Hoy se sabe que, si todas las personas adultas terminaran sus estudios de secundaria la pobreza en el mundo se podría reducir a la mitad, según la Unesco.

Se escucha decir que, en este país “el que no estudia es porque no quiere”, pero cuidado. Eso no es tan así. La semana pasada veíamos con Leonardo Merino —coordinador del Informe anual del Programa Estado Nación— que actualmente siete de cada 10 personas desempleadas no tienen secundaria completa, en parte, porque pertenecen a una generación que tuvo que salir de las aulas para ir a trabajar durante la crisis de los 80s.

Entonces, que haya personas que no lograron pasar por las aulas de un colegio o de una escuela, muchas veces, poco o nada tiene que ver con que “no quisieran”. Existen realidades distintas, inimaginables. Hay personas que tienen que salir a trabajar o no comen, jóvenes y niños que son obligados a contribuir en sus casas porque simple y sencillamente no hay de otra.

Con esta introducción la idea no es causar lástima, la idea es resolver. Para lograrlo, esta semana nos sentamos a conversar con el nuevo presidente ejecutivo del Instituto Nacional de Aprendizaje (INA), Andrés Valenciano Yamuni. Nuestro encuentro pone especial énfasis en las opciones que ofrece el Estado para que quienes no pudieron empezar o completar sus estudios académicos logren salir adelante.

El intercambio lleva un aire de incomodidad, especialmente porque si hay una institución urgida de salir adelante en este momento es precisamente el INA. El instituto resulta ser ineficiente en los tiempos modernos. Sus carreras técnicas, con las que se pretende lograr que las personas se inserten al mercado laboral, no solo resultan ilógicas, sino que representan, en algunos casos, una verdadera fuga de recursos públicos. Por suerte, Andrés trae consigo un bagaje en educación y procesos acordes con la necesidad de renovación que presenta el INA.

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Primer plano

A sus 34 años el ingeniero y máster en negocios internacionales puede decir que se ha dedicado a trabajar para que personas en vulnerabilidad social se mantengan estudiando.

Estudié ingeniería industrial, pero nunca ejercí como un ingeniero tradicional. Mi primer trabajo fue relacionado con el tema vivienda social en América Latina y el Caribe. Ese trabajo me dio la oportunidad de conocer la realidad social económica a nivel de base”.

Cuando Andrés dice “nivel del base” se refiere a que no trabajó el tema de vivienda social desde la política pública, sino que conoció la pobreza dura desde el desarrollo comunitario y el voluntariado. Se dio cuenta entonces de que para lograr alguna incidencia real en el bienestar de las personas era necesario entender asuntos públicos a niveles macro.

Los efectos [socioeconómicos] en las comunidades eran producto de lo que sucede a nivel macroeconómico, de lo que sucede en la política económica, en la política fiscal, en la política pública, ¿cómo se traducen las políticas públicas en bienestar para las personas?”.

La influencia que algunas personas tienen sobre la vida de otras es una cuestión existencial para no omitir. Cuando Andrés ingresó a la Universidad de Tufts, Massachusetts, para optar por su grado de máster conoció al profesor John Hammock, co-fundador de Oxford Poverty & Human Development Initiative, OPHI por sus siglas en inglés.

Andrés Valenciano & John Hammock

La Iniciativa de Oxford para la Pobreza y el Desarrollo Humano (OPHI) es un centro de investigación económica dentro del Departamento de Desarrollo Internacional de Oxford en la Universidad de Oxford, Inglaterra, la mejor del mundo según Times Higher Education.

Este centro de investigación, junto con Naciones Unidas, es responsable de la creación del Índice de Pobreza Multidimensional (IPM). Para medir el nivel de pobreza este índice toma en cuenta, entre otras cosas, los servicios de salud y educación de los países.

En alguna clase que Andrés tuvo con el profesor Hammock le preguntó si ese índice existía para Costa Rica, a lo que el profesor contestó que no. Fue entonces cuando Andrés le solicitó a John que fuese su tutor de tesis para construir una propuesta de IPM para nuestro país. En 2015 el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) dio a conocer que el índice de pobreza se empezaría también a medir de manera multidimencional, el INEC contó con la asesoría de OPHI para generar la metodología aplicada. Hecho no casual, por cierto.

Después de su tesis, Andrés se devolvió a Costa Rica y empezó a trabajar en la Fundación Acción Joven. Ahí fue donde tuvo un mejor acercamiento al tema educativo y formativo; acercamiento que le será esencial en su labor como presidente ejecutivo del INA.

