1.
Editorial
— El proceso de elección de los magistrados en el Congreso ha sido históricamente un desastre. Poco menos que un botín político que permite el acomodo de fichas a placer según los intereses políticos de turno. Es un tema al que hemos aludido en reiteradas ocasiones y al que finalmente se le va a “meter el diente” tras la debacle de Celso Gamboa. Pero ojo, no queremos esfuerzos “nadito de perro” a la tica. Tampoco lo vamos a permitir, hoy la ciudadanía está más atenta que nunca, hoy no hay forma de meter “gato por liebre”. Más y más iniciativas de control ciudadano y rendición de cuentas nacen día con día, en cuenta este espacio. Así que lo dejamos muy claro: no queremos seguir viviendo de compromisos simbólicos y eventos “bien intencionados”. Queremos y necesitamos cambios claros, concretos y contundentes en la legislación. Diputados, atiendan su cita con la historia.
Recomiendo leer: El magistrado disidente, entrevista de Trilce Villalobos con Fernando Cruz. Elegir magistrados en Costa Rica por Any Pérez. Carta abierta a la Corte Suprema de Justicia y Un seminario al que no asistiré ambos de Walter Antillón y publicados en Delfino.CR.
— Los pronunciamientos de la Procuraduría de la Ética han sido víctima de burlas tan cínicas como las del exdiputado Otto Guevara, que se dejó decir —con razón— que no son más que un saludo a la bandera. Queremos y exigimos que eso cambie. Luis Guillermo Solís dijo que iba a trabajar para promover que fueran vinculantes, pero eso, evidentemente, no pasó de una promesa de campaña. De hecho la PEP cuestionó severamente el nombramiento de Paola Mora (exdirectora del BCR durante El Cementazo) y en el Ejecutivo si te vi no me acuerdo. Luego supimos que tanto a Guevara (Movimiento Libertario) como a los exdiputados Johnny Leiva (PUSC) Víctor Morales Zapata (PAC, luego “independiente”) la PEP los mandó a regañar en el Congreso pero... no había cómo sancionarlos. Afortunadamente —gracias a Ottón Solís...— ya está encaminándose un ajuste que ponga a fin a semejante relajo. Pero hay que ir más allá. Hay que trabajar en eliminar los escenarios de impunidad e ineficiencia. ¿Para qué le pedimos a la PEP que nos diga lo que piensa si lo que piensa no tiene ningún efecto?
— Por cierto, ya que estamos con la PEP que anda atendiendo todas las solicitudes de los diputados de la #ComisióndelCemento (Luis Guillermo todavía sonríe) es un buen momento para señalar la congoja que nos genera saber que el informe final de la comisión es ahora un libro editado por la Uned. Ojalá tal iniciativa sirva al menos para que alguna facultad de Derecho se ponga la flor en el ojal y desgrane por completo todas las carencias jurídicas del documento, porque de verdad da material para una tesis. Sería un ejercicio no solo sabroso desde un punto de vista legal, sino provechoso para la ciudadanía. Un servicio a la sociedad, si se quiere.
Oferta D+: Es más, si mi amigo César Barrantes está leyendo esto y quiere que nosotros mismos destrocemos ese documento, quedo a sus órdenes. Así nos licenciamos de una vez por todas.
— Bien, dejando de lado anécdotas y reflexiones pasemos al siguiente tema: las actas de las juntas directivas. Queremos que —como corresponde— sean públicas todas —guardando las salvedades de ley— y que ese proceso de subida a la red sea ágil y diligente. Todavía estamos tratando de encontrar en Sinart las de las sesiones que dieron pie al despido de Pablo Cárdenas... ¡Estamos en junio! Es un disparate. Queremos, además, que queden grabadas y que esas grabaciones no se borren. Nada de situaciones irregulares como las que vimos en el BCR el año pasado. Nada de alteraciones aleatorias sin el visto bueno de toda la junta directiva. Un acta en pie es un acta en pie. Claridad. Consecuencias. ¡Transparencia! Ahora estamos frente a un nuevo caso “extraño” (el cambio de dirección en la Comisión de la Persona Joven) y tanto la prensa como la ciudadanía no puede esperar a leer el acta de la sesión de junta directiva en la que se tomó esa decisión. Estamos seguros de que todos los viceministros presentes se comportaron a la altura, a sabiendas de que el acto es público y no una encerrona de amigos para cumplir con lo que se les instruyó sin justificarlo como corresponde.
— Queremos claridad, también, en el caso Sinart. No genera buena espina que una y otra vez se decida evadir procesos administrativos. ¿En qué condiciones salió Pablo Cárdenas? ¿Por qué salió como salió? Lo mismo aplica ahora a Mario Alfaro. A uno se le perdió la confianza (¿?) y se lo sacó de la mano, acompañado hasta su nuevo puesto... del cual por cierto lo despidieron también en circunstancias irregulares que no deben quedar sin atenderse. Al otro se le acusó de algo que se estimó era lo suficientemente grave como para elevarlo al ministerio público y se lo liquidó de inmediato. Es evidente que quedan muchos cuestionamientos en el aire e irregularidades por doquier (incluyendo cartas de renuncia retroactivas...). Encima los trabajadores del sindicado primero arman un escándalo en Extra, después anuncian una huelga de un día para el otro y luego se van todos tranquilos para la casa como si le hubieran repartido Snickers al sindicato entero. No son señales felices las que se envían al pueblo. La gente no termina ni de entender qué es Sinart y cómo funciona Sinart y encima situaciones como esta validan aquella noción de que no es más que un espacio de “premio” para los amigos del presidente de turno. Tal idea flaco favor le hace al trabajo que personas muy capaces están haciendo desde adentro. Así que por favor, autoridades, no apliquen la de “dejá que la bronca vaya pasando solita”, porque más daño le hacen a la institución.
