Un informe de auditoría de la Contraloría General de la República (CGR) reveló hoy severas deficiencias en la gestión de los Comités Municipales de Emergencias (CME) de los cantones Turrialba, Matina, Upala y Nicoya, todos severamente afectados por el huracán Otto y la tormenta tropical Nate.

En dicha auditoría se concluye que los citados comités carecen de una gestión basada en un enfoque integral, orientado a promover y priorizar actividades para prevenir y controlar amenazas y vulnerabilidades del cantón, a pesar de constituir el primer frente de batalla en caso de desastres naturales.

La Contraloría señaló que en su planificación, los CME de esos cuatro cantones no establecen acciones para coordinar entre instituciones públicas, privadas y organizaciones no gubernamentales, y tampoco programan simulacros para incendio, sismo, inundación, deslizamiento u otros.

Otra deficiencia señalada es que no se promueven actividades de mitigation de riesgo básicas, tales como reforzamiento de diques, muros de contención, dragado de ríos, estabilización de taludes ni protección de infraestructura.

Además, la Contraloría señaló que los comités no han impulsado sistemas de alerta temprana de desastres naturales, tales como instalar pluviómetros para medir el nivel de los ríos o instalar sirenas para alertar oportunamente a la población de que se aproxima una inundación o deslizamieno.

"Se determinó la falta de una visión de corto, mediano y largo plazo que permita gestionar acciones orientadas a la prevención del riesgo y la reducción de los impactos por desastres naturales o humanos, y que no se impulsa la puesta en práctica de las políticas orientadas a la gestión de riesgo de desastres y el ordenamiento territorial", dice el informe.

Faltan controles sobre uso de bienes para la atención de las emergencia

Foto: CGR

El informe de auditoría encontró además que en el caso de los comités municipales de emergencia de Matina,
Sarapiquí y Upala, se identificó el uso de contenedores, salones municipales y espacios físicos de instituciones públicas, que no reúnen las condiciones de infraestructura para el almacenamiento de artículos como colchonetas, cobijas, cocinas de gas, pichingas de agua, juegos de ollas y otros requeridos para atención de las emergencias.

Inclusive, durante una inspección la Contraloría detectó que esos espacios presentan condiciones de deterioro estructural, no tienen seguridad para impedir la sustracción, ventilación ni iluminación.

Además, en los CME de Matina, Nicoya, Sarapiquí y Upala, la auditoría encontró bienes colocados directamente en el suelo por más de un mes, incluyendo alimentos con posibilidad de deterioro que no fueron devueltos a la Comisión Nacional de Emergencias.

En Upala se encontró que ni siquiera disponen de un registro que contenga descripción, cantidad, estado, ubicación ni funcionario responsable de los bienes existentes en las bodegas.