Esta semana me senté a hablar con el Magistrado de la Sala Constitucional Fernando Cruz Castro. Muchos lo conocen como El Magistrado Disidente por salvar su voto en casos como el TLC, Crucitas y más recientemente por votar a favor de la destitución del ex Fiscal General, Jorge Chavarría.

Durante la legislatura pasada, cuando los congresistas decidieron, por primera vez en la historia, no reelegir a un magistrado, a la fracción liberacionista se le ocurrió decir que era “una llamada de atención” a la Corte Suprema de Justicia.

De la independencia de poderes y su importancia hablamos hoy con Cruz.

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Recientemente las instalaciones de la Sala Constitucional fueron trasladadas a un edificio por Calle Morenos, en La Sabana. El edificio llama a hacerse la inevitable pregunta: “¿por qué no son así todas las instalaciones estatales, limpias y agradables?”.

Luego de esperar unos minutos a que llegara el magistrado Cruz, él me saluda y me invita a pasar a su oficina. De entrada lo único que pienso es que su cabeza debe ser tan diversa como la decoración de su amplio espacio de trabajo.

Lo muebles son de madera color miel. Hay cuadros de todos tamaños y me es inevitable observar la cantidad exagerada de búhos que hay por todas partes. “¿Le gustan mucho los búhos?” le pregunto al magistrado como para romper el hielo,"ahh sí, mucho," contesta, todavía discreto.

Es una oficina muy particular. La decoración tan alternativa, por llamarla de alguna manera, me invita a querer saber más de él.

Yo fui un inquieto estudiante universitario en una época de gran ebullición estudiantil entre el 66 y el 75, incluso fui candidato a la vicepresidencia de la FEUCR en el 73.

Siempre intenté buscarle una respuesta al Derecho desde el punto de vista político, con posiciones que no fueran ni marxistas ni demasiado conservadoras, de tal forma que andaba entre un social-cristianismo centro-izquierda y una socialdemocracia centro-izquierda. Luego por un tema de interés personal estudié Economía pura por 3 años, y luego hice la carrera de Ciencias Políticas.

Creo que la carrera de Ciencias Políticas me dio una visión, que creo importante para los abogados, de ver en el Derecho un instrumento del poder, eso a veces se pierde de vista porque creen que el Derecho en sí mismo y no, el Derecho es un instrumento para el poder.

Es también (el Derecho) un instrumento para legitimar la injusticia o para cuestionarla, y por eso mi tesis de licenciatura, que la presente en el 75 o en el 76, fue sobre el Contrato de ALCOA que fue una lucha estudiantil muy importante.

Con esta pincelada de referencia ya mas o menos nos podemos hacer una idea de la formación y de las posiciones de Fernando Cruz, quien luego de postularse cinco veces ante el Congreso para ser electo magistrado, tuvo respuesta afirmativa.

Varias veces aspiré a ser magistrado pero no lo lograba porque siempre tuve objeciones de muy diversa índole, y es muy difícil saber cuáles son esas objeciones. Todos los nombramientos de magistrados son opacos, con alguna excepción como en el 2000, 2004 y en el 2006 que se aplicó un reglamento para hacer una terna, pero ese reglamento se dejó de aplicar. Entonces si de procesos opacos hablamos, la elección de un magistrado o magistrada es uno de esos. Una opacidad absoluta.

Debo decirle una cosa que a mí no me gusta recordar, porque creo que es una infamia, pero durante años una de las cosas que pesó en mi contra fue que hubo una época en la que dijeron que yo no había sido lo suficientemente agresivo o activo en relación con el tema del fraude al Fondo Nacional de Emergencias, eso fue una crónica bastante complicada.

En esa época el OIJ no tenía un vínculo institucional con nosotros (Ministerio Público), es decir, la Dirección Funcional no existía, entonces investigar al Presidente no era una cosa así como que muy sencilla.

Entre el año 84 y el 86, Fernando Cruz Castro fue Fiscal General de la República y mientras estuvo frente de la Fiscalía tuvo entre sus manos casos complicados, en cuenta este al que alude.

Se investigaba entonces un supuesto desfalco de más de 200 millones de colones al Fondo Nacional de Emergencias. En el caso estuvo involucrado el ex presidente Luis Alberto Monge, quien tras ser acusado de enriquecimiento ilícito, resultó absuelto por falta de pruebas en 1993. Sin embargo, que un Fiscal General de aquella época se atreviera a llevar al Mandatario a responder ante la autoridades no era así como que muy bien visto. Dice Fernando que esa y otras cosas tal vez pesaron en que no lo nombraran antes como Alto Juez de la República.

Parece mentira, pero en política las pasiones pueden ser muy grandes. De pronto una posición X puede generar un barullo de Padre y Señor mío, pero sí le puedo decir que esperé mucho para ser magistrado.

