— Como saben, esta semana el país está hablando, otra vez, de Edgar Mora. Primero, por una polémica en torno al libro de Eduvisión (impresentable, eso sí) que no pasó del clásico restaurodrama sin ton ni son. Luuueeego vino otra novela insufrible con el uso de la palabra fusión y no pudimos evitar pensar ¿es en serio Costa Rica?

— Entonces, la que no vimos venir: una polémica de verdad. La Nación denunció el uso de programas oficiales del MEP para vender cuento al estudiantado y eso sí que es inadmisible a todo nivel.  Lo que es más: ¿cómo no nos dimos cuenta antes?

— Lean la nota titulada Prácticas del MEP para Bachillerato ideologizan a estudiantes con base en datos erróneos. No hay forma en que yo les pueda resumir con propiedad el desastre porque es que simple y sencillamente es impresentable.

— A ver, que sí, que es válido leer las excusas del MEP y contextualizar los alcances de “la pelada” pero no por eso deja de ser inaceptable y francamente indignante. ¡Cuánto hemos hablado de la importancia de una educación libre de este tipo de vicios inaceptables!

— “Un sistema educativo que merezca llamarse así debe brindar a los alumnos las herramientas que requieren para poder formar su propio criterio, para desarrollar el pensamiento crítico, y llegar a sus propias conclusiones”, escribe Eli Feinzaig y una vez más: lleva razón.

— Obviamente el PLN, Restauración, PUSC y PIN criticaron por todo lo alto el contenido de las guías y exigieron el retiro inmediato de los ejercicios para la prueba de Bachillerato en la materia de Estudios Sociales. Y bueno, hay que dárselo al presidente: ordenó al vuelo que se fumigara ese contenido.

— Vuelvo a citar (y confieso, muerto de la risa) a Eli:

“Quizás quien mejor lo explicó, y esto es algo que no me oirán decir muy a menudo, fue el diputado Walter Muñoz del PIN, cuando afirmó que el “sesgo en contra de cierto tipo de modelo de desarrollo tiene un efecto indeseable sobre la educación porque no permite preparar a los jóvenes para que sean emprendedores”. Eso y muchas cosas más”.

— Diay sí, que también Muñoz puede llevar la razón y que da gusto reconocerlo cuando es así. Eeeeen fin, dice el MEP que la práctica responde a un plan de estudio aprobado en 2003 y que ya no está vigente. Y aunque todo indica que es cierto pues... igual sigue siendo inaceptable.

— El comunicado oficial dice:

“Según la Dirección de Gestión y Evaluación de Calidad, esa práctica incluye preguntas y respuestas de una prueba de Bachillerato aplicada en abril de 2010 y que no responden al plan de estudios vigente para esa asignatura, el cual fue aprobado por el CSE en 2016 y ya se utiliza en los Colegios Académicos”.

— También dice el MEP que el programa de Estudios Sociales del 2003 solo está vigente para los Colegios Técnicos Profesionales y que ya el próximo año no verán ese contenido. “En el país hay 137 Colegios Técnicos Profesionales, los cuales representan el 2,5% de las instituciones educativas públicas de Costa Rica”.

— Como ya es por todos sabido Edgar Mora ordenó retirar del sitio web del MEP el documento de la discordia y Pablo Mena (director de la Dirección de Gestión y Evaluación de Calidad) insistió con el tema de que es un rezago del 2010. “No es un material reciente o que se utilice y distribuya de manera masiva entre los estudiantes. Sin embargo, consideramos este evento como una oportunidad de mejora y una invitación a ser aún más rigurosos con las pruebas de Bachillerato”. Diay... ¡por supuesto!

— Ahora bien, todo esto podría haber quedado en anécdota, error y corrección... hasta que apareció don Leonardo Garnier y en un muy elaborado texto básicamente da a entender que en su gestión intentaron corregir este error pero luego durante el gobierno de LGS el MEP se hincó a presiones externas y dio vuelta atrás a las propuestas de Garnier.

— Su reflexión, a gran escala, podría en realidad aplicarse a TODO el sistema educativo. Y dice Garnier: “esta es una reforma indispensable”. Le damos toda la razón y cerramos rescatando un punto clave de su texto:

“Esta fue una reforma particularmente importante ya que no solo corrigió inexactitudes de los programas de esa asignatura, sino porque transformó la enseñanza memorística y tradicional de esa asignatura a un enfoque participativo, activo y constructivista, centrado en la indagación y en el aprendizaje por proyectos. En consecuencia, ni siquiera hacían falta los libros de texto que, más bien, venían a entorpecer el uso de una metodología basada en el aprendizaje participativo y en la enseñanza basada en la indagación y la promoción del pensamiento crítico”.

Bonus track: De la exministra de Educación, Sonia Marta MoraEl derecho a la educación preescolar.

Hidden trackLeonardo Garnier: Gobierno de Solís revivió sesgo ideológico en programa de Estudios Sociales.

Esta nota es parte del Reporte: Restauración tuvo un día movido y el MEP también del 27 de julio del 2018.