El Fiscal General de Perú, Pedro Chávarry renunció este martes luego del masivo descontento popular generado en el país sudamericano, al intentar cambiar a los fiscales encargados de la investigación del caso Odebrecht durante las fiestas de fin de año para sabotear el caso.
La decisión fue anunciada por el jefe del Ministerio Público mediante su cuenta oficial de Twitter, donde posteó un breve comunicado en formato de imagen en el que dice: "Por respeto a mi institución, el amor a Dios y a mi familia, presentaré mi cara de renuncia al cargo de Fiscal de la Nación".
Chávarry pretendía sacar de la investigación del caso Odebrecht a los fiscales Frank Almaza y Marcial Paucar, reemplazándolos por Rafael Vela y José Domingo Pérez. Estos dos últimos, sin embargo, declinaron la designación mientras miles de personas tomaron las calles a modo de rechazo el 31 de diciembre y el 1 de enero, inclusive.
La medida del jurista tenía como objetivo entorpecer un acuerdo de colaboración eficaz con la firma constructora brasileña Odebrecht, que prometió entregar más pruebas de los sobornos pagados a altas figuras políticas del Perú en la tramitación de concesiones, así como el otorgamiento de fondos ilegales para financiar campañas presidenciales.
El accionar del ahora exfiscal estuvo protegido durante los últimos cinco meses por el Congreso, único ente que podría destituirlo del cargo. Ese ente está controlado por una mayoría integrada por el Partido Fuerza Popular de tendencia fujimorista, así como Partido Aprista del expresidente Alan García.
Aún este lunes la bancada fujimorista continuaba protegiendo a Chávarry al impedir la conformación de quorum en una comisión del Congreso que investiga cinco denuncias en su contra por violación a la Constitución Política de Perú.
Precisamente el caso Odebrecht en Perú ha salpicado a los expresidentes Alan García, Alejandro Toledo, Pedro Pablo Kuczynski, así como a Keiko Fujimori, quien guarda prisión preventiva desde octubre del 2018 por amenaza creíble de obstaculizar la investigación.
El exfiscal también resultó mencionado en el escándalo de corrupción en el Poder Judicial del Perú denominado "Mafia de los Cuellos Blancos del Puerto", encabezada por el ex juez César Hinostroza y quien ofreció ayuda a Keiko Fujimori para que su padre, el dictador Alberto Fujimori deje de estar bajo escrutinio por lavado de activos.