El Sastrecillo Valiente

En el año 2000, a propósito de la independencia judicial, yo hice un discurso y me invitaron a una actividad a hablar precisamente sobre independencia judicial. Claro que de lo que yo iba a hablar no era de la independencia como la dicen los teóricos, no.

El discurso que yo escribí, hasta el pobre de Luis Paulino estaba ahí y él no tenía nada que ver, era sobre dos temas de acoso que sufrían algunos jueces laborales y de que el 70% u 80% de los jueces, a pesar de que se había aprobado la carrera judicial desde hacía seis años, no estaban nombrados en propiedad.

Mientras el magistrado Cruz me cuenta el escándalo que significó aquel discurso en febrero del 2000, se mueve de un lado al otro en su sillón color naranja. Su posición generó polémica entre un grupo de jueces que no eran de la cúpula y la cúpula. La cúpula se enojó con él, con las excepciones del caso, entre ellas Luis Paulino Mora “que siempre fue muy noble”, recuerda.

“Tradicionalmente la cúpula judicial siempre ha sido muy susceptible. Se podría decir que eso ha ido cambiando porque ahora han entrado tantos actores en el tablero judicial que ya no se puede hacer una bravata.

Pero, en aquel momento eso causó molestias. Por ejemplo, la Sala Penal (Sala Tercera) en su mayoría se molestó conmigo y no me quisieron proponer como magistrado suplente, el único que no se enojó conmigo fue Daniel González.

Verá usted Trilce que entonces yo voy con un montón de posiciones medio disidentes, y no porque sea el sastrecillo valiente ni nada por el estilo, simplemente son cosas que uno tiene, ¿por qué? diay porque así soy.

No se puede quedar uno callado pensando que caso contrario no lo van a nombrar. Uno no se puede autocensurar. De tal forma que, algunos me dijeron que lo del 2000 había sido un error estratégico pero bueno...

En el 2004 estaba el Congreso integrado por mucha gente del PAC, y en algún momento mi nombre salió para resolver una vacante de 3 o 4 meses. Yo aparecí como la persona con la que la mayoría de las fracciones se pusieron de acuerdo y me nombraron.

Hubo un buen ambiente para mí, aunque curiosamente no había participado para ese concurso. Resulta que me tomaron en cuenta porque ya había participado en el 2002. Debo decir que doña Laura Chinchilla, que me conocía de antes, impulsó mucho mi nombramiento.

Ya nombrado, yo salvé muchos votos. En el tema de los expresidentes (Miguel Ángel Rodríguez y Rafael Ángel Calderón) integré una mayoría que declaró sin lugar los Hábeas Corpus, salvé el voto de minoría en el tema del TLC y de Crucitas, también hubo un asunto muy peleado que fue la destitución del sindicato de Sintrajap".

Independencia de Poderes

“Creo que en política a veces la conciencia sobre la independencia de los jueces es muy vulnerable. A mí me parece que cuando hay una consigna, a veces, los políticos de turno creen que la independencia de los jueces es un estorbo. Hay una idea de que en ciertos momentos el juez tiene que seguir la consigna y no. Es decir, no hay plena conciencia de lo que significa independencia del juez.

Por ejemplo en el asunto del TLC yo salvé el voto porque consideré que eran tres o cuatro cosas las que eran inconstitucionales. Pero la consigna era que debía ser constitucional. Entonces, hubo quienes pensaron que qué molesto que hubiera votos salvados.

Hemos llegado al punto de que no aceptamos que un juez tenga un voto disidente, aun cuando este voto no incide en la decisión, porque a fin de cuentas el TLC fue aprobado”.

Luego de una trayectoria plagada de estos “incidentes” en noviembre del 2012 pasó lo impensable: los diputados decidieron darle el histórico no a la reelección del magistrado Cruz.

Les contaba al inicio que la bancada verdiblanca dijo que era “una lección a la Corte Suprema de Justicia”, obviamente estas declaraciones desataron el repudio colectivo de quienes trabajan en el Poder Judicial y hasta el mismo ex Presidente de la Corte, Luis Paulino Mora, instó en sesión de Corte Plena “a los diputados y a la propia Presidenta de la República, a que sepan rectificar este gravísimo error, porque lejos de reivindicar el Parlamento, están enterrando la patria”.

El exdiputado socialcristiano Luis Fishman, interpuso entonces un recurso de amparo contra la votación para no reelegir al magistrado rebelde. Seis meses después, vía artículo 158 de la Constitución Política, Fernando Cruz Castro fue restituido automáticamente por otros ochos años.

Recientemente, con el vendaval que supuso El Cementazo, la credibilidad y capacidad del ahora ex Fiscal General, Jorge Chavarría, quedó en entredicho, y aunque 14 magistrados votaron a favor de que siguiera en el cargo, Fernando Cruz fue uno de los que votó en contra de su continuidad.

¿Cuál es la importancia de contar con una persona frente al Ministerio Público, dispuesta a dar las batallas por el bien común, sin desestimar causas de forma sospechosa como en el caso de Jorge Chavarría?

