En una silenciosa oficina en Zapote me atiende quien ocupa la segunda vicepresidencia de la República: Marvin Rodríguez Cordero. De él, hasta el momento, poco se ha dicho, y por lo que percibo, a él poco le gusta lo (poco) que se dice.

Los medios de comunicación lo refieren como sindicalista, término que según percibo le incomoda. Su amplia oficina tiene una sala de estar, donde me recibe la secretaria. Luego viene por mí su periodista y minutos más tarde me pasa al aposento principal de Rodríguez. Dentro de este hay un gran escritorio y varias sillas cómodas, son verdes y hacen juego con la misma silla del vicepresidente.

Su escritorio está en extremo limpio, sin nada más que una computadora portátil, una libreta suya y un par de hojas.

De frente a Marvin nos sentamos su periodista, un señor que no me presentaron y yo. Sin mayor recibimiento, iniciamos la entrevista. Le explico al señor vicepresidente que me interesa saber quién es él. Que hable un poco sobre su paso por el sector sindical y sobre sus principales intereses como funcionario público.

Vicepresidente Marvin Rodríguez | Foto: Trilce Villalobos

Cada vez que menciono la palabra sindicato puedo notar como frunce el ceño, como intenta codificar mi intención y como contesta desconfiadamente a mis preguntas. Aun así, sin demora empezamos la conversación.

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La gente sabe de usted que es ex sindicalista, o sindicalista, como prefiera, y ex profesor, pero ¿cómo se define usted mismo?, ¿de dónde viene su vocación de servicio? Y ¿cómo se perfila como segundo vicepresidente de la República?

—Bueno, yo soy hijo de campesinos. Soy oriundo de la Península de Nicoya, del distrito de Lepanto. A los quince años ingresé al colegio porque antes no tuve alguna posibilidad de estudiar.

La vocación de servicio la tengo desde mi juventud. Antes de haber cumplido los 18 años ya era miembro de organizaciones, llámense comités de desarrollo, de deportes… Cuando alcancé la mayoría de edad también formé parte de asociaciones de desarrollo comunal.

Yo salí de un colegio agropecuario y los seis años fui presidente de la clase, de manera que esto es algo que traigo desde joven.

Efectivamente, estudié educación y siempre llevé la educación [de la mano] con el servicio comunal. Siempre estuve integrado ayudando al bienestar de las personas, porque nací y crecí en el campo; mi carrera como educador también la desarrollé en las zonas rurales, donde había múltiples necesidades.

Ese liderazgo que desarrollé dentro de las comunidades, también lo desarrollé dentro del Magisterio Nacional. Fui ocho años docente y luego fui director de escuela.

Me cuenta el vicepresidente que, ambos liderazgos resaltaron su paso por el Magisterio Nacional, el cual agrupa a los y las educadoras del país por medio de una sociedad de seguros de vida.

En Costa Rica el sector educación es el más grande del aparato público y está dividido en múltiples intereses, uno de ellos el sindicalismo, el cual a su vez también se divide en APSE, ANDE y SEC. Marvin Rodríguez se destacó por el SEC (Sindicato de Trabajadores y Trabajadoras de la Educación Costarricense), donde fue secretario general.

Yo defiendo el sindicalismo. Pero un sindicalismo que defienda los derechos de las personas trabajadoras, [un sindicalismo] que defiende los derechos humanos. Pero no ese sindicalismo que defiende cosas… indefendibles”.

¿Cómo qué tipo de cosas?

—Voy a ponerle un ejemplo muy preciso. Si usted llega enferma [a trabajar] y le dice a su patrono que necesita ir donde el médico y su patrono no le da permiso, inmediatamente ahí es donde debe ingresar el sindicalismo a defender el derecho a la salud.

Pero si su jornada de trabajo inicia a las 7:00 a.m. y frecuentemente usted llega a las 8:00 a.m., el sindicalismo ahí ya no tiene nada que ver, porque la irresponsabilidad es suya [del trabajador]. En este caso ya no se está defendiendo un derecho, ya sería defender algo irregular. El sindicalismo no es para eso.

