Este ha sido uno de los temas, o, mejor dicho, el tema desde siempre: todo es muy caro y eso todas y todos lo sabemos.  Lo interesante es que existe una serie de conjeturas y posiciones políticas que no han permitido que el pueblo sepa realmente por qué nuestro país es caro y principalmente qué podríamos hacer al respecto; especialmente ahora que nos encontramos en tiempos de déficit fiscal.

Lo principal es que muchas personas consideran que Costa Rica es caro debido a que “tenemos demasiados impuestos”. ¿Es cierto eso? ¿Cómo hace uno para saber si algo es “muy caro”?

Al ser subjetivo, tiene analizarse mediante algún punto de comparación.  De acuerdo a 2018 Index of Economic Freedom, explore al procesar la data uno puede caer en la conclusión que Costa Rica ocupa el lugar 75/186 de los países con renta más baja o bien el 112/186 de los países con renta menos cara.  Es más sencillo visualizarlo así

Es decir, en comparación con otros países, no tenemos tasas que se pudieren considerar mayores, ya que, de la información disponible, el país no se encuentra dentro de los más caros, analizándolo desde el punto estrictamente financiero. Es necesario profundizar más. ¿Qué tal con el Impuesto de Ventas en comparación con el IVA de los países de la OECD?

Es decir, los datos nos indican que en realidad el país mantiene tasas relativamente menores que el resto del mundo.  Sin embargo, algunos de los países que tienen tasas mayores tienen también mantienen niveles de vida menos costosos.  Esto se puede verificar mediante los datos de paridad de poder adquisitivo de la OECD, ajustados a su respectiva tasa de cambio del momento, para tanto los cinco países con mayor y menor tasa impositiva asociada al valor agregado o a las ventas (como el caso de Costa Rica):

Básicamente, lo que explica el Poder de Paridad Adquisitivo es la comparación de comprar algo en un país y exactamente el mismo bien en otro (luego de corregir por las tasas monetarias).  Uno de los ejemplos más sencillos se desprende del Big Mac: adquirirlo en Costa Rica vs EEUU (midiéndolo en dólares o en colones).

De lo anterior se desprenden Japón, Costa Rica, Hungría, Corea y Costa Rica como países más caros.  Por otro lado, Canadá, Suiza, Noruega y demás son países más baratos: algunos con tasas más altas, otros con más bajas.

Más allá de los mercados de divisas (tasas de cambio, en español), esto puede responder a condiciones económicas de los mismos países. pregúntense, ¿si no son los impuestos entonces por qué un Big Mac costaría más en un país que en otro si siguen exactamente los mismos procesos y estándares?

Mantengámonos un momento en el ejemplo del Big Mac y hagamos un ejercicio de imaginación de cómo es que se produce una de estas hamburguesas. Más allá que pensar en una línea de producción, hagámoslo meramente en temas de ingredientes: pan, queso, carne, vegetales y salsas.  Asumamos que la carne es el insumo más caro, y, por ende, del que depende la rentabilidad del negocio.

Si en EEUU  McDonalds tiene acceso a un productor que suple un mercado de 5 millones de personas en un Estado (nótese que solo Texas tiene 27 millones de habitantes) esto le permite aprovechar sus rendimientos de escala http://decon.edu.uy/publica/noec/Cap03.pdf para vender carne en mayoreo a un precio cada vez más bajo, con miras a capitalizar o capturar la mayor cantidad del mercado.

Por otro lado, el mismo McDonalds en Costa Rica solo podría acceder a la carne a un precio mayor (en el caso que solamente se pudiera comprar local), pues toda nuestra población son 5 millones de personas y debido al tamaño del mercado no podría alcanzar los mismos rendimientos de escala.  Esto se podría cambiar si la producción de carne que suple el Big Mac se aumenta y se generan exportaciones.  Sin embargo, abrirse hacia mercados más grandes implica abrirse ante una mayor competencia también y esto es complejo en un país sin cultura gerencial.

En otras palabras: si sos bueno produciendo arroz (not), producilo.  Si sos malo, mejor cómpralo y aprovechá lo que sabés hacer bien.  Sino el ganadero de EEUU siempre tendrá mejores condiciones debido a la ventaja por tamaño de mercado, condiciones climáticas y experiencia en el negocio (por ejemplo).  Acá es el punto donde los impuestos sí pueden ser un gran determinante para el nivel de vida de un país, pues pueden representar barreras de salida (venta de productos) o de ingresos (tarifas).

Esto anterior se conoce como modelo Ricardiano de comercio internacional.

¿Y entonces? Tenemos los siguientes hechos:

  • Costa Rica no posee altas tasas impositivas con respecto a varios países del mundo.
  • Algunos países poseen tasas altas y tienen un bajo costo de vida, así como otros que poseen bajas tasas y también poseen un bajo costo de vida.

¿Cuál es la diferencia que nos hace caros?

Es una pregunta compleja de resolver, ya que los modelos Ricardianos se basan en libre mercado y es acá donde el tipo de impuestos sí influye mucho en el costo de vida promedio del país.  No obstante, el tamaño del mercado local puede afectar, como lo comentamos al inicio del presente. ¿Será?

Se podría pensar que al ser el país una economía pequeña, esto afectaría los costos de producción promedio debido a la limitación de mercados, así como de territorio. Sin embargo, de la lista se pueden ver varios países (especialmente los nórdicos) donde las poblaciones son relativamente similares y algunos manejan niveles más altos o más bajos de impuestos con respecto a Costa Rica, por lo que es complejo concluir la razón en específico.

Multifactorial, complejo y serio

Es la conclusión a la que me interesaba llegar: Costa Rica es caro por una serie de factores que datan desde económicos hasta financieros.  Hay varias posibilidades del porqué:

  • Tamaño de mercado local muy pequeño.
  • Amplia dificultad de acceder a mercados internacionales.
  • Posibles tasas altas impositivas en procesos críticos para generar competitividad.
  • Falta de capacidad de gestión dentro del Estado.

Siguiendo el ejemplo del Big Mac: imagínense iniciar un negocio para producir hamburguesas.  Si uno intenta equiparar la venta de las quesoburguesas a 700 pesos, nunca lo logrará ya que:

  • Si logra producirlo a un precio bajo, es probable que no logre suplir la demanda y su marca caiga.
  • No logrará alcanzar los rendimientos de escala que le permitiesen vender basado en volumen.
  • McDonald’s fácilmente lo saca del mercado.

Algo similar le sucede al país con las materias primas.  En este espacio quisiera ejemplificarlo con un sector en específico del país: el café.

Brasil pasaría a ser el “McDonalds” del café debido a que produce una cantidad altísima dela materia prima.  Al ofertar más puede ofrecer su producción a precios más bajos y esto también depende de la demanda de los mercados internacionales, así como los efectos especulativos (que, por cierto, ahora son más fuertes que nunca debido a la desestabilización política mundial).

En otras palabras: al vender el café como un commodity termina siendo como intentar competir con McDonalds abriéndose una ventana de hamburguesas: simplemente no tiene sentido, va a perder.

Pero, sí tenemos una excelente oportunidad: el valor agregado.  En el caso de no poder competir con los rendimientos de escala, se puede identificar aquellas experiencias que el costo bajo no está supliendo en el cliente y capitalizar en ello.

El ejemplo concreto y sencillo actual es la tendencia artesanal. ¿Por qué se paga tanto por algo de este tipo? Precisamente porque agrega conceptos que van más allá del modelo Ricardiano expresado anteriormente: la persona que se pone la ventana puede optar por hacer su propio pan, ofrecer diferentes tipos de carne en su hamburguesa, así como otros ingredientes y técnicas de cocina.  Y su mercado potencial lo paga.

Lo que pasa es que, para lograr este tipo de cosas, los países generalmente tienen que tener cosas como:

  • Seguro social
  • Paz social
  • Democracia fuerte
  • Universidades estatales fuertes
  • Educación
  • Economía abierta
  • Disponibilidad de puertos
  • Acceso a financiamiento para emprendimiento
  • Ecosistema de servicios de desarrollo empresarial
  • Sistema fiscal eficiente

Suave, tenemos la gran mayoría. El toque está en trabajar lo que nos falta: si queremos un país más barato y competitivo, necesitamos abogar por un sistema productivo que se base en la innovación y el valor agregado en todas nuestras dimensiones, potenciando aquellos negocios que tienen un mayor potencial para encadenarse a los mercados internacionales.  Corea del Sur lo hizo en los años 80 y no les ha ido tan mal.

¿Y de qué importa saber?

Sencillo.  A partir del diagnóstico real y basado en datos, se pueden resolver los problemas de forma sistémica.  En nuestro país hemos tenido la particularidad de analizar los problemas atacando sus efectos mas no explorando de forma científica las causas para, de esta forma, presentarle resultados a la ciudadanía.

Pero mi llamado no va hacia el Gobierno, ni el Estado en general.  Antes que me fusilen, sí es la obligación del Estado responder de forma estratégica y modificar su respuesta ante el ecosistema productivo para lograr competir como una empresa grande insertada en el mercado internacional.

No obstante, en estos tiempos de mucha información y redes sociales, la presión política (especialmente en el Congreso) es algo que tiene un gran potencial, pero el pueblo no realiza la adecuada debido a su desconocimiento de temas que requieren de un fundamento técnico y de datos duros para generar una posición real y contundente más allá de las ocurrencias y posiciones basadas en emociones o vivencias previas.

De esas nos sobran mucho últimamente. Si queremos que nuestro país sea más barato, primero tenemos que empezar por entender los problemas para solicitar al Estado responder de forma adecuada.

Si buscamos resultados distintos, no podemos seguir haciendo lo mismo.

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