¿Por qué es importante el mercado de valores en una economía?
Muy simple. Porque hay involucrados millones de dólares de ahorrantes, muchos de ellos muy pequeños. A manera de ejemplo, solo las operadoras de pensiones manejan alrededor de US$20.000 millones. Así como lo lee, un poco menos de la mitad del valor de la producción nacional de un año. Y eso es propiedad de alrededor de 2.600.000 de trabajadores costarricenses, que están cotizando para retirarse. No creo que un diputado, por despistado que sea, se anime a decir que es plata de puros millonarios.
La importancia de un mercado de valores es equivalente a preguntarse si importa tener un buen sistema de salud. Por supuesto que importa, porque una gran parte de la sociedad depende de ello, porque ahí está posiblemente el principal componente de su patrimonio.
¿Qué significa que un mercado de valores es bueno?
Se podría plantear de varias maneras, pero las tres principales son:
- Que sea posible diversificar el riesgo.
- Que sea posible saber en todo momento cuánto valen las inversiones.
- Que sea relativamente fácil comprar y vender títulos valores.
Voy con la primera. Diversificar el riesgo significa no poner todos los huevos en una sola canasta. Y como diría un buen amigo, ni tener todas las canastas en el mismo lugar. Si todas las inversiones de las pensiones se invirtieran en títulos de gobierno, y algo malo le pasara al gobierno, todo nuestro patrimonio sufriría el deterioro. Si, por ejemplo, solo tenemos la mitad del portafolio en gobierno, y la otra mitad en títulos privados, solo la mitad del portafolio tendría problemas. O si solo tuviéramos la cuarta parte, así por el estilo. Un buen mercado de valores debiera permitir tener muchas opciones de inversión.
La segunda es mi preferida. Si los fondos de pensiones duran 2 o 3 décadas en acumular plata para nuestra pensión, es vital saber cuánto vale el portafolio de inversiones en cualquier momento, no lo que costó cuando se compraron los títulos, que pudo ser hace 5 o 10 años. Este no es un dato cualquiera. Como las personas se pensionan en fechas diferentes, si el portafolio no está bien valorado, algunas personas se podrían pensionar con más o menos que lo que le corresponde.
El tercer criterio es de la máxima importancia. Como los fondos de pensiones son para durar 2, 3 o 4 décadas, tienen la posibilidad de invertir en títulos a muchos años, que ofrecen mucho mejor rentabilidad que los de corto plazo. Esto significa que son ahorros que se pueden dedicar a financiar un tren eléctrico, un aeropuerto o un complejo de hospitales. Si en un mercado no es fácil comprar y vender títulos, los fondos tenderán a comprar solo títulos de corto plazo, porque no se la van a jugar a comprar los de largo plazo y que nadie se los compre. Pero además esto tiene que ver con el criterio anterior, porque cuánto más eficiente sea el mercado para generar precios todos los días, es más probable que se puedan emitir bonos a largo plazo.
¿Cómo se construye un buen mercado de valores?
Aquí es cuando nos metemos en el tema que no le gustó (ni le importó) al Ministerio de Hacienda del gobierno anterior. Un buen mercado se construye con disciplina: se requiere la generación de emisiones, grandes y espaciadas, estandarizadas y por medio de mecanismos que favorezcan la formación de precios. Ello requiere que Hacienda promueva entidades (bancos, bolsa, puestos de bolsa, fondos de inversión, fondos de pensiones, empresas aseguradoras) que le ayuden a distribuir las emisiones; que promuevan las compras y ventas: que coticen en forma permanente los bonos; que coordine con el Conassif (el órgano jefe de las superintendencias) medidas que obliguen a los diversos participantes a negociar la deuda de gobierno; que coordine con el Banco Central para que sus emisiones no afecten sus propios esfuerzos.
Y más importante: tratando de que las colocaciones se hagan en un solo lugar, lo que es vital en mercados pequeños como los latinoamericanos en general, Costa Rica no es excepción. La Bolsa no es el único lugar, es cierto. Pero es el mecanismo ya desarrollado en el país, con más de 40 años de experiencia. Quebrar el mercado, por razones ideológicas, creando Tesoro Directo, es solo una forma de mostrar el más profundo desprecio por los ahorros de dos millones y medio de costarricenses. Como ya mencioné, no es un mercado de valores para millonarios, porque ellos tienen su plata en empresas, no en el mercado de valores.
¿Por qué los impuestos a las ganancias de capital afectan la calidad del mercado?
Este es mi tema preferido. Las ganancias de capital son el incentivo para que haya un mercado de valores intenso, profundo, dinámico, con precios todos los días, en suma, un mercado bueno. La razón es sencilla: los bonos por sí mismos solo generan intereses. A veces apenas por encima de la inflación esperada. La única forma de que los fondos de pensiones le ganen el viaje a la inflación es generando ganancias de capital, que se sumen a los intereses. Pero ya estaban exentos, me pueden decir. Claro, pero la exención era solo para ellos. Ya vimos que no son los únicos jugadores en la cancha. Hay bancos, puestos de bolsa, fondos de inversión, con quienes interactúan los fondos de pensiones. Para bailar se necesitan dos, o tres o cuatro. Si los fondos de pensiones están obligados a bailar solo entre ellos, el mercado no va a funcionar.
Más aún. El impuesto a las ganancias de capital es inocuo. Se pagaría solo si vendo el bono con ganancia. Si no quiero pagar el impuesto, simplemente no lo vendo, me lo dejo hasta el vencimiento y me pagan solo los intereses. Pero como no me quiero jugar el riesgo de venderlo antes de tiempo, voy a preferir títulos de corto plazo. De esta manera, Hacienda también se afectará, porque no solo se podría quedar sin impuestos (porque la gente no realiza las ganancias) sino que además no le querrán comprar títulos de largo plazo.
Y toda la sociedad se terminará afectando, solo porque a alguien se le ocurrió —con un argumento falaz— tratar de castigar a los ricos donde no tienen plata invertida. El argumento es populista y hasta glamoroso, pero falaz.
Un último detalle. ¿Por qué la ministra de Hacienda ha aceptado gravar las ganancias de capital en la bolsa? Porque es una mujer inteligente y práctica. Ella está tratando de resolver el problema fiscal, mucho más importante en este momento que cualquier cosa. Ella ocupa que le aprueben el plan fiscal. Pelearse por el detalle de las ganancias de capital no es prioridad por ahora, aunque no tengo la menor duda que ella sí entiende el funcionamiento del mercado de valores.
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