— Queremos, también, claridad, mañana, cuando la comisión de ingreso y gasto conozca la moción de José Maria Villalta que solicitó investigar las evidentes irregularidades del Caso Opol-Restauración. Queremos que el PLN, el PUSC y el PRN justifiquen con argumentos incuestionables un eventual rechazo a la petición del legislador del Frente Amplio. Queremos, además, que los diputados le den una mano al TSE con las reformas que necesita para que deje de repartir rosarios de excusas —válidas— cada cuatro años cuando la ciudadanía pega el grito al cielo porque no entiende cómo “pasan las cosas que pasan”.
— Si una casa encuestadora está validad por el Tribunal Superior de Elecciones debe de ser porque cumple con una lista de requisitos infalibles. Estamos hablando de estudios de opinión que sí afectan la democracia porque tiene incidencia directa en el financamiento de los partidos y en la presencia de sus candidatos en los debates. ¿O acaso olvidan ustedes que el actual presidente de la República tuvo que rogarle a Teletica y Repretel por un espacio? Basta de vacíos legales y basta de portillos que permiten en procesos electorales las fechorías a las que nos hemos ido “acostumbrando”.
— Claridad, por cierto, tampoco hay en la Sala Constitucional... donde algunos magistrados prefieren esperar 1, 2, 3, 4 años ¡o renunciar! antes que resolver lo que les corresponde resolver porque, no sé ¿es su trabajo? Hago mías las palabra de Leonardo Garnier: “Yo quisiera saber qué le pasaría a usted si se atrasa un poco, digamos cuatro años, en entregar un trabajo. Pues bien, nuestros magistrados consideran que NO han violentado la justicia pronta y cumplida aunque llevan cuatro años y medio sin resolver esto”. La Sala “da señas de un cinismo grosero”, decía Cristian Cambronero, a la luz de la misma noticia que comenta Garnier.
— La Dirección Nacional de Notariado no se queda atrás en la procesión del descaro. Roberto Zamora, el notario que casó a la pareja homosexual meses atrás ya los recibió en su oficina y tras atender aquella “casual inspección” publicó el siguiente mensaje en Facebook: “Después de más de 3 horas de inspección... ¡La DNN no encontró NADA! Un par de dedazos en la fecha de dos índices y eso fue todo. Debería darles vergüenza mandar a alguien así... Folio por folio, firma por firma, página por página... y no encontraron nada. Si hubieran puesto a esta inspectora en el caso del cementazo ya tendríamos a varios en la cárcel”. Impresionante, pero cierto. Más fácil estafar al Estado con moviendo todas las tuercas habidas y por haber que tratar de cumplir con lo que ha exigido la Corte Interamericana de Derechos Humanos. ¡Nos falta mucho! Sé que Zamora tomará medidas legales y no puedo esperar a conocer los resultados de dicha gestión...
Frase D+: “Hay quienes después de una prueba o contienda, no reconocen la derrota o pérdida. Siguen alimentando los factores de su fracaso y profundizan las críticas precisamente a aquello que les llevó a su destino. Hay un cierto regocijo en la ignorancia”. Gustavo Araya.
— En fin, que si continúo no termino nunca. Pero este repaso me permite recordar que las oportunidades de mejora son abundantes y que lo mejor del caso es que no requerimos grandes o complejos ajustes para encaminar esos cambios. Solo voluntad política. Ahora que se ha puesto de moda hablar de la Costa Rica del Bicentenario podríamos empezar por empujar al país al siglo XXI y cerrar cada vez con más eficiencia todos los portillos existentes para la corrupción, la persecución política, el tráfico de influencias y la ineficiencia sean pan impune de cada día...
— Por último, un mensaje al ministro de Comunicación. Haría bien usted, don Juan Carlos Mendoza, en circular un documento que indique cuál va a ser el procedimiento —prometido y todavía no anunciado hasta donde me consta— para solicitar entrevistas con el presidente de la República. Como medida de buena voluntad del Gobierno haría bien en acompañar ese documento con los contactos de prensa de todas las dependencias del Ejecutivo y ya que estamos de las autónomas y más allá. En ese sentido algunos legisladores (pocos, pero algunos) han dado muy buenos pasos con la iniciativa de #DespachoAbierto. ¿Qué tal hacer las de Ottón y permitirnos revisar con quién se han reunido en su oficina cada día? Si sacan a alguien de inmediato, como lo hizo Ottón con Juan Carlos Bolaños, también podrían indicarlo. Ya saben, cuentas claras... Costa Rica menos espesa.