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Editorial

— El viernes en la tarde se oficializó la conformación de dos comisiones que, a pedido del presidente de la República, trabajarán en la reforma del Estado y la administración pública. Nadie en su sano juicio puede cuestionar la importancia —mejor dicho: urgencia— de pulir y modernizar el entramado que sostiene a la institucionalidad costarricense, así que de buenas a primeras no hay motivo para recibir con mala cara la iniciativa...

— Sin embargo, tampoco se requieren cuatro maestrías en ciencias políticas para entender este ejercicio como un bonito ensayo cívico con todo el potencial de no trascender de lo simbólico. El tema medular es que en efecto logre ir más allá de un emotivo fellowship en Casa Presidencial y ofrezca resultados más felices de los que nos han heredado iniciativas similares en el pasado.

— Un análisis en frío de todos los elementos que hay sobre la mesa nos obligaría a trascender la indignación automática a la que podría (o no) llevarnos, por ejemplo, ...