Pero si usted me pregunta, ¿quién soy, cuál es mi etiqueta? Porque ya ustedes me han puesto, en su gran mayoría, una etiqueta de sindicalista, a la cual no voy a renunciar, pero yo me siento un educador. Un educador de esos tantos educadores que tienen vocación social y eso es lo que he hecho toda mi vida: ayudar a la gente.

Tal vez para los jóvenes la figura del sindicalismo ya no es tan fuerte como sí lo fue para otras generaciones, entonces, ¿cuáles les diría usted que son los beneficios reales del sindicalismo?

—Esto tiene mucho que ver con los estilos de liderazgo. El sindicalismo es para defender a las personas a quienes se les violentan sus derechos. Es para tutelar los derechos humanos de las personas, no para hacer otras cosas. Entonces, cuando… [interrumpo]

Cuando usted dice “otras cosas”, reitero, ¿a qué se refiere?

—Ya le puse un ejemplo y hay muchos de esos. Cuando se defiende a personas a quienes no se les están violentando derechos. El sindicalismo no es para defender situaciones ajenas a los derechos de las personas. Para esto nació el sindicalismo.

En este sentido, ¿se podría decir que la labor del sindicalismo ha bajado puesto que “esos” derechos laborales ya están reconocidos en el Código de Trabajo?

—Es que el hecho de que exista legislación no quiere decir que no se violenten. En Costa Rica existe la ley que tutela el salario mínimo y en muchos casos es violentado. La ley también contempla que usted tenga toda la cobertura social [seguro de la Caja] y muchos patronos incumplen. Los patronos también están obligados a pagar impuestos y también se violenta. Entonces, en estos casos es para defender esos derechos [violentados], pero no más de eso.

Sin embargo, en el país los sindicatos privados son menos del 1% de la población económicamente activa, los más grandes son los del sector público, que es donde menos se violentan estos derechos, en este escenario, ¿dónde se refleja el espíritu del sindicalismo?

—Al igual que cualquier otra organización social, el sindicalismo requiere de liderazgos… y de liderazgos positivos. Es decir, si usted me pregunta en qué condiciones están los partidos políticos en Costa Rica, los resultados de hoy no son los mismos de ayer. Todo tiene que ver con el liderazgo y eso no sucede únicamente en este país, es en todo el mundo.

Hay momentos en los que existen liderazgos muy positivos y otras veces [los liderazgos positivos] que se desvanecen, es una realidad. De manera que yo no podría decir que antes fue bueno y ahora es malo, no, esto es parte de los procesos de transición que viven los países y Costa Rica no es la excepción.

Evidentemente la sindicalización está centrada en el sector público y no en el privado, pero el sindicalismo en el sector público es más fácil que en el privado, en este sentido es claro que hay mucho por hacer. Pero entendamos que siempre hay que defender lo defendible, no lo indefendible.

Le estoy entendiendo que, los liderazgos del sindicalismo actual necesitan pasar por un proceso de renovación para reivindicar su espíritu ¿es así?

—Sí porque están centrados en el sector público y podríamos decir que el sector público está bien si de cobertura hablamos, pero están haciendo muy poco en el sector privado. Por eso hablo de los estilos de liderazgo. Un líder que solamente piensa en una población X está dejando descubierta otra población, entonces estos son los procesos de transición de liderazgos que se tienen que dar.

Cuando usted ingresó a la fórmula presidencial, en algún momento se planteó como positivo que viniera del sector sindical porque podría ser una pieza clave para dialogar con los sindicalistas, sin embargo, actualmente ellos han aclarado que su relación no es la mejor, aun así, ¿cómo ve usted el proceso de diálogo con los sindicatos en medio de la discusión por la reforma fiscal? Porque ellos han dicho que no van a dialogar en tanto no se retire el proyecto 20,580 y ustedes dicen estar dispuestos a dialogar, pero sin retirar el proyecto, ¿ahí dónde está el diálogo?

