Escuche la versión en audio de este Reporte (para suscriptores D+)

— La mañana de ayer Universidad dio a conocer que el expresidente Óscar Arias fue denunciado por violación en un artículo que será discutido por mucho, mucho tiempo —y que como bien señala Darío Chinchilla es toda una pieza de periodismo serio—.

— El texto —cuyo eco llegó hasta la portada de la versión digital del New York Times— refiere a la denuncia penal interpuesta ante la Fiscalía Adjunta de Género del Ministerio Público, por parte de una médica activista en pro de la lucha antibélica, que asegura haber sufrido una agresión sexual por parte del exmandatario hace 5 años.

— La denunciante indicó a Universidad que el 1 de diciembre de 2014 visitó la casa del expresidente a fin de participar de una una reunión de la filial en Costa Rica de la ONG internacional dedicada al activismo para abolir las armas nucleares (ICAN). A continuación, su relato al Semanario:

Abrí el fólder, le expliqué, y ya cuando terminamos yo me levanté dándole la espalda. Entonces, él me agarró por detrás y me tocó los senos. Yo le dije que no y que él estaba casado. Ese fue mi no. Fue lo único que se me ocurrió decirle. Yo había conocido a la esposa. Fue lo único que se me ocurrió porque soy una idiota, pero no sabía qué hacer realmente y pensé que esta era la única línea de defensa que podía tener. Y cuando no reaccionó a eso yo no sabía qué decirle, porque yo tenía este miedo de que si lo rechazaba él ya no iba a colaborar con nosotros. No me acuerdo bien qué me respondió él, pero me siguió tocando, me metió los dedos en la vagina y me tocó toda y me besó. Y después dijo que me esperara un toque y se salió de la oficina. Yo estaba como que no sabía qué hacer, me sentía atrapada en ese momento.

— La denunciante presentó su caso ante la Fiscalía el lunes 4 de enero y dio una declaración jurada, so pena de perjurio, en la que pidió que se impute a Arias por abuso sexual.

— En la acusación de la doctora, se relata que el exmandatario sugirió ir a otra de sus oficinas en una localidad josefina y que aprovechando ese momento, fue cuando ella decidió irse a su casa, donde llamó a su novio vía Skype para contarle lo sucedido.

— En el recuento de los hechos denunciados también señala que una vez en su hogar el expresidente le llamó para reclamarle el no haber asistido a su oficina. La médica le aseguró que iba para otra reunión en la Asamblea Legislativa y por eso, luego de esta llamada, contactó a un asesor legislativo para solicitar que un encuentro que tendría con la entonces diputada libertaria Natalia Diaz Quintana la mañana siguiente, fuera adelantado para ese mismo día.

Les dije que por favor, por favor, por favor me dejaran ir a la Asamblea, porque tenía tanto miedo de mentirle a Óscar Arias, que yo le dijera: ‘no, es que estoy en la Asamblea’, y que él tuviera algo así como espías. Ojo el nivel de miedo que yo tenía, que fuera a darse cuenta de que yo no estuve ahí.

— La investigación del Semanario les llevó a corroborar el relato con las fuentes a las que la doctora aludió, entre las que destacan la de su novio; el asesor legislativo, quien prefirió mantenerse en el anonimato; la propia exdiputada y dos de los activistas de ICAN: Martin Hinrichs y Beatrice Fihn. El exfuncionario legislativo dijo a Universidad:

Ella llegó a la Asamblea y estaba mal, más ida de lo normal. Primero nos dijo que le había pasado algo con una persona ‘muy poderosa’, que era un político. Luego detalló que se trató de un beso que le dio Óscar Arias.

A la denuncia se agregan pantallazos de correos, llamadas y conversaciones telefónicas y por el Messenger de Facebook, incluyendo conversaciones con familiares en las que se lee: “ayer encendí mi celular después de tres semanas de tenerlo apagado por miedo a Óscar Arias y hace una hora entró una llamada de él”. Consultada sobre si contestó la llamada contestó: “No, yo le tengo miedo. Lo voy a ignorar por siempre”.

— La activista contó al Semanario que se topó al expresidente Arias en actividades de ICAN y que le reclamó no responderle sus mensajes, por lo que ella decidió dejar el liderazgo de la ONG que había fundado. El doctor Carlos Umaña, cofundador de la organización, le confirmó a Universidad que la denunciante le dijo que se retiraba de la ONG por haber sufrido acoso por parte del expresidente y que quería evitar nuevos roces con él.

Universidad  intentó conversar con Arias y solicitó el pasado viernes una entrevista para conocer su versión de los hechos pero declinó referirse al tema. El día de ayer, a través de su abogado Rodolfo Brenes Vargas emitió el siguiente comunicado:

Con respecto a las informaciones publicadas el día de hoy, debo decir que rechazo categóricamente las acusaciones que se me hacen. Nunca he actuado irrespetando la voluntad de ninguna mujer, menos aún tratándose de su libertad de relacionarse con otra persona. En mi vida pública he impulsado la igualdad de género, pues considero que es un medio indispensable para lograr una sociedad más justa y equitativa para todas las personas.

— Arias aseguró que ejercerá su defensa ante los tribunales y que no hará más comentarios públicos sobre el tema. Naturalmente distintas figuras del PLN se pronunciaron ayer sobre el tema, algunos con prudencia y mesura, otros con vehemencia y atino y otros con notable desatino.

— El cierre más oportuno lo da el propio New York Times en las palabras de la activista por los derechos de la mujer en México, Teresa Ulloa Ziaurriz quien señala que "hacer que los hombres poderosos rindan cuentas es particularmente difícil en América Latina debido al 'machismo, la corrupción y los niveles tan altos de impunidad'”.

— Quedará entonces en manos de los jueces atender toda la evidencia disponible y aplicar el debido proceso. Por lo pronto todo indica que estamos a las puertas del juicio de la década y del que podría ser apenas el primer episodio de un caso que recién se empieza a escribir.

Bonus Track:  En Delfino.cr  Periodistas se suman a acusaciones de abuso sexual de Oscar Arias

Esta nota es parte del Reporte: Arias acusado de violación, Lalay y Jazmín libres de cargos