Cuando yo llegué la Fundación se enfocaba en trabajar para prevenir la exclusión [educativa]. Básicamente se enfocaba en lograr que los estudiantes pudieran mantenerse en el colegio y graduarse. Pero cuando empezamos a analizar qué era lo que estaba pasando con los estudiantes que se estaban saliendo del cole, nos dimos cuenta de que la gran oferta educativa colegial del país es académica, y aunque muchos se gradúan lo que necesitan es encontrar trabajo ¿por qué? Porque no todos se ganan una beca en la UCR, especialmente los más vulnerables o porque querían seguir estudiando y la opción es el sector privado. También encontramos que muchos, diay, simplemente cumplen un ciclo en sus hogares y les dicen ya usted tiene bachillerato empiece a ayudar”.

De esta experiencia en Fundación Acción Joven es que Valenciano entiende la importancia de enganchar a las personas con el trabajo. El resto de sus rasgos personales, como su seguridad cuando habla, su desenvolvimiento al interactuar y su docilidad aparente son solo cualidades que juegan a su favor. Muy necesarias, además, pues la compleja reforma estructural que le aguarda en el INA demandará de esas y otras habilidades blandas.

Plano abierto

¿Cuál es su definición de educación?

—Es un proceso continuo que le permite a los seres humanos apreciar la realidad y transformarla. Entonces, no sé si es la pregunta que sigue, pero por eso es tan importante esa educación, que cuando digo apreciar la realidad y transformarla, mucho es transformar su propia realidad [la realidad de cada persona]. Y por eso, la educación técnica y de formación profesional tiene que desencadenar en que el individuo encuentre trabajo.

En 2017, según el proyecto sobre la Modernización de la Formación Profesional en Costa Rica [del INA] las carreras en las que más se matriculaba la gente son operador de aplicaciones ofimáticas y ejecutivo en inglés para servicios. Sin embargo, estos énfasis más bien deberían ser complemento de alguna carrera técnica, no una carrera en sí misma ¿cuáles diría usted que son las carreras que responden a nuestro tiempo y, en ese sentido, cómo transformará el INA?

—Se necesitan varias cosas. Para realmente responder cuáles son las carreras que se necesitan actualmente, lo primero es terminar el Marco Nacional de Cualificaciones, en el que ya se ha ido avanzando. El marco es lo que nos define la cancha, tanto a los empleadores como a los jóvenes, a la hora de decir qué significa ser un técnico 1, técnico 2, etc., qué significa en cuanto a la cantidad de horas de preparación, pero más que eso, en relación a las competencias que eso me brinda.

Entonces, si tenemos el Marco Nacional de Cualificaciones, que vamos a impulsar con mucha fuerza, nos permitirá hablar un mismo idioma, porque de lo contrario tenemos demasiadas ofertas de certificaciones, de técnicos, de técnicos especialistas, etc., pero no sabemos qué significa cada uno.

Después, tenemos que trabajar en un desarrollo curricular para que nuestros programas de formación sean por competencias y que evalúen eso, no que evalúen conocimiento, sino competencias para el trabajo.

Entonces usted me dice, tienen claridad en el tipo de técnicos y en las competencias, pero cuáles competencias son importantes para el país, ahí es donde entra todo el tema de que esto [inserción laboral] no es solo del INA, esto es a nivel nacional, debe existir un sistema de prospección laboral.

¿Cómo es este sistema?

—Prospección laboral es básicamente un sistema de cómo la oferta del INA, pero también el resto de la oferta educativa del país, pueda llegar al sector privado y realmente hacer un análisis de herramientas cualitativas, pero también cuantitativas y decir cuáles carreras están en demanda, cuáles son las competencias que requieren y a partir de eso ir hacia adelante. Entonces, la prospección laboral es algo que el INA tiene que hacer, pero también lo tienen que hacer los otros actores.

La prospección nos dará la respuesta de cuáles carreras son las que están en demanda y para esto también necesitamos estar muy de la mano con el sector privado. Pero, hay temas que ya sabemos que son vitales: mecatrónica, la digitalización en general, idiomas, turismo, agro. Son temas que históricamente se sabe que el sector privado viene diciendo “vean esto es lo que necesitamos”. Y necesitamos homologar todos los temas a través del Marco Nacional de Cualificaciones para saber, en esos campos, qué es lo que se necesita, si un técnico 1, técnico 2… etc.

