4:04 am Leipzig, Alemania

No puedo dormir. La noticia de la turista asesinada en Costa Rica me tiene consternada, me ha quitado el sueño. No dejan de pasar imágenes en mi cabeza, de cómo pudo haber sucedido semejante atrocidad. De dónde estaba ella, dónde la esperaba él, cómo la abordó, qué y cómo pasó, a qué hora.. Preguntas sin respuestas inundan mi cabeza.. ¿Gritó? ¿Forcejeó? ¿La violó? ¿Lo planeó solo? ¿Hubo cómplices? Pero la pregunta que siempre me hago ante un caso de estos es: ¿valía tan poco la vida de ella para él, que vale más "un polvo" con asesinato feliz? Algo que a mis 31 años no termino de entender.

Cuando veo esas imágenes en mi cabeza, soy yo, y no ella, en vez de una rubia, soy yo, una mulata, en vez de una turista venezolana americana, soy yo, una panameña tica, en vez de en Escazú Costa Rica, en cualquier otra ciudad del mundo en la que he estado. Y sé que mi mamá me dice que no ha parado de llorar porque ella se imagina lo mismo. Su hija en la piel de esa turista... y no estoy segura si mientras escribo esto lloro por la preocupación de mi madre, o por miedo a alguna vez encontrarme en una situación de estas, o porque sé que ya lo he estado y gracias a Dios y a mis 3.000 ángeles he salido bien librada.

Porque en los últimos 5 años me convertí en una viajera de tiempo completo, por razones laborales, y cada vez que volvía de un viaje pensaba en aquellas situaciones de vulnerabilidad, donde si algo hubiera salido mal, hubiera salido muy mal. Como cuando un cliente me invitó a cenar en una isla del Caribe y yo (cometí el "error") de aceptar la invitación sin saber que me iba a llevar a un lugar alejado y solitario y en medio del camino detuvo el carro y yo pensé: ¡Me violó!  O cuando en Bogotá (cometí el "error") de ir sola a visitar Monserrate en la noche en taxi. O cuando en esa misma ciudad tomé un Uber y (cometí el "error" ) de pedirle que me hiciera un pequeño tour por la ciudad de noche. O cuando (cometí el "error") de aceptarle una cerveza a un tipo en Miami. O cuando en Roma alquilé un Airbnb sola. O cuando en Machu Picchu fui a buscar el pasaporte de una amiga sola con un guía turístico al que no conocía...

Y así muchas historias más que necesitaría más de las 1.000 palabras que me permite este espacio para contar. ¿Errores cometidos? Sí, porque lamentablemente vivimos en una sociedad en la cual la mujer no puede permitirse "estos errores", que para algunos sería una aventura, una experiencia más, pero para muchas de nosotras podrían terminar en errores mortales.

Y me pregunto, ¿Por qué tiene que ser así? Y vuelven las lágrimas a mis ojos y me invade la rabia de saber que no soy libre. No, no soy libre de vivir, caminar y viajar tranquilamente como me lo merezco. No soy libre de permitirme estos "pequeños”, pero tan mortales errores. Y más enojo y frustración me da cuando trato de que mis amigos hombres entiendan mi sentimiento y responden con: "qué mal... fortaleza para las familias de ellas y las de todas las muertes que ocurren a diario, sin poner etiquetas de género"... ¡Es que el asesinato ya tiene una etiqueta! El que se la pone es el que mata porque era una mujer.

Y entonces me encuentro con otro amigo que me cuestiona que yo siempre ando victimizando a la mujer y condenando al hombre. Y yo me enojo, pero cuando se me pasa la rabia y analizo si lo que ellos dicen es cierto, si es que estoy abordando la situación incorrectamente y me doy cuenta de que puede que tengan un punto. Sí, no son solo los hombres los culpables, yo misma he sido culpable. No solo porque yo misma he hecho comentarios sexistas, me he reído ante chistes machistas, porque alguna vez reaccioné con violencia ante un novio, porque acepté maltratos de parte de otro. Sí, efectivamente mis amigos podrían tener razón, no debería condenar a todos los hombres ni demonizarlos, más bien debería buscar en mi misma qué puedo hacer para cambiar esa semillita del machismo que de alguna forma me sembraron dentro de mi construcción social.

Por eso esta vez más que condenar quiero proponer, y es una propuesta muy personal pero que comparto pensando que tal vez alguien más se siente igual de frustrado que yo. Puede que estas palabras le den esperanza de que tal vez con mínimas acciones podemos ser parte de la solución desde nuestra individualidad.  De mi parte se me ocurrió seguir los que llamaré "mis mandamientos para la equidad de género" y los cuales les comparto a continuación:

  • Evitaré reenviar chistes o imágenes que objetivizan a la mujer (o al hombre) y no dejan ningún tipo de enseñanza sino que sólo perpetúan el problema.
  • Evitaré criticar el aspecto físico de otras mujeres, su cuerpo, vestimenta, maquillaje, etc.
  • Trataré a los hombres con respeto, sin tratar de meterlos en el mismo saco o demonizar a su género.
  • Cuando amigos en un grupo compartan chistes, pornografia o imágenes, que promuevan la inequidad de género o la sexualización del cuerpo de la mujer (o del hombre) alzaré mi voz a sabiendas de que será criticada y ridiculizada.
  • Evitaré usar expresiones como: "qué perra", "le faltan huevos", “qué maricón”, etc., al referirme a un hombre o, en el caso de una mujer "es una puta", "necesita que se la cojan", etc.
  • Lucharé contra la construcción mental que de vez en cuando me traiciona al competir con las demás mujeres como si solo por ser del mismo género estuviéramos en una competencia de belleza y/o poder.
  • Evitaré involucrarme con hombres comprometidos, respetando así a mis congéneres y cortando con el tóxico ciclo de empoderar al “macho” al tener varias mujeres.

Comprenderán los lectores que esto es un experimento y que a estas altas horas de la madrugada no se me vienen más ideas a la cabeza, pero estoy segura de que la lista seguirá creciendo. Y si usted tuvo la paciencia de leer hasta este punto y le pican las manos por escribir un comentario, una crítica, un argumento, le propongo algo: ¿qué tal si en vez de eso me ayuda a seguir construyendo mi lista (o construye la suya propia)?

O si la próxima vez que se tope con alguna persona ejerciendo sus mandamientos, en vez de criticar e iniciar una discusión de porqué no tiene razón, ¿qué tal si más bien le ayuda a seguirlos, haciéndole ver cuando esté cayendo en algunas de esas actitudes que sólo promueven la sociedad desigual en la que lamentablemente seguimos viviendo? Le prometo que conseguirá más resultados que entablando una discusión con la que muchas veces terminará alejando a sus conocidos.

#Porlasqueyanoestán #Vivasnosqueremos

Me disculpo con mis amigos que me prestaron sus palabras, espero que el anonimato nos salve de una innecesaria discusión.

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