Panchito, un bonobo promedio que vive en algún lugar del Congo, se levanta temprano por la mañana con una erección. Antes de ir por su desayuno busca aliviar la carga hormonal con la que ha amanecido, por el camino se encuentra a Jorgito, quien ¡vaya casualidad!, viene con una erección como la suya. Como los bonobos son una especie superior que ha superado ya hace mucho tiempo el asunto de las etiquetas sexuales, Panchito y Jorgito se restriegan el sexo un rato, su anatomía les permite ponerse de espaldas y causarse placer. Luego se dan la vuelta y juegan a las espaditas hasta que les alivia una matutina eyaculación. Al final cada uno continúa su camino sin mayores preocupaciones.

En algún otro lugar del planeta, Josefina, una homo sapiens, dice que hombre que tiene sexo con hombre es una aberración de la naturaleza y debe morir. ¡Suerte tienen los bonobos de no ser alcanzados por nuestros mitos!

Mientras esto sucede, Anita, una bonoba que también vive por allí en el Congo, se está restregando con Juanita, quizá en busca de un orgasmo, pero sobre todo, de una experiencia de socialización que les acerque como personas bonobas.

De nuevo en aquel otro lugar del planeta donde viven los homo sapiens, a las hembras que se toquetean con hembras se les llama lesbianas, y esa etiqueta se utiliza como descalificación, para decir, por ejemplo, que el Instituto tal debería llamarse instituto de las lesbianas, esto como un intento de desprestigiarlo.

Más tarde, Panchito se encuentra con Anita y, como ya ha pasado algo de tiempo desde su última experiencia sexual, las hormonas les han inundado de nuevo. Sin mucho trámite practican sexo en tres posiciones diferentes de acuerdo al kamasutra no escrito de los bonobos. En la última posición, el hijo de Anita se une al acto y se divierte con los movimientos de su madre.

Y de regreso en el mundo de los homo sapiens, una turba de estos especímenes cierran escuelas y gritan a galillo pelado reclamando que se eliminen unas guías sexuales, las cuales no desean que enturbien la naturaleza por completo libre de sexo de la especie homo sapiens.

Por la tardecita, Rambo, un bonobo un tanto engreído y petulante, llega donde está Juanita con sus amigas bonobas e intenta seducirla, pero a Juanita no le gusta Rambo. Por tanto, este intenta tomarla a la fuerza. Para fortuna de Juanita, las bonobas conforman redes sororales y sus amigas llegan en su ayuda y expulsan a Rambo, quien no tendrá oportunidad de preservar sus genes, por tanto, su agresividad se extinguirá con él, y los machos que sí se reproduzcan serán pacíficos, contribuirán con la sociedad de paz y convivencia que promueven los grupos sororales de las bonovas.

En las sociedades de homo sapiens, por otra parte, los machos matan hembras y se clasifican sus actos como crímenes pasionales. Los machos acosan hembras y se les protege por medio de lo que podríamos llamar: un exceso del principio de inocencia en detrimento de las víctimas subalternizadas en una sociedad patriarcal.

En el Congo, las relaciones sexuales entre Panchito y Jorgito, les mantienen en cercanía social, en armonía, con algún tipo de vínculo, porque la sororidad de hembras no acepta machos matones e insensibles, busca especímenes auto constituidos como miembros de una sociedad armoniosa.

Homo sapiens, por su parte, cuenta con algunas especímenes (y uno que otro espécimen) que han escrito libros y artículos, dado seminarios, formulado teorías, que han invertido sus vidas para construir las bases conceptuales de una sociedad que se acerque al menos un poco a la convivencia práctica de los bonobos. A estas personas se les descalifica con términos como feminazis, porque claro, el holocausto del patriarcado en pro de una sociedad más incluyente es comparable al holocausto nazi.

Lo curioso es que, para llegar a tal nivel de desarrollo, nivel al que, ni en sueños, la especie sapiens llegará en lo que nos resta de vida a quienes vivimos hoy, la comunidad bonoba no tuvo que leerse a Beatriz Preciado, ni a Marcela Lagarde, ni a ninguna otra intelectual. De hecho, no tuvieron que leerse nada, porque les parece más útil practicar la convivencia que teorizar al respecto.

La especie homo sapiens, esa a la que pertenecemos usted y yo, se encuentra más o menos al nivel de los chimpancés, que si bien en lo biológico son muy similares a los bonobos, y también a nosotros, en lo social se comportan de manera violenta y agresiva, los machos agreden a las hembras, quienes no pueden defenderse, pelean entre ellos y se aparea el más testosterónico, solo les falta jugar al fútbol y gritarse improperios en medio partido mientras sacan el pecho como todo un macho cuyo mayor atributo es la masculinidad tóxica.

¡Caramba! ¡Qué bello sería vivir en una sociedad tan desarrollada como la de los bonobos! ¿No les parece?

Referencias:

Bonobos: En caso de que deseen leer algo más acerca de los bonobos y los comportamientos a los que hago referencia acá, pueden consultar los artículos abajo citados, o hacer sus propias búsquedas.

Homo sapiens: En caso de que desee encontrar evidencia que respalde el comportamiento acá descrito del homo sapiens, puede mirar a su alrededor, ver un partido de fútbol y al final un noticiero.

Blount, B. G. (1990). Issues in Bonobo (Pan Paniscus) Sexual Behavior. American Anthropologist, 92(3), 702–714.

Enomoto, T. (1990). Social play and sexual behavior of the bonobo (<Emphasis Type=“Italic”>Pan paniscus</Emphasis>) with special reference to flexibility. Primates, 31(4), 469–480. https://doi.org/10.1007/BF02382531

Furuichi, T. (2011). Female contributions to the peaceful nature of bonobo society. Evolutionary Anthropology: Issues, News, and Reviews, 20(4), 131–142. https://doi.org/10.1002/evan.20308

Manson, J. H., Perry, S., & Parish, A. R. (1997). Nonconceptive Sexual Behavior in Bonobos and Capuchins. International Journal of Primatology, 18(5), 767–786. https://doi.org/10.1023/A:1026395829818

Paoli, T., Palagi, E., Tacconi, G., & Tarli, S. B. (2006). Perineal swelling, intermenstrual cycle, and female sexual behavior in bonobos (Pan paniscus). American Journal of Primatology, 68(4), 333–347. https://doi.org/10.1002/ajp.20228

Surbeck, M., & Hohmann, G. (2013). Intersexual dominance relationships and the influence of leverage on the outcome of conflicts in wild bonobos (Pan paniscus). Behavioral Ecology and Sociobiology, 67(11), 1767–1780.

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