Dato D+: El Marco Nacional de Cualificaciones ha sido liderado por el Consejo Presidencial de Innovación y Talento Humano, creado en la administración Solís Rivera, y lo que busca, según se autodefine, es funcionar como un puente entre el sector público y universidades, sociedad civil, emprendedores y sector privado; para la formulación de iniciativas y políticas públicas que promuevan e incentiven la innovación social en Costa Rica.

Según el Ministerio de Hacienda el presupuesto ordinario del INA para el año 2017 fue de 126 mil millones de colones, de los cuales ¢59 mil millones se invirtieron en el pago a la planilla, estos montos están definidos por el Servicio Civil; solo ¢7 mil millones se asignaron en Servicios Generales, es decir, para la operación normal de los 52 Centros de Formación Profesional.

Elaboración: INA

Desde el 2013 dicho presupuesto ha venido en aumento, sin embargo, desde hace ocho años la matricula viene en picada, pues en el 2016 se constató un 40% menos de personas registradas en las listas del INA, sin que esto se tradujera en una mayor colocación de los egresados, pues el proyecto sobre la Modernización de la Formación Profesional en Costa Rica reza:

Pese al elevado presupuesto institucional, la infraestructura, los recursos humanos y la amplia misión institucional, la definición y entrega de servicios que efectúa el INA en la actualidad no se adecúa de la mejor manera a las demandas de los sectores productivos del país.

Además de señalar que, “de acuerdo al seguimiento de egresados realizado por la Unidad de Planificación Estratégica del INA (UPE), la institución no está logrando el impacto deseado. Las personas egresadas de programas de formación inicial experimentan una baja inserción laboral: de la población que no trabajaba antes de la capacitación, el 39,4% logra insertarse al mercado laboral, pero solamente un 24.6% en un área afín a su rama de estudio”. El panorama no es precisamente alentador.

Andrés, ¿cuáles son las reestructuraciones de fondo que requiere el INA?

—Por un lado, la oferta curricular, de la que ya hablamos un poco. [Se debe determinar] el nivel de técnicos que se necesitan y en qué áreas y eso, reitero, pasa por adaptar la oferta del INA hacia un modelo basado en competencias y no en conocimiento, para mandar señales al sector privado para que diga “mirá, ya sé qué significa un técnico 2”, entonces, esa cifra que usted dice de gente graduada no colocada [en el mercado laboral] tiene que ver con la pertinencia del curso como tal, porque una cosa es una certificación y otra es un grado técnico con tres mil horas de capacitación.

Hasta el momento hemos discutido sobre la transformación del INA hacia lo externo, cómo se proyecta, etc., pero los cambios más fuertes en cualquier institución siempre son hacia adentro. La baja en la matricula supone la existencia de docentes dedicados a labores administrativas, ¿qué pasará con estos docentes?

—Estamos de acuerdo, y está tocando un tema crítico que es la formación permanente del docente. Porque imagínese el escenario hipotético en el que hoy todos los docentes dieran lo que el mercado laboral necesita. Si esa fuera la situación, entonces hoy todos los estudiantes que se gradúan, conseguirían trabajo porque es formación pertinente la que reciben.

Aunque ese fuera el caso, le respondería exactamente lo mismo: ese docente que hoy está enseñando X, igual mañana va a tener que enseñar Y. Entonces, es ver cómo trabajamos para evolucionar la capacidad del docente, que pueda estar en un proceso de formación constante, que se pueda ir adaptando a las necesidades del mercado. Eso es lo que hay que hacer, potenciar las habilidades del docente y ofrecerle capacitación para que puedan mantenerse al ritmo del cambio, y a eso, sin duda, hay que dedicarle recursos.

Usted ya ha trabajado en temas relacionados a la exclusión educativa. La tasa de deserción en los programas técnicos diurnos, desde el 2001, es en promedio del 10%, según el Estado de la Nación, ¿cuál estrategia planea para mantener a estas personas en el sistema educativo del INA?

—Aquí voy a usar el ejemplo de educación dual. Ha habido un gran avance que el país debería celebrar. En este tema existe la comisión dual, que es una comisión tripartita: la Junta [Directiva] del INA que es el sector laboral, las cámaras empresariales y el Gobierno.

Estos tres actores están sentados en la mesa, y una de las cosas que han planteado es que, y esto responde a su pregunta, cuando el estudiante tiene una proporción de su formación en el aula, el INA tiene que otorgar becas para que este joven, o este adulto se mantenga ahí en el aula. Es un asunto de resolverle ese costo de oportunidad [que mientras la persona estudia en el INA no tenga que preocuparse por el dinero que deja de percibir por no trabajar].