El diálogo no se puede circunscribir solamente a un tema, el desarrollo de un país es mucho más amplio que esto. En este contexto específico, cuando nosotros hablamos de diálogo, de sacar a este país adelante, no puede ser que un tema X, en el que discrepamos, paralice el desarrollo integral del país.

El diálogo está abierto, sigue abierto y permanecerá abierto en la búsqueda de soluciones que el país requiere. Desde antes de que yo asumiera [la segunda vicepresidencia] ya me había reunido no solo con el sector sindical, sino con otros sectores también, y después de haber asumido también lo he hecho.

El tema del proyecto de ley que tenemos en la Asamblea Legislativa va más allá del sector sindical, este es un tema país. Entonces si ellos dicen que ha faltado diálogo, yo le digo que ha faltado diálogo con un sector específico, porque nosotros hemos sostenido las mesas de diálogo y desde el inicio hemos conversado. Pero, pareciera que el abordaje del diálogo que tenemos es distinto.

 

El planteamiento integral de sanear las finanzas públicas también pasa por el tema de empleo público, en este sentido el Gobierno ha anunciado que dará a conocer propuestas, ¿podría adelantar algunas de las propuestas?

—Desde hace varios meses nosotros hemos hablado de que el tema de empleo público pasa por la eficiencia de los resultados de las instituciones, no sobre las personas trabajadoras.

El país tiene una institucionalidad importante, pero es lento. No es posible que tengamos listas de espera como las que ustedes conocen; tampoco podemos dejar de ver que el presupuesto de la educación se mantiene, es un presupuesto importante, pero la calidad de la educación no mejora.

No podemos pensar que el país puede seguir en estas condiciones. [El tema del empleo público] tiene que ver con la eficiencia, no es tratar de eliminar cosas, no. [Lo principal] es tratar la eficiencia institucional y esto pasa por la discusión del sector público.

Esto no es perseguir personas ni destruir programas, es buscar la eficiencia de la calidad del servicio que estamos dando.

Comprendo, aun así, no cree que en esta discusión también deberían incluirse temas como anualidades, sobresueldos, pagos por exclusividad…

—Es que… vamos a ver. Mire, nosotros rebajamos pluses salariales y la eficiencia sigue igual, ¿queremos mejorar la calidad del servicio que estamos dando o irnos por lo más fácil? Nosotros lo que necesitamos es resolver la ineficiencia del Estado costarricense y eso no pasa por salarios, eso responde a otra cosa.

Por supuesto que aquello que no está bien habrá que corregirlo, pero eso lo dirá el proceso de la búsqueda de la eficiencia. Sí podría darse que una vez que se evalúe X institución y veamos que hay un programa X que no tiene los indicadores de desempeño requeridos, puede pasar por ahí [salarios]. Pero, eso no significa que vamos a visualizar que todo está mal.

Aquí  tenemos que centrarnos, tal y como lo estamos haciendo, en la búsqueda de la eficiencia. Esto incluye el diálogo con todos los sectores, principalmente, tiene que ver con el sector público porque es ahí donde ustedes y yo nos quejamos a diario.

Sin embargo, la discusión sobre la eficiencia es muy abstracta. Instituciones como COMEX podrían decir que son eficientes porque lo son, y otras como el MAG o la Caja no tanto. En cambio, el tema de sobresueldos es tangible…

—Dos elementos. Uno, evidentemente el régimen del Servicio Civil tiene que actualizarse, en eso estamos claros y lo hemos dicho, y vamos a trabajar en actualizarlo. Y el otro, el hecho de que haya una institución que no sea tan eficiente también tiene que ver con gestión. En este sentido, debemos ser lo rigurosos del caso para exigir [buenos] resultados.

