Rodrigo Alberto Carazo, embajador de Costa Rica ante la Organización de Naciones Unidas (ONU) pidió hoy, al régimen de Daniel Ortega, cesar "inmediatamente el uso desproporcionado de la fuerza" en Nicaragua.

El representante nacional habló ante el Consejo de Seguridad, donde se trató este miércoles la crisis que atraviesa el país del norte y que ha dejado ya 481 personas fallecidas.

"Consideramos inadmisibles las ejecuciones extrajudiciales, las desapariciones forzadas, la obstrucción al acceso a la atención médica, las detenciones arbitrarias o ilegales de carácter generalizado, malos tratos y casos de tortura y violencia sexual en centros de detención; lo que ha conllevado a la erosión sistemática de los derechos humanos del pueblo nicaragüense, así como  a la represión selectiva y a la intimidación contra manifestantes y sus familias, estudiantes, periodistas, líderes sociales, defensores y defensoras de los derechos humanos, mediadores, entre otros", expuso Carazo.

El costarricense recordó que cada país tiene la responsabilidad primaria de garantizar la seguridad y protección de sus habitantes y que, en su defecto, la comunidad internacional debe proteger los derechos humanos en línea con el derecho internacional.

Carazo señaló que la crisis política, social y económica en Nicaragua, la represión y el irrespeto a las libertades fundamentales y los derechos humanos por parte del gobierno de Ortega, ha causado un impacto directo en la estabilidad y devenir en el desarrollo de Centroamérica.

"Costa Rica ha experimentado un aumento significativo de solicitudes de refugio y de los flujos migratorios provenientes de Nicaragua desde que se dieron las primeras manifestaciones estudiantiles, las cuales fueron reprimidas por las autoridades con violencia. El número de migrantes nicaragüenses ha aumentado significativamente, en especial de poblaciones vulnerables y que migran en búsqueda de seguridad y mejores oportunidades".

Agregó que Costa Rica desea reiterar su convicción de que el camino del diálogo, comprometido y efectivo, debe ser la solución al conflicto político que azota a la población nicaragüense, por lo que el país urge a Ortega restablecer las condiciones para que el diálogo entre todas las partes sea posible.

"En atención a las actuales circunstancias, Costa Rica no puede permanecer silenciosa. Seguiremos alzando nuestra voz en defensa de una población sujeta a acciones arbitrarias que conllevan un incumplimiento de las obligaciones estipuladas en los diferentes pactos de derechos humanos.  Costa Rica urge una pronta reacción de parte del gobierno nicaragüense y de la comunidad internacional para atender esta grave situación que no es sostenible. Continuaremos  alzando nuestra voz hasta que la razón, el buen juicio  y el respecto irrestricto a los derechos humanos regresen a Nicaragua", concluyó Carazo.