el 100% del territorio contará con soluciones para la recolección, separación, reutilización y disposición de residuos.

El octavo eje del plan se enfoca en la adopción de tecnología alimentaria eficiente y baja en carbono que genere bienes de exportación y también para el consumo local. La meta es que al año 2050 al menos la mitad del transporte de carga sea altamente eficiente y haya reducido sus emisiones en un 20% con respecto a los niveles del 2018.

El penúltimo eje se enfoca en consolidar modelos ganaderos basados en la eficiencia productiva y disminución de gases de efecto invernadero. La meta es que al año 2050 los productores nacionales hayan adoptado la tecnología más avanzada de acuerdo con estándares de sostenibilidad, competitividad y bajas emisiones.

Finalmente, se plantea la consolidación de un modelo de gestión de territorios rurales, urbanos y costeros que facilite la protección de la biodiversidad, el incremento y mantenimiento de la cobertura forestal y servicios ecosistémicos a partir de soluciones basadas en la naturaleza.

La última meta es que al año 2030 Costa Rica haya aumentado su cobertura forestal a un 60% del territorio nacional, para así consolidar los corredores biológicos e incrementar la disponibilidad de áreas verdes para la recreación de las personas.

¿De dónde saldrán los recursos?

El cumplimiento de las anteriores metas constituye un gran reto para las finanzas del país, tomando en cuenta que el impuesto a los combustibles es el tercer tributo en importancia de recaudación para el Ministerio de Hacienda, solamente superado por el impuesto sobre la renta y el impuesto sobre las ventas.

El gobierno dijo que se planteará una reforma fiscal "verde" que permita compensar la disminución en la recaudación del impuesto sobre los combustibles. Aunque no se dieron mayores detalles, afirmaron que se deberá hacer una valoración de la estructura tributaria del país que permita dar coherencia a las políticas públicas de descarbonización, tomando en cuenta los costos.

"Es clave desacoplar los ingresos del Ministerio de Hacienda de la venta de gasolina y avanzar en la fijación de precios al carbono. El precio podrá iniciar con la reforma fiscal verde y el debate sobre la valoración económica  de externalidades negativas como la contaminación", dice el documento.

¿Cómo se cumplirán las metas?

El Gobierno dijo que es necesaria una reforma institucional ambiental que incluya la modernización de la Refinadora Costarricense de Petróleo (RECOPE), Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) y Ministerio de Obras Públicas y Transporte (MOPT), Consejo de Transporte Público (CTP). Además, el país procurará avanzar en los procesos de digitalización, conectividad digital, ciudades inteligentes y teletrabajo, entre otras.