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Cauteloso. El segundo vicepresidente de la República es pausado al hablar. Intenta, siempre que puede, utilizar el nosotros para involucrar al Gobierno con la ciudadanía y el ustedes para referirse a los medios de comunicación. Es notorio que el señor Marvin Rodríguez se esmera en tomar partido por los temas país más allá de los gremiales. De todas formas, es claro que reflexiona profundamente antes de responder cada pregunta.

Percibo también que es desconfiado. Tal vez el vicepresidente cree que tengo dobles intenciones al abordarlo sobre su paso por el sector sindical, sus gestos faciales son muy expresivos. Sin embargo, mis dudas surgen de la naturaleza ciudadana que caracteriza mi estilo de trabajo.

Resulta interesante, y es para celebrar, el momento político que vive Costa Rica, en que absolutamente todas las personas tienen cabida en un gobierno. No podemos obviar que el sector sindical del país ha estado históricamente  en desacuerdo con casi todas las posiciones gubernamentales en materia de reformas económicas, en salud y educación.

Precisamente esta última, educación, marcó al mismo vicepresidente cuando el sector se alzó en huelga a inicios de la administración Solís Rivera. Según me cuenta Rodríguez, los maestros y maestras tuvieron que defender su “derecho a recibir el salario a tiempo”, pues en medio de la implementación del sistema informático Integra 2, impulsado durante el gobierno de Laura Chinchilla hubo fallos al respecto.

Este sistema pretendía, además de integrar al Ministerio de Educación (MEP) en el único sistema de pagos del Gobierno Central, evitar la duplicidad en el pago de salarios a educadores, situación se daba con frecuencia por los múltiples sistemas anteriormente utilizados por el MEP. En su momento el Ministerio de Hacienda anunció que:

No obstante, todas sus ventajas ya probadas en el resto de las instituciones, por tratarse de una primera experiencia aplicada en la institución con la planilla más numerosa del Gobierno, existe la posibilidad de que a algunos trabajadores no se les acredite el salario el mismo día que lo recibirá la gran mayoría, o que su salario presente algunas diferencias con respecto al del mes anterior. Esto, por cuanto algunas inconsistencias encontradas en varios registros del SIGRH [sistema de pagos del MEP], como errores en números de cédulas y nombres y duplicidades, aún deben ser validadas antes de emitir los pagos”.

Aun con la intención de la administración Chinchilla Miranda de prevenir futuras fugas de recursos públicos, y el anuncio del Ministerio de Hacienda, los y las educadoras salieron a las calles, porque efectivamente a muchos no les llegó el salario a tiempo o del todo.

Cuando se supo que Marvin Rodríguez era candidato a la segunda vicepresidencia dicha huelga fue traída a memoria por algunos medios de comunicación que le señalaron como uno de los líderes sindicales que impulsaron el paro de labores. Al respecto le pregunto su posición.

La huelga no fue contra Luis Guillermo, fue contra la administración Chinchilla, específicamente contra Leonardo Garnier porque puso en ejercicio un sistema que no se había probado y por tanto dejó sin salario a todos los trabajadores de la educación, a algunos les llegaron 500 colones, a otros mil colones y a otros nada de salario, lo cual nos pareció un acto totalmente irresponsable y por tanto justificó la huelga que se hizo”, recalca Rodríguez.

Dentro de la discusión está que, mientras a algunos educadores les llegaba poco salario hubo otros a quienes durante años el salario hasta se les triplicó y eso era lo que el Ministerio quería evitar. A aquellos que les llegaron 500 colones durante la transición luego ese dinero se les giró retroactivamente. Sin embargo, hubo educadores que por años recibieron sobresueldos que nunca reportaron, en esta discusión racional, dentro del sector educación, ¿alguna vez conversaron acerca de la importancia de no recibir dineros públicos que no les correspondían?

—Es que el problema es cuando se tergiversa la información, porque pareciera que el culpable es el trabajador y eso no es cierto. Si usted como patrono [MEP] no tiene el mecanismo de control para hacer cumplir la eficiencia, se dan ese tipo de resultados.