Entonces, una de las cosas que queremos hacer para reducir estos índices de exclusión dentro del INA son, 1)  programas de formación más pertinentes, 2) analizar si es por un tema socioeconómico, es decir, si están dejando las aulas porque necesitan trabajar, entonces dar el subsidio a las personas, y aquí también debe hacerse una alianza con el programa Puente [al Desarrollo] y 3) abrir más oferta de formación en otros horarios, viéndolo por región y por núcleo técnico, porque el INA ya tiene horarios ampliados, pero habría que ver dónde es que se precisa más ese horario, para que las personas que necesitan trabajar no tengan que dejar de estudiar [porque no todas las personas califican para subsidio].

En su charla TEDx usted dijo que “el sistema educativo [MEP] con su enfoque departamental divide el mundo por áreas y temas, como si fueran independientes unos de otros” ¿Qué quiere decir con esto?

—Cuando digo departamental me refiero a que todo lo enseñan en bloque. Usted va a la clase de Estudios Sociales, luego a Español (…) ¿verdad? Pero resulta que en el mundo la vida real no es así. En el mundo todo es una interdependencia.

¿Cómo contrarrestará el sistema educativo técnico este enfoque departamental para beneficio de los estudiantes?

—Lo interesante, por ejemplo, de la formación por competencias es que, a nivel internacional ya hay muchas formas establecidas no solo de formar por competencias sino de cómo evaluar por competencias. Pero no solo competencias técnicas, también para competencias sociales, habilidades blandas, pensamiento crítico. Y esas son las que le permiten al individuo, lo que se viene hablando a nivel país, mantener el aprendizaje continuo.

"El peligro de lo simple", charla TEDx, Andrés Valenciano

Estas otras herramientas de formación, son las que le permiten seguir aprendiendo por el resto de la vida, seguir adaptándose a otros espacios, a diferentes puestos de trabajo, a diferentes retos, pero eso ya existe.

Tal vez no lo dije claro, pero cuando me refiero a formación por competencias me refiero a competencias no solo del núcleo técnico, sino también estos que son más transversales que tienen que ver con lo que acabo de mencionar.

 

Bonustrack: Plano detalle

Andrés ha sido parte de otras iniciativas, por ejemplo, de la empresa social La Esquina, organización que surgió para acompañar a la población joven “mal llamada nini”. La Esquina acompaña a quienes una vez graduados del colegio dejan de tener acompañamiento en sus siguientes etapas, pues muchos no encuentran trabajo de inmediato o lo que es peor, muchos se salieron del colegio antes de tiempo y otros ni siquiera llegaron a las aulas, con ellos también se trabaja.

La Esquina trabaja desde hace cinco años no solo previniendo la exclusión social y académica, sino también previniendo temas de violencia. Trabajan con jóvenes de León XIII, Hatillo y Los Guido. Su abordaje es con hombres y, más recientemente, también con mujeres.

Entre explicación y explicación, Andrés se disculpa por “extenderse más de la cuenta”, continúa moviendo sus manos y dibujando con sus dedos los mapas cronológicos de las historias que me narra. Sigue contándome que la estrategia que emplean con los jóvenes se basa en la Teología de la liberación, propuesta principalmente por el religioso Gustavo Gutiérrez. “Yo soy completamente agnóstico pero esto es una versión lindísima de lo que podría ser el cristianismo. El acompañamiento lo que dice es que, la vía y la salvación realmente, si las personas quieren llegar a Jesús, son a través de la liberación de quienes están siendo oprimidos, básicamente por ahí va”.

La Esquina, Andrés Valenciano con chicos de La Carpio

Dice el presidente ejecutivo del INA que, así como el nazareno acompañó a las personas, así La Esquina pretende acompañar a los jóvenes en su proceso de desarrollo. “¿En qué los acompañamos? en lo que necesiten ¿por cuánto tiempo? hasta que ellos mismos consideren que lo necesitan, ¿hacia dónde caminamos juntos? hacia la dirección que el joven quiera. Caminamos juntos en un diálogo constructivo. El acompañamiento es también un tema emocional”.

Andrés reconoce que por el momento La Esquina apuesta por el impacto profundo y no de escala, es decir, los jóvenes acompañados por la empresa social son pocos, pero seguros.

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Al final de nuestro encuentro, noto que lejos de una entrevista, en esta ocasión conocí a una persona empapada hasta su última célula de la sensibilidad por transformar la necesidad ajena en bienestar común. A sabiendas de que la educación es por excelencia el vehículo de movilidad social, Andrés Valenciano viene a espantar los fantasmas del despilfarro e ineficiencia que llenaron los pasillos de la lamentable administración anterior.