— Es fundamental porque el Fiscal General tiene una función muy significativa en el control del abuso de poder, incluyo en el abuso de poder el tema de corrupción y de faltas a la probidad atribuidas a los miembros de los Supremos Poderes o a miembros importantes de la clase empresarial o política. Esto porque a veces alguien que no está en el aparato formal tiene tanto o más poder que alguien que lo está, de manera que un expresidente puede tener más poder real que 10 diputados.

Entonces el Fiscal General es una persona que tiene una responsabilidad cívica y política muy grande respecto a la aplicación igualitaria de la ley a todas las personas y a la persecución igualitaria de todos los hechos delictivos. Debe perseguir las cifras doradas de la criminalidad tanto económicas como políticas.

Es más, me parece a mí  que la respuesta está en la criminalidad dorada, porque nadie va a discutir que, cuando un Fiscal General asume posiciones contra la criminalidad organizada exterior, pero qué diferencia cuando toma posiciones en las que investiga relaciones de hecho y conexiones en el ámbito interno de carácter político y económico del país, para lograr privilegios, impunidad o para lograr actos ilegales. Estas posiciones -y Fernando habla por experiencia propia- comprometen mucho al Fiscal y está claro de que cuando toca intereses políticos importantes recibe mucha presión.

En ese sentido, me dice Cruz que él me garantiza que si me pongo a comparar las presiones que recibió el ex Fiscal General, Francisco Dall'Anese, versus las que recibió Jorge Chavarría la diferencia es notable. Porque con aciertos o desaciertos, enfatiza, Dall'Anese estaba tocando los nervios del poder local, en cambio Chavarría en esa materia prácticamente no le entró a nada, entonces nunca tuvo problemas, tanto así que la Corte lo reeligió sin llamarlo a cuentas.

Yo incluso voté por él (por Chavarría), lo único fue que la Corte no me complació porque yo les pedí a los compañeros llamarlo para preguntarle sobre algunos casos que yo veía que estaban paralizados como el de La Trocha, el de la Caja o el de la ex defensora de los habitantes.

Luego de que algunos magistrados votaron a favor de la destitución de Chavarría el ex fiscal general prefirió acogerse a su pensión e irse del Ministerio Público. Eso significó la desestimación de los casos en su contra... ¿Cree usted que es eso congruente? ¿Que aún cuando él podría haber incurrido en algún delito, solo por el hecho de acogerse a su retiro dejó de ser sujeto de investigación en este caso?

— Lo que usted me está preguntando ya lo he pensado antes. Desde el punto de vista de la legalidad es consistente... si él se jubila se acaba la investigación porque ya no es parte del sistema judicial... pero a mí me parece que se debería plantear la necesidad de hacer una investigación sobre esos hechos y determinar responsabilidades objetivas para hacer un balance. Creo que esto es conveniente frente a un cargo tan importante. Nosotros deberíamos determinar qué pasó y por qué esos casos se paralizaron. Es decir, no es necesario que enjuiciemos a nadie, yo creo que eso lo podemos hacer como una valoración política y una determinación de debilidades, de tal manera que creo que es una pregunta válida...

Casi terminando nuestra conversación, el magistrado Cruz seguía cambiando de lado a lado en su sillón. Me quedaba una última duda acerca de la importancia que tiene la legitimidad del cargo de fiscal general...

En el contexto latinoamericano, en el cual muchas fiscalías se pierden en la completa impunidad de la corrupción y en medio de entornos sociales destruidos por el crimen organizado, ¿cómo dotar nuevamente de legitimidad al cargo?

— Bueno creo que una de las cosas que hay que hacer es fortalecer la carrera fiscal para que haya anticuerpos internos que con independencia puedan cuestionar al Fiscal General, no lo que había antes que eran 400 fiscales que tenían que hacer más o menos lo que el Fiscal General decía porque su nombramiento dependía de la voluntad del Fiscal, eso pues obviamente no fue voluntad de Don Jorge, pero así ha sido...

Otra cosa que hemos conversado a lo interno de la Corte es fortalecer el informe y el contacto entre la fiscalía y la ciudadanía. El Fiscal General debe rendir cuentas, cosa en la que don Jorge no fue muy ágil, no rindió cuentas. De tal forma que sí hay una crisis pero esa crisis hay que enfrentarla con una reforma y con voluntad política...

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Antes de terminar nuestra conversación, me decía el magistrado Cruz que en política siempre hay un escenario claro y uno oscuro. Personalmente no puedo evitar pensar que el oscuro, de cara a la desbandada ideológica de los partidos políticos, es el nombramiento de los magistrados.

Es decir, si malos diputados escogen a malos magistrados, malos magistrados escogen malos fiscales generales. La cadena sigue. Por eso es tan importante que como ciudadanos nos involucremos en la vida política de nuestro país. Un primer y sencillo paso sería leyendo Barra de Prensa. ¿Qué hacen nuestros diputados diariamente? Bueno, ahí les queda la inquietud.