— El día de ayer el sitio OZY publicó una nota titulada The country where happiness and inequality go hand in hand. En el texto explica que, a pesar de liderar año con año las famosas y mediáticas listas de “felicidad” (o bienestar) Costa Rica luce muy rezagada en la prueba del Coeficiente de Gini que mide la desigualdad en los ingresos. En la medición del 2016 nos codeamos con Costa de Marfil y Camerún merced a una nota de 48.7...

— OZY consulta a Randall Brenes, a quien se presenta como integrante del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo en Costa Rica.  Dice Brenes: “Como todo país en América Latina Costa Rica ha crecido en inequidad”. ¿La causa? A criterio de Brenes la brecha educativa. Alice H. Shackelford, coordinadora residente de la ONU en Costa Rica también habló con OZY y explicó que la pobreza y la inequidad afectan particularmente a las zonas marginales del país, particularmente las habitadas por afrodescendientes (léase: Limón).

— Tanto Brenes como Shackelfold coinciden en que si bien el Gobierno de Costa Rica no ha manifestado explícitamente que el combate de la inequidad y la desigualdad es una de sus prioridades su trabajo en combate a la pobreza junto a la labor de diferentes ONG es un buen primer paso para disminuir la brecha. Por su lado, Emmanuel Saez (director del Center for Equitable Growth en la Universidad de California, Berkeley) sugiere que la mejor ruta de acción para nuestro país es buscar historias de éxito más allá de nuestras fronteras para emularlas...

— Saez explica que existe evidencia histórica de los Estados Unidos y Europa que demuestra que los países pueden disminuir la concentración de la riqueza en pocas manos con políticas de impuestos progresivas, así como con regulaciones financieras y leyes antimonopolio. OZY concluye que el “end game” para Costa Rica entonces es mantenerse bien posicionado en los índices de felicidad (... bienestar) mientras combate con medidas importadas la creciente inequidad...

— ¿Bastará con eso? ¿Son compatibles ambas metas? ¿Por qué Costa Rica ha tenido tanta dificultad disminuyendo la desigualdad? Consultamos a tres reconocidos economistas para conocer sus impresiones y compartirlas con nuestros ya casi 30.000 suscriptores...

Ottón Solís:

Desde mediados de los 80 se han profundizado dos tendencias promotoras de la desigualdad. Primero, se modificaron los objetivos de algunas políticas públicas. El activismo estatal se mantuvo, pero de tener como objetivo la equidad se pasó a priorizar la atracción de inversiones y la promoción de exportaciones. Segundo, en ciertos mercados existen prácticas monopólicas y oligopólicas en la definición de los precios de bienes y servicios, lo cual también ha profundizado la desigualdad. Me refiero a mercados como el de tarjetas de crédito, de medicamentos, de cemento, de transporte público, etc. Estas prácticas son parte de los factores que hacen de Costa Rica un país muy caro, pero también son responsables de la creciente inequidad. No estoy valorando el resultado de esas políticas para el crecimiento económico, me limito al tema de la equidad planteado por Brenes”.

Eli Feinzaig:

“El hecho de que el costarricense se confiese reiteradamente feliz, según el World Happiness Index, nos demuestra que el enfoque de las políticas redistributivas para reducir la desigualdad es erróneo. Las políticas públicas tradicionales, basadas en la obsesión con la desigualdad, no entienden el problema de fondo: la desigualdad debe ser atacada porque, al disminuir las oportunidades de importantes segmentos de la población, decrece la productividad y, consecuentemente, la generación de riqueza. Tratar de forzar la igualdad subiendo la carga impositiva a quienes generan riqueza, desviando buena parte de los recursos para financiar las gollerías de la nueva clase privilegiada del sector público, y dejando apenas migajas para las políticas sociales nunca iba a funcionar. Eso es lo que nunca entendieron los políticos tradicionales: que hay que encontrar formas de incrementar la productividad y la riqueza. Por el contrario, siempre se concentraron en atacar los síntomas visibles -la creciente brecha de ingresos- y no las causas: la paupérrima educación, el deterioro de los servicios del salud, la inseguridad ciudadana y un sistema judicial que no brinda una justicia pronta ni cumplida. Arreglar las instituciones destinadas a facilitar el acceso de las personas a las oportunidades es la única forma de reducir la desigualdad, porque fomenta la productividad”.

