— Esta semana el caso de Carla Stefaniak, la estadounidense/venezolana asesinada en Escazú, nos encendió las alertas (como si se hubiesen apagado alguna vez) sobre la importancia de hacer algo YA contra la oleada de feminicidios que afronta el país.

— Sin embargo, y por desgracia, no nos alertó solo sobre este tema, sino también sobre el "combustible muy efectivo para la xenofobia" en el que, como país, solemos convertir estos casos.

— Así nos lo dijo el investigador y catedrático de la Universidad de Costa Rica, Carlos Sandoval, en una entrevista para Delfino.cr que tuvimos este miércoles, para comentarles a ustedes qué es lo que está pasando cuando nos metemos a redes sociales y vemos lo que la gente responde a la pregunta de si estarían a favor de reformar la Ley de Migración "y poner mano dura contra los extranjeros indeseables".

— Para Sandoval, quién lleva casi 20 años estudiando y tratando el tema de la xenofobia en Costa Rica, "este manejo mediático de titulares es un combustible muy efectivo para la xenofobia y eso debería ser rechazado" para evitar "los usos políticos de algunos hechos". Porque si lo dejamos seguir, terminamos con actos como la marcha xenófoba del 18 de agosto pasado, con todo San José gritando "fuera nicas". #CostaRicaPuraVida

— Por cierto, y hablando de usos políticos, ayer el diputado liberacionista Gustavo Viales pidió la comparecencia ante la Comisión de Seguridad y Narcotráfico, del ministro de Seguridad, Michael Soto, del de Trabajo, Steven Núñez, de la de Turismo, María Revelo y de la directora de Migración y Extranjería, Raquel Vargas...

Según Viales, los jerarcas deben referirsea los trágicos feminicidios (turistas), que han ocurrido recientemente en el país en manos de extranjeros en condición migratoria irregular”. 

— La irregularidad migratoria es todo un tema, porque como lo señaló Sandoval, es absolutamente prohibido contratar a un extranjero en condición irregular, como es el caso del presunto asesino de Stefaniak —y ahora hasta habría que plantearse legalmente la responsabilidad compartida de quien ejecutó su contrato—. El punto medular, sin embargo, es ¿qué tantos crímenes son cometidos por nicaragüenses como para que nuestras redes sociales destilen xenofobia y en la Asamblea la migración sea un asunto de seguridad nacional?

— Cuando Arantxa (España) y María (México) fueron asesinadas en agosto pasado por dos personas nicaragüenses, el Ministerio de Justicia tuvo que salir al paso para dejarnos claro que el 86% de las personas encarceladas en Costa Rica son ticos. Sí, ticos. Por eso, nos decía Sandoval, es que definitivamente no se puede generalizar al respecto.

Si uno ve los datos del Ministerio de Justicia, alrededor de un 8,5% de las personas privadas de libertad son nicaragüenses (el resto para llegar al 14% lo componen otras nacionalidades). Visto en el contexto grande, la tasa de homicidios en Costa Rica no está estadísticamente asociada a la presencia de nicaragüenses, lo que pasa es que los medios no trabajan con tendencias o con tazas por cien mil habitantes, si no a partir de casos donde es la nacionalidad lo que hace noticia, porque la inmensa mayoría de los homicidios los cometen costarricenses pero eso no se titula.

— ¿Qué es lo que pasa entonces? Pues, según el investigador, que lo usual es que el tema de la nacionalidad sea tema solo cuando es diferente al del país de origen. Por ejemplo, este mismo fin de semana murieron otras dos personas, una mujer de 53 y su hija de 13, a manos del femicida de la primera y como el asesino es costarricense, no hay titulares que digan "tico mató a pareja y a su hija".

— ¿Consecuencias de este manejo informativo? Pues que se exaltan las expresiones de odio, en las que los más afectados no son aquellos que delinquen, sino la otra inmensa mayoría de migrantes que están trabajando en el país, o huyendo del régimen de Ortega.

Se activa la hostilidad y la xenofobia y eso no es una buena noticia ni para las personas que tienen muchos años de vivir acá, ni para las que recién llegan, porque asocia un hecho delictivo muy serio y condenable, a un conjunto de personas, sin que la nacionalidad sea una explicación causal del homicidio.

— Porque, repetimos, la nacionalidad no es una explicación causal de los homicidios:

Los costarricenses cometen homicidios pero no por ello todos los costarricenses son violentos de la misma manera. Por analogía, uno tampoco puede decir que el hecho de que un nicaragüense cometa un delito, detestable y condenable, hace que todos los nicaragüenses respondan a ese mismo patrón.

— Sandoval hace la salvaguarda de que atacar la xenofobia no lo hace a uno "alcahuete" de un crimen: las personas tienen que ser juzgadas por los delitos que cometen, sin importar su nacionalidad.

Si una persona extranjera es encontrada culpable tiene que ser sancionada con el peso de la ley. El ser crítico de la xenofobia, no exime de responsabilidad a los nicaragüenses ni a ninguna otra persona y eso es muy importante porque puede prestarse a la confusión o a las lecturas malintencionadas que pueden decir 'bueno, el hecho de que critique a la xenofobia significa tolerar y ser alcahuete' y no.

— Lo que pasa es que así como no se puede "alcahuetear" tampoco se puede generalizar. Los feminicidios no los vamos a solucionar hasta que atendamos la causa real y esa no es la migración, es la violencia machista.

Esta nota es parte del Reporte: Grandes ¿contribuyentes? en grandes problemas