Cualquier persona que reciba lo que no le corresponde, eso es un acto de corrupción que no puede permitirse, sea quien sea. Por tanto, aquella persona que recibió dinero de más, necesariamente, tenía que devolverlo porque nunca les correspondió y eso nunca se defendió [en la huelga].

El paro de labores de maestros, según el MEP, le costó al país más de 150 mil millones de colones, el vicepresidente respalda la acción alegando que lo que buscaron era defender el derecho a recibir el pago oportuno de salarios.

En el oficialismo

Dándole vuelta a la página del pasado, y habiendo aclarado mis dudas sobre la dualidad en el carácter político del segundo vicepresidente de la República, es que pasamos a temas actuales. Conocemos que le están delegadas funciones en materia social, pero ¿cuáles son las principales causas que embanderará? Es lo que contesta a continuación.

Hay dos subtemas, ambos muy amplios. Uno que tiene que ver con la reactivación de la economía interna, que tiene que ver con la economía social solidaria, para esto estamos creando el Consejo Presidencial de la Economía Social Solidaria.

El otro [tema] tiene que ver con la protección de la población adulta mayor, que me interesa mucho. También la población con discapacidad, la población joven y adolescente y por supuesto la niñez. Todas las poblaciones son de gran relevancia. De manera que voy a estar concentrado trabajando en esto.

Será un trabajo muy articulado porque hay temas que son muy transversales”.

¿Cómo podemos entender lo de la economía social solidaria?

—En resumen, yo diría que la economía social está en los genes de las y los costarricenses. Por ejemplo, aquí siempre ha existido la alianza público-privada, donde lo público ayuda para que un proyecto X pueda desarrollarse, entonces eso [la economía social] está centrado en el trabajo de un grupo de personas que se unen para resolver un problema X, por decir agua potable, que luego construyen una asada y entonces eso se puede convertir en una empresa de economía social solidaria (ESS).

Aquí lo público entra, por ejemplo, cuando Acueductos y Alcantarillados hace la perforación de pozos, etc. Pero es una empresa de economía social solidaria porque la termina administrando la misma comunidad.

En el país hay suficiente legislación para esto. Hay cooperativas, asociaciones de desarrollo, asociaciones solidaristas, sindicatos por actividad productiva, etc., de manera que esto es algo común, sin embargo, hoy vemos la oportunidad para esa alianza público-privada para solventar un problema X.

En este sentido, el Nobel de la economía 2001, Joseph Stiglitz, se refirió a este modelo cuando estuvo en Costa Rica, en abril pasado. Stiglitz dio una conferencia titulada Cooperativas y la Economía Social: claves para el equilibrio económico, en la cual destaca que nuestro país podría tener éxito en superar las brechas sociales mediante las empresas de ESS.

El vicepresidente también me explica que según su experiencia, sabe que las personas están excluidas por falta de oportunidades. Sin embargo, recalca que en muchas ocasiones esas oportunidades existen en el país, pero al presentarse de manera desintegrada resultan de difícil acceso.

Recuerda también que, como pocos países “Costa Rica tiene un tejido social maravilloso”, pero que poco provecho se ha sacado de ello.

Hay más de 3500 asociaciones de desarrollo comunal que son cuerpos jurídicos y que han hecho posible que usted y yo estemos acá. Fueron los que hicieron posible que existieran carreteras, puentes y escuelas”.

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De manera cronometrada terminamos la entrevista, 40 minutos exactos. Al apagar la grabadora el vicepresidente pareció recobrar el aliento y levemente sonrió, no sin antes enfatizar en que las etiquetas crean distorsiones. Para él, los medios de comunicación ya lo han etiquetado de sindicalista, hecho que parece incomodarlo.

Para Marvin Rodríguez lo importante es que le reconozcan el trabajo social, y el diálogo que pueda entablar con todos los sectores del país, desde la plataforma política que le brinda la segunda vicepresidencia de la República.