Editorial
Los últimos acontecimientos nos obligan a entender nuestro papel en la construcción de la Costa Rica “ideal”, la que queremos, la que se resiste a dejarse construir muy a nuestro pesar o muy a nuestra... responsabilidad.
Pena. Congoja. Tristeza. Frustración. Todas estas emociones responden al desempeño desde Cuesta de Moras que semana con semana atestiguamos en Barra de Prensa.
A la mayoría de los diputados y las diputadas habría que darles un curso de inteligencia emocional. Para empezar. Un repaso por las bases de un Estado de Derecho y una democracia plena y robusta, también. Ya que estamos: una lectura acompañada de la Constitución Política.
Dejemos el humor de lado: no es culpa de ellas, de ellos. Es nuestra. Es compartida. Queremos que “cualquiera” pueda ser diputado pero luego nos frustramos ante los obvios resultados: oportunismo, ignorancia, politiquería. ¡Cinismo! A diestra y siniestra.
El Congreso, sin duda, es representativo. Y en ese sentido: está bien. Nos muest...