Luis Paulino Vargas:

El artículo es extremadamente "light" y demuestra un gran desconocimiento tanto de la realidad costarricense como de nuestra historia. Me hace un poco de gracia, por ejemplo, que Emmanuel Saez (muy reconocido por sus estudios sobre desigualdad, y en algunos momentos socio de Piketty en proyectos conjuntos) nos da recomendaciones, como si fuera el gran descubrimiento. Lo cierto es que Costa Rica ensayó exitosamente estrategias de reducción de la desigualdad hasta los años setenta. Después de la crisis de primeros ochenta y con la reestructuración neoliberal, eso se fue abandonando de a pocos. Lo malo es que como que hemos olvidado esas experiencias históricas. Y peor todavía, porque con el olvido, la reestructuración neoliberal ha conducido hacia una estructura económica que tiene todos los ingredientes para propiciar la desigualdad. Yo creo que es en esto último donde está la razón principal de la desigualdad, y tiene mucho que ver con los graves problemas del empleo y con procesos de concentración de la riqueza que van de la mano del nuevo papel atribuido a las finanzas y el surgimiento de sectores de orientación especulativa (como el inmobiliario) o vinculados al capital extranjero. Todo lo cual me lleva a decir que lo que menciona el señor Brenes, que atribuye el problema sin más a la educación, sin ser falso, sí es sumamente superficial y parcial. Cierto que la educación influye (sobre todo el bajo nivel de la educación pública), pero hay mucho más que eso, e incluso, en perspectiva histórica, ello ilustra el poco conocimiento desde el que el artículo se escribe, puesto que en otras épocas la educación fue el gran "movilizador" social. Justo ha ido siéndolo cada vez menos, desde los ochenta hacia acá”.

— No cabe duda, el abordaje del artículo es superficial y de una autoridad en la materia como Saez se esperaría argumentos mucho más elaborados, pero no hay cómo atribuirle a él lo escasa que resulta la nota. Así las cosas, para entender un poco mejor a Saez y su visión ya le encargamos a nuestro articulista y futuro columnista Francisco Robles un buen ensayo, en el que también nos comentará el papel que puede o pudo tener la reforma fiscal que actualmente se discute en el Congreso en la lucha contra la inequidad.

— Por lo pronto, Solís, Feinzaig y Vargas ya ponen a rodar la pelota señalando cuáles han sido a su criterio nuestras principales carencias y desaciertos. La pregunta a desarrollar ahora (y nuestro próximo desafío editorial) es: ¿qué medidas puede y debe tomar Costa Rica a corto y mediano plazo para contrarrestar la inequidad? ¿Cómo disminuir la brecha que separa a las clases más altas de las más bajas y a las provincias del Valle Central de las periferias y las fronteras?

— La discusión hay que tenerla y cuanto antes. En términos amplios y democráticos, no elitistas, oportunistas ni politiqueros. El país está en un momento complejo y determinante, en el que cada vez más resulta difícil equilibrar las prioridades y apagar los incendios. Hoy, más que nunca, la ciudadanía está llamada a preguntarse (sí, recordando a aquel mediático presidente gringo) no qué puede hacer Costa Rica por nosotros sino qué podemos hacer nosotros por Costa Rica. Spoiler: muchísimo.

Dato D+: En el más reciente estudio de CIEP más del 60% de los consultados califican como malo o muy malo el rumbo del país en materia económica.

— Un buen punto de partida es precisamente ese: participar, involucrarse, proponer. Usted ¿qué propone? ¿qué ideas tiene? Escríbanos. Publicaremos y recomendaremos los mejores artículos que recibamos sobre el tema. Empecemos por ahí. Quizá hasta invitemos a don Ottón, don Eli y don Luis Paulino a que nos ayuden a elegir las mejores ideas. Quizá hasta las hagamos llegar en papel de cartulina al Congreso. No sé, digo yo... a ver si acaso.

Bonus track: En Interferencia: Resultados del estudio de opinión sociopolítica del sobre los primeros 100 días de la administración Alvarado.

Esta nota es parte del Reporte Felicidad, Inequidad, Migración, Xenofobia y... Uber del 22 de agosto del 2018.