Pinochet orquestó un repentino golpe de estado con sus militares, ya que todos lo acuerpaban porque era su Pastor…. Se colocaron a sus órdenes disciplinadamente y comenzaron a ejecutar sus planes monotemáticos: “el único comunista bueno es un comunista muerto”. Esa era el alcance de sus conocimientos y si para lograr sus objetivos tenía que irrespetar Derechos Humanos, eso no le importaba, despotricaba en contra de tales derechos, no creía en ellos.

Como en su gobierno había un vacío técnico, abrió espacio en sus filas para todos los profesionales que adversaban la izquierda. Toda la política económica fue cooptada por la bandada de economistas neoliberales recién entrenados en la Universidad de Chicago. Los profesionales de izquierda se mantuvieron fiel al Partido Socialista de Allende. El centro chileno comenzó a moverse de un lado a otro, inseguro de su elección.

El gobierno de Pinochet, como era una dictadura, tuvo mucha posibilidad para ejercer violaciones de Derechos Humanos a diestra y siniestra y su equipo técnico, se dedicó a ensayar su propia religión neoliberal tapándose los ojos ante la sangre que corría. No tuvieron obstáculos y aplicaron su religión económica con disciplina, en muchos ámbitos (municipalización de la educación y la ausencia de solidaridad de sus regímenes de pensiones y de salud) y la economía creció hasta un 7% pero con la inevitable concentración de la riqueza y división de clases sociales.

Posterior a la época de Pinochet el país ha seguido oscilando entre izquierda y derecha y todavía no ha encontrado su equilibrio. Costa Rica podría estar en el momento de comenzar las oscilaciones, porque la ausencia de equipo técnico de Fabricio Alvarado va a atraer a todos los profesionales que adversan el socialismo del PAC. Y su ejército de cristianos se siente empoderado para imponer por la fuerza su doctrina.

Pero de algo sí estoy seguro, en Costa Rica no existe el neoliberalismo puro como doctrina (a lo mejor como oportunismo sí, y será necesario vigilarlo) ni el Socialismo del Siglo XXI… la solidaridad está grabada en nuestro ADN y eso atempera a la derecha; la democracia también está grabada en nuestro ADN y eso atempera a los socialistas. Nuestras oscilaciones tendrán menor amplitud, pero nos tendrán mareados durante mucho tiempo. Lamentable, en todo caso, porque en el Siglo XXI tiempo es lo que menos hay.

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