Aprobado el plan fiscal, estamos lejos de estar en una posición de celebrar. Los datos del Banco Central de Costa Rica (BCCR) indican que la economía real de Costa Rica apenas crecerá un 3,2 % este año 2018 y se proyecta un crecimiento del 3,4 % en el 2019. Esto no alcanzará para resolver nuestros problemas críticos de falta de ingresos, exceso de gasto y deuda pública.

Tampoco ayuda que, según la Encuesta de Expectativas de Inflación de noviembre 2018, se espera una inflación de un 4 % para el próximo año, mientras que el desempleo se mantiene en 10 %, como en al menos los últimos 8 años, y que la Tasa de Política Monetaria (TPM) haya subido este año a 5,25 % cuando en el 2016 y principios del 2017 anduvo en 1,75 %. Si no reactivamos la economía costarricense y crecemos a entre un 5 al  9 % —o más— un paquete de impuestos será perjudicial para Costa Rica.

El Poder Ejecutivo debe dirigir esa reactivación económica. Así lo demandamos en la Fracción Unidad desde el principio para aprobar el plan fiscal, y velaremos porque el presidente Carlos Alvarado y su gabinete cumplan con sus compromisos.

Particularmente, solicitamos tomar acciones en cuanto a educación dual, flexibilidad laboral, empleo público, evasión fiscal aduanal, generación distribuida de energía, y reducción de trámites y del alto costo de la vida en mercados concentrados.

El tipo de cambio en estos momentos se ha tranquilizado y en la última semana el precio de venta de referencia del BCCR ha rondado los ₡604 por dólar y en el MONEX ha rondado los ₡602 por dólar.

No descartamos que, así como se devaluó el colón entre finales de setiembre y principios de noviembre del 2018, por consecuencia de la incertidumbre fiscal y de la falta de recursos de Hacienda para pagar su deuda, así podrá volver a suceder en 2019 si el Gobierno no se soca la faja y da un ejemplo de austeridad y sacrificio.

Además, con tal de controlar los movimientos abruptos en el tipo de cambio, el Banco Central perdió una preocupante cantidad de reservas en dólares, de alrededor de $1.000 millones.

Entonces… solo me queda decir que… ¡Ha llegado la hora de demostrar que Costa Rica puede ser una economía desarrollada, próspera y justa! ¡Vamos!

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