Adelante, traiga un café. No me extenderé mucho pero sí espero tener, durante los próximos 10 minutos, toda su atención.

Vamos a ver. ¿Ha notado usted un patrón desde el campamento de Restauración Nacional en las últimas semanas? Aborto. Aborto. Aborto. Aborto. Curiosamente parece que el matrimonio igualitario ya lo dejaron ir (¿lo darán por perdido?). El propio Fabricio Alvarado ni lo menciona en sus más recientes afiches invitando a defender la vida.

Ahora ¿por qué el aborto es de pronto todo un tema si... no es todo un tema? Ese espejismo no puede pasar desapercibido. Hoy día Costa Rica no está teniendo absolutamente ninguna discusión en torno al aborto. Ninguna. Lo único que está “sucediendo” (o que debería de estar sucediendo) es que vamos a tener un protocolo que permita la aplicación del aborto terapéutico que es legal hace muchísimos años.

Es decir, una discusión que ya se tuvo y se superó hace 100 años y hace 50 años está volviendo a ser “trending topic” de forma absurda a razón de ... nada. Porque lo que el país tiene es una obligación de ayudar a la correcta implementación de una ley de la República.

Nadie está imponiendo nada. Nadie está cambiando nada. No hay ningún incendio y no hay ninguna “amenaza a la vida” salvo a la vida de las mujeres que siguen esperando que se les cumpla con un tema que la nación entera a ignorado abiertamente por décadas.

Lo que sucede es muy sencillo: los derechos humanos siguen siendo moneda de cambio para algunos políticos. Ya la matemática la explicamos, el timing de la #NoFirma de Luis Guillermo Solís del protocolo no fue “accidental”, el elemento Rodolfo Piza ya había entrado en juego como llave de la victoria para el campamento Alvarado. Así, a espaldas del pueblo se negoció este “detallito” que quedó congelado en el preciso momento en que debió ser aprobado.

Entonces sí, ahora, en pleno Gobierno Alvarado, se convirtió en una “complicación”. Lo cierto del caso es que el despliegue de irracionalidad e inmoralidad de los diputados que colocaron fotos de BEBÉS en sus curules poco tiene que ver con este debate y mucho menos tiene que ver con el déficit fiscal.

Pero nosotros, como ciudadanía, permitimos que estos temas nos distraigan. ¿A qué juega Restauración con este show? A distraer. Y está funcionando. Detrás de esta irresponsable e ilegal cortina de humo —recordemos que si Costa Rica no resuelve será acusada y condenada— hay toda una secuela de evidentes fechorías que no se están discutiendo.

Puedo decirle, estimada suscriptora y estimado suscriptor, que aunque nosotros seamos cuatro gatos (Tril, Vic, Luis, Sebas, yo) no comemos cuento. Todos estos shows políticos que vemos en el Congreso y en la Corte no nos despeinan. Los documentamos y los evidenciamos en cada detalle todas y cada una de las veces en que los atestiguamos.

Es por eso que me permito decirles —no en un ejercicio de falsa modestia— que nuestro trabajo importa mucho y que está haciendo una diferencia significativa y que ustedes, que pagan $5 al mes o $50 al año por darle respaldo son los responsables directos de que esto esté pasando.

También por ese motivo quiero solicitarles que lo promuevan. Que lo comenten. Porque en la medida en que más personas se suscriban contamos con más recursos para mejorar nuestra labor. Queremos y podemos ofrecerles más. Queremos y podemos consolidar un medio mucho más robusto y mucho más capaz. Queremos ser más diversos y más fuertes. Queremos demostrar que con poco se puede hacer muchísimo. Ya lo hemos hecho. Pero sabemos que estamos para más, mucho más.

El día de mañana les haremos llegar una encuesta que mucho les agradeceré si nos contestan. Lo que nos cuenten nos ayudará a tomar decisiones a corto, mediano y largo plazo. Los escuchamos. Siempre los escuchamos